¿NOS SOMETEMOS?
Sánchez ha perdido las elecciones generales. Pero él y su banda, exultantes, entusiastas, eufóricos se han entregado a festejar su “victoria”. Mitinero, populista, agresivo, endiosado se dirigió a los suyos (y a todos) nada más confirmarse su derrota: “¡seguiré gobernando!, ¡hemos parado a esa derecha rancia que nos quería arrebatar todos los avances que hemos conseguido!”.
Fue su eléctrico parlamento todo lo vehemente que requiere el triunfo. Con lo que yo creo que, una vez más, ha conseguido “engañar” con su imagen de héroe victorioso. Reconozco que es un mago de la simulación, de la falsedad. Lo borda. Efectivamente en esa escenificación no cabía felicitar al verdadero ganador de las elecciones. Por supuesto no lo hizo. La educación y la cortesía son estorbos que se eliminan con naturalidad.
Confirmó lo que era de suponer: va a “buscar pactos debajo de las piedras” para mantener el poder, para mantenerse en el gobierno de España con los españoles enemigos de España. Que se trate de comunistas, delincuentes, prófugos y filoterroristas no es relevante, es indiferente. Las transacciones que exijan para apoyarle están concedidas de antemano. Sean las que sean. Total, él es un apátrida, ¡que mismo da!
Pero hay un problema definitivo en el planteamiento de Sánchez: lo que ofrezca no es suyo, es de todo el pueblo español, incluso de quien escribe esto y quien lo lea. ¡Yo no voy a transigir impasible con que se destroce mi patria! No importa lo mucho o lo poco que permitan mis menguada fuerzas: no permaneceré indiferente.
Aparte del poder que consiga, es evidente que tenemos enfrente un tipo peligroso, muy habilidoso en la simulación de realidades, psíquicamente perturbado y por tanto impredecible en sus acciones y reacciones. Pertenece a esa tipología carente de alma lo que le facilita actuar sin ningún freno.
Si consigue formar gobierno, cosa probable con gentes ávidas de montar su propio chiringuito de poder político, va a hacérnoslas pasar muy mal. Actuará para robarnos nuestras más íntimas libertades sometiéndonos a la más inconcebible esclavitud, adoctrinará a nuestros pequeños descendientes hasta hacer desaparecer su libertad, confiscará todo lo que pueda (y le permitamos) nuestros bienes materiales, fiscalmente o a la brava. Borrará de nuestra memoria hasta a nuestros ascendientes y su historia. Nos arrebatará los sueños. ¡Pero tendrá que ser imponiéndose mediante una fuerza verdaderamente insuperable!
Los comunistas no tienen nada por descubrirnos. Es patético que con un extensísimo historial de atrocidades y destrucciones sociales, aún tengan alguna cancha en países civilizados y racionales. Los catalanes y los vascos son tan españoles como los extremeños (por cierto, y con perdón, ¡ vaya cagada del PP con el gobierno autonómico), los canarios, los andaluces, los riojanos o los madrileños. No les salió gratis a nuestros antepasados aunar esta querida nación nuestra. Los delincuentes, de mano blanca o pistola deben responder ante la justicia y, de ser condenados, no pueden tener cabida entre nosotros.
Sólo somos “gente de bien”. Y exigimos un trato recíproco.
Sánchez no puede ni quiere tratarnos así. ¡Estaremos enfrente en todo lo que podamos!
Ya escribí que a lo largo de su dilatada historia España (los españoles) tuvo que afrontar dificultades enormes, épicas. Ésta no nos ha de arredrar por poco que aún tengamos de nuestros antepasados.
Feijóo ya ha manifestado que va a proceder como se le exige en su situación y circunstancia a una “persona de bien”. Aunque la obtención de su objetivo parezca milagrosa, otros milagros mayores se han conocido. Mi reconocimiento y respeto ante su actitud.
Quedo a disposición de cualquier persona de bien. ¡NO NOS SOMETEMOS!
24-7-23
CM
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