“ - “¿A DONDE VAS?”
- “MANZANAS TRAIGO”
O sea, la respuesta carece de relación alguna con la pregunta. Ocurre con más frecuencia de lo que pareciera en principio. Las razones de tal absurdo son diversas. A veces, fruto de la defectuosa audición del interrogado. Otras, debidas al despiste o falta de atención. Posiblemente también por una formulación defectuosa de la pregunta (muchas son enrevesados y extensos discursos). Y, desde luego, ocurre también por un interés evidente de no desear dar respuesta a la cuestión planteada, pero aparentar que sí se hace.
Los profesionales de la política son maestros de dar contestación, no a la cuestión que se les plantea, sino a lo que no se les formula pero que tienen algún interés en comentar. De forma que la pregunta queda sin contestar, pero evitan la sinceridad y violencia de manifestar que se niegan a responder.
DIÁLOGO DE BESUGOS |
Es muy frecuente que, cuando la pregunta concierne a un empleado de la política y el interpelante es del mismo gremio o un reportero, el resultado sea un sindiós, un esperpento, un intento de tomadura de pelo.
ARMENGOL A SU AIRE |
Hoy ha tocado a la señora presidenta del Parlamento responder a las cuestiones de los periodistas:
-Señora presidenta, ¿ha averiguado usted qué miembro del gobierno balear (bajo su presidencia) presentó a la empresa suministradora de mascarillas que está siendo investigada por fraude y que, siendo contratada por su gobierno, suministró material defectuoso que ustedes tardaron en denunciar y reclamar tres años y que aún se mantiene retenido en naves?
-¡Cómo le agradezco que me haga esa pregunta! En aquellos momentos tan dolorosos en que perecían personas a miles por la pandemia, en mi gobierno hicimos todo lo necesario para combatirlo con una dedicación y sacrificio formidables y unos resultados excelentes. ¡Otra pregunta!
Quizás fue ésa la respuesta más directa de la interpelada de las diez o doce que le plantearon. ¡Un fraude! Pero hoy día se ha convertido en tan usual esta forma de proceder que tal absurdo ha ocupado espacios en los “informativos” de los diversos canales de televisión. También ha servido para justificar el sueldo de muchos “contertulios” de esos mismos medios convertidos en “analistas” de un suceso indescifrable y que debería ser inaceptable.
Pero “políticos”, “periodistas” y “contertulios” han asumido con naturalidad semejante disparate y parece que se retiran satisfechos por el deber cumplido.
Ya escribí que tuve ocasión de charlar un rato en los pasillos de un hospital con un ciudadano cabal que me dijo en un momento de la conversación: “Mire usted, yo creo que aún sigo con vida porque dejé de ver los informativos y las tertulias de televisión hace años”. No sé si tanto, pero estoy seguro de que ese régimen sí ha sido muy beneficioso para su salud.
5-3-2024
CM
No hay comentarios:
Publicar un comentario