viernes, 14 de julio de 2023

 QUIEN TIENE UN AMIGO



 

 

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. (Refrán)

Cuando un amigo se va se detienen los caminos. (Cortéz)

 

 


Han sido innumerables los pensadores y escritores que se han ocupado de la AMISTAD (Cicerón, Aristóteles, Séneca, Nietzche, Montaigne, Laín, Madame de L’ambert, Alejandro Dumas, Mark Twain, De Saint-Exupery, Elena Ferrante, Zadie Smith, Milena Busquets, Juan José Millás, Matherine Paterson …). Todos ellos grandes filósofos o estupendos escritores, muy recomendables.

 

Naturalmente que yo no pretendo (no puedo hacerlo) incluirme entre aquellos grandes y buenos autores que nos regalaron su visión sobre la AMISTAD. Tan sólo coincidimos (ellos y yo) en apreciar que se trata de uno de los mejores bienes que podemos disfrutar las personas.

 

Mi pretensión no persigue otro objetivo que hacer una reflexión de lo que ha supuesto y supone la AMISTAD en mi vida. Llanamente, mi experiencia personal.

 



Diré primero que no soy capaz de imaginar mi vida si no gozase de amigos. No sería mi vida, sería la de otro. Mi dependencia emocional, sentimental y práctica es total. Presumo de ser enormemente rico en este particular. Desde luego ha sido un dar y tomar aunque creo haber recibido con mayor generosidad.

 

He dicho que el amigo forma parte esencial de mi vida. Hay que cuidarlo y entregarse a él. Compartir vivencias con un amigo, reír con él, celebrar sus gozos, llorar con él, participar en sus penas, experimentar, disfrutar y sufrir juntos. Sentir juntos de manera que el deleite del otro sea propio y también su pesar sea el mío. Al amigo le quiero tal cual es: con lo que coincidimos, desde luego, pero también con lo que disentimos. 

 




Creo posibles los más variados maridajes: semejante o distinto temperamento, iguales o distintas aficiones, edades semejantes o no, procedencias familiares similares o diferentes, posición económica pareja o dispar, heterosexual u homosexual, ateo o creyente, conservador o progresista, extrovertido o retraído, paisano o forastero, instruido o ignorante, … y tantísimos otros opuestos. De todos los modelos he tenido experiencia personal. Aunque de manera tan dispar pueda producirse la amistad, es natural que nazca entre quienes sean más próximos en pensamientos, creencias, preparación y circunstancias. Por eso es más fácil entablar amistad en los centros escolares, en la vecindad, en el ámbito profesional. Lo que no estorba para decir que la diferencia me ha enriquecido enormemente abriéndome la mente hacia lugares de más difícil acceso natural para mí.

 



Estimo oportuno establecer distintos niveles y circunstancias de amistad:

         Amigo íntimo: aquellos con los que no precisamos hablar para comunicarnos con precisión. Lo más habitual es que gocen de antigüedad. Son confidentes totales. Llegan a conocer nuestras cuitas mejor que nosotros mismos. No es imprescindible mantener una relación muy frecuente aunque sea muy aconsejable. De ellos recibimos las sugerencias más valiosas, las opiniones de principal peso. No es fácil que sumen más de media docena y frecuentemente comparten otros amigos con nosotros.

         Amigo entrañable: aunque no lleguen a alcanzar la categoría anterior sí participamos activamente en nuestras respectivas alegrías y penas, tenemos alguna relación con las familias respectivas, compartimos las mutuas venturas y desventuras, modulamos nuestros pareceres, estimulamos nuestras vidas.

         Amigo estable y sólido: a ellos nos une un afecto desinteresado, como corresponde a la raíz latina “am” (amor). Nos proporcionan un confort y bienestar  muy necesarios para los animales sociales que somos.

 



Cualidades adheridas al amigo:

         Amor, cariño, afecto.

         Lealtad: se cuenta con su apoyo cuando acertamos y cuando nos equivocamos.

         Sinceridad.

         Respeto.

         Es estimulante, vivificante.


En el camino de la vida he padecido pérdidas dolorosísimas, irreparables, de amigos íntimos cuyo recuerdo se mantiene intacto en mi corazón, en mi memoria, en mí. 





Por contra he ido adquiriendo grandes amigos con especial valor por cuanto la piel de mi alma ha ido encalleciendo. Ellos también ahorman y enriquecen mi menguada existencia.

 


 

14-7-23



CM

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