CIS y AEMET, DOS PETARDOS
Con las siglas “CIS” se identifica al Centro de Investigaciones Sociológicas.
“El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es un organismo público que tiene como objetivo principal el estudio de la sociedad española.
Lleva a cabo esta tarea fundamentalmente a través de la realización de encuestas en las que se pregunta a la gente su opinión sobre temas diversos de la actualidad socioeconómica y política (sanidad, educación, inmigración, entre otros)”
Actualmente está presidido por el señor Tezanos, doctor en Ciencias Políticas y Sociológicas y catedrático de Sociología. Desde 1973 afiliado al PSOE, en el que ha desempeñado distintos puestos de responsabilidad. Fue miembro del Comité Federal, miembro del Comité Regional de Madrid y miembro de la Comisión Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez. Fue imputado por prevaricación, siendo posteriormente revocada la sentencia por la Audiencia Provincial de Madrid.
A nivel popular la más conocida (y trascendente) labor que realiza el CIS es la elaboración de encuestas predictoras de los resultados electorales de los partidos políticos. En segundo lugar, la evaluación popular de los líderes políticos.
Pues bien, desde que el señor Tezanos preside el Centro las predicciones realizadas sobre resultados electorales están siendo delirantemente (e indignantemente) erróneas. No sólo porque disiente de forma escandalosa y con reiteración de las predicciones de todas las principales empresas privadas dedicadas a éste menester, sino porque los resultados reales en las urnas se parecen a las predicciones del CIS “como un huevo a una castaña”. Y todas las predicciones del Centro sobrevaloran exageradamente las opciones del partido del señor Tezanos y minimizan sorprendentemente las de sus principales oponentes. A tal punto que ya se han convertido en un jocoso desprecio sus pronósticos: “no pega una”.
Que las sobrevaloraciones favorezcan siempre al PSOE y perjudiquen siempre a sus adversarios permite pensar en “manipulaciones interesadas de un importante empleado de la casa (PSOE)” cuya remuneración pagamos todos los ciudadanos. Se trata por tanto de una empresa y un servicio público viciados. No cumple con su cometido y opera a favor de una parte de la sociedad y en contra del resto. ¿No es eso prevaricar?
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AEMET son las siglas de la Agencia Estatal de Meteorología. La Agencia está adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (échale guindas).
Su principal objeto es el desarrollo, implantación de los servicios meteorológicos de competencia del Estado. Tiene la condición de autoridad meteorológica del Estado y aeronáutica.
Tiene más de 1.130 empleados y un presupuesto anual de 134 millones de euros. Con personalidad jurídica pública, patrimonio y tesorería propios y autonomía de gestión.
Es responsable de la elaboración, el suministro y la difusión de las informaciones meteorológicas y de las predicciones de interés general para los ciudadanos, tanto terrestre, aérea como marítima que puedan afectar a personas y bienes. Debe dar información a las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Debe elaborar y actualizar los escenarios de cambio climático.
Los cometidos de la Agencia son amplios y diversos. A nivel popular la función más conocida es la “predicción del tiempo”, entendido como predicciones a más corto plazo en zonas más concretas, para distinguirlas de las “predicciones del clima”, como las que afectan a áreas más amplias y a más largo plazo.
El Cambio Climático se debe muy principalmente, según una cada vez más importante parte de la comunidad científica, a la actividad humana. Así, al cada vez más rápido desarrollo industrial (iniciado a mediados del siglo dieciocho) se debe la acumulación de Gases con Efecto Invenadero (principalmente CO2) y consecuentemente daría lugar a un “cambio del clima” que se manifiesta en fenómenos como la desertificación de la Tierra. Es de suponer que la AEMET esté realizando una contribución científica importante a los organismos internacionales.
Pero los ciudadanos de a pie percibimos con intensidad más inmediata los “cambios en el tiempo” cuya información nos llega principal y diariamente a través de los canales de televisión en sus programas de “el tiempo”. En esto yo creo que los pronósticos de nuestra AEMET son manifiestamente mejorables.
Cierto es que en regiones como Asturias realizar una predicción válida para toda la región se me antoja, hoy por hoy, misión imposible al tener una importante longitud (de Este a Oeste) y una relativamente corta latitud (de Norte a Sur) en la que conviven litoral marítimo y alta montaña (Picos de Europa). Pero digo: si los más de mil cien trabajadores con sus actuales tecnologías no son capaces de realizar un pronóstico para la región, lo correcto, lo responsable sería que manifestasen su incapacidad y no difundieran pronósticos. No es así, publicitan su predicción del tiempo y no dan ni una (en el caso que mejor conozco, en Asturias). Es muy habitual que desde la zona estés recibiendo información de lluvias, rayos y centellas, en tanto tienes que resguardarte de un espléndido y limpio sol. En una zona cuya economía depende grandemente del turismo veraniego, esa “desinformación” causa un daño y una gran (y comprensible) indignación en el sector hotelero y de restauración.
Creo muy posible que tal desatino ocurra en otras zonas de España. Y me entran sudores pensando que sea el pronóstico del tiempo de la Agencia el que marque las decisiones de pescadores, agricultores, ejército y fuerzas de seguridad, torres de control aéreo…etc. Sé que quienes viven por aquí de la pesca y agricultura “pasan” de la información oficial y aplican su sabiduría histórica. Pero hoteles, casas rurales y restaurantes ven reventar sus bilis ante informaciones tan desatinadas que influyen grandemente en su actividad económica “de temporada”.
En resúmen, desconozco las predicciones científicas que sobre nuestro clima haga la AEMET. Hago un acto de fe y quiero suponer que sus investigaciones y conclusiones serán valiosas y serán de gran utilidad mundial. Siendo así, sería enormemente interesante conocerlo.
En cuanto a las predicciones del tiempo, con demasiada frecuencia, “no pegan una”. ¿O será que sol, viento, nubes, hielos, no se rigen por circunscripciones administrativas o políticas de los pobres humanos sino por otras leyes más naturales?
21 de junio de 2023
CM