lunes, 29 de mayo de 2023

 ¡LA QUE LES HAN “DAO”!

 

 


¡Ay Bego, la que les han pegao! 

Mira que les advertí que no se confiasen.

Mira que, tirándome a la arena, a la desesperada,  bajé a echarles una mano.

Y me humillé aguantando soeces insultos de ese populacho. Por cierto, tengo que meterles mano en serio a esos desgraciaos. No sólo carecen del menor respeto sino que vociferan con los insultos más procaces contra mí, ¡contra mí!


Cómo me esforcé por ellos, ensuciándome las manos con las de tantos militantes mal escogidos en los “castings” (¡dios, cómo le doy al inglés!).

Y es que no hacen una ni a izquierdas ni a derechas.




Estoy totalmente harto de tanto asesor, de tanto consejero anodino y tuercebotas. Pienso a menudo que me ponen trampas por envidia pura. Inicialmente los escogía entre gentes de preparación reconocida. Pero enseguida me di cuenta de que son peligrosísimos porque se creen superiores, ¡los muy idiotas! Bueno, ya has visto que los últimos no pueden presumir de nada y por tanto son absolutamente moldeables, machacables.


Reyes es una pobre boba que en el ministerio donde la puse no dio pie con bola. Pero tiene ínfulas aunque con total sometimiento. Lo que ha cosechado en Madrid es imperdonable, pero, bien pensado, previsible. Además, recuerda que tenia que dejar hueco en el ministerio para atender otro compromiso de envergadura mayor.


El pequeño Lobato es más espabilao. Pero no ha entendido para nada cómo se maneja esto de la política. ¡Con lo que yo sé!: si sólo con tenerme cerca ya deberían aprender! Pero no, inútil.


Tampoco creas que los contrarios son muy espabilaos. Salvo esa maldita Isabel que me trae a mal traer, lista, rápida, atrevida, no se encoge. En algún momento la fulminaré.


Me ha llamado Úrsula Leyen (el Von Der, que se lo meta su madre por donde le quepa). Que si lo siente mucho, que si me envía “arrumacos y carantoñas”; ¡será lela! ¡Que esto no iba conmigo so insulsa! Es cierto que come de mi mano y que cuando me estiro se arroba. No es mala gente pero en unos días ya no la necesito para nada y ya no soporto sus zalamerías.



Bego, ¿has visto cómo les he pillado a todos en el Limbo anunciándoles las elecciones para el veintitrés de julio? Panda de desgraciaos.


Cuando se lo conté al Borbón puso cara de lo que es. Todos ellos son salidos de cuadros viejos. Pero “a lo chano chano” llevan viviendo del cuento una enormidad. A la próxima les pongo a todos de patitas en la calle. Parece que mean colonia, los muy torreznos. A la mierda todos.




Ah, ya sabes que los que salgan a veranear en julio se quedan sin votar. ¡Otra jugada maestra!

En fin, les arrasaré en julio. A ver si ya me puedo dedicar a la gran política. A la política mundial. Llena está de ineptos y paniaguados. Ya verás cómo nos vamos a colocar Bego. 


Oye Bego, ¿Dónde estas? ¡Ah, que hoy estabas de viaje! Bueno, ya te lo repetiré cuando regreses (si vuelves).


¡Vaya resacón! No sabía ni de donde llovían las bofetadas. Menos mal que no iba conmigo. Los guapos y listos somos así.



28 de mayo de 2023



CM

domingo, 28 de mayo de 2023

 ¡HEMOS GANADO!

 

 


La competición en las elecciones políticas es la única en la que está asegurado de antemano que uno tiene garantía de éxito antes de participar. Cuando muy de mañana he ido a depositar mi voto lo he hecho con la certeza de que había optado por el partido ganador porque sabía que lo corroborarían exultantes sus cabecillas al presentar los resultados. Cierto que también lo harían de igual manera todos y cada uno de los rivales: ¡todos ganan! ¡Oh maravilla de las maravillas, contienda de las contiendas, milagro de los milagros!

 

A lo largo de muchos años de  variadas disputas electorales sólo recuerdo a uno o dos cabecillas contendientes que reconocieron no haber vencido; obtuvieron desde luego resultados catastróficos. Pero no es justificación, porque muchísimos otros que naufragaron estrepitosamente nos contaron que estaban muy satisfechos por el resultado obtenido. Quizás la razón fuera que aquellos perdedores reconocidos ya habían encontrado acomodo profesional en una actividad distinta. Pero de los que continuaban en el oficio político no recuerdo ni uno sólo que aceptara su fracaso.

 

Por el contrario, a mi me producía cierta angustia que “los míos” no ganasen y, sobre todo, que vencieran “los otros”. Siempre he tenido la misma asombrosa sensación de perplejidad: ganan los contrarios y se presentan exultantes ganadores los propios. Bien pensado no es más que una muestra evidente de la disociación profunda entre representantes y representados. Al menos entre los que no nos encontramos “entregados a la causa” religiosa y fervorosamente. Imagino que los “talibanes” de cada equipo no sufrirán semejante contradicción y, con sus “amos”, tendrán siempre el espíritu de ganadores, pase lo que pase. A mí me parece indecente por la ausencia de libertad de pensamiento que supone pero reconozco las ventajas de disfrutar de una fe ciega en su bandería y en los jefes que la dirigen.



Agradecí el servicio que prestaban tanto a las personas que atendían mi mesa electoral, como a los diversos representantes de uno y otro signo y a los policías que por allí andaban. Todos se sorprendieron por verse reconocidos: una muestra inequívoca de que nuestra sociedad ha perdido (quizás nunca lo tuvo) el sentido de la educación y las correctas formas. Por ahí deberíamos de empezar.





Es el mismo caso que me ocurre al tratar con los cajeros de supermercado, servidores de combustible, y cuantas personas me atienden. Por más que estén cumpliendo con su obligación, creo oportuno mostrar el reconocimiento al servicio recibido. Desde luego que hay veces que no hay nada que reconocer porque, no cumpliendo con su trabajo o mal cumpliendo con él, no nos transmiten esa sensación tan agradable de ser correctamente atendidos. En tales casos, es muy usual que la simple manifestación de agradecimiento cree un clima de cordialidad que tanto valoro y del que no andamos sobrados.


Como no son relaciones profundas pero sí repetitivas, aportan además la ventaja de obtener un trato cuidadoso y esmerado más allá de lo obligado (por ejemplo, cuando llego a la caja del súper arrastrando una cesta con ruedines, normalmente el cajero(a) sale de su puesto y me coloca mis paquetes sobre la cinta: creo que además de atender a la vejez, lo hacen al “amigo”). 



A semejante propósito, no hace mucho que tuve que comprar algunas cosas no habituales en el súper de bricolaje Leroy Merlín. Ni qué decir tiene que me encuentro absolutamente perdido en aquella inmensidad. Se añadía que desconocía con cierta precisión las características, incluso el nombre, de lo que precisaba. Mi incapacidad se resolvió gracias a la profesionalidad y amabilidad de un par de empleados. Terminamos hablando de hijos y nietos. Y, sobre todo, me facilitaron exactamente lo que yo necesitaba acompañado de algunos muy útiles consejos de uso. Saliendo, pregunté por el servicio al cliente y solicité un soporte en el que expresar mi experiencia. 

-¿Qué problema ha tenido usted para tener que reclamar? 

-No, no, muy al contrario, quiero dejar constancia de la magnífica atención que he recibido.

El más absoluto asombro reflejado en los rostros de la pareja. Cuando cayeron en la cuenta de mi verdadera intención tuvieron dificultad para encontrar el impreso adecuado donde poder expresar mi satisfacción, lo que finalmente pude hacer especificando los nombres de los empleados que tan profesional y humanamente me asistieron. Salí de allí con cuatro “amigos” nuevos y con la compra exacta que precisaba. Unos ocho días después recibí en casa una carta de la dirección de la empresa dándome las gracias por mi proceder e indicándome que ya habían reflejado con las correspondientes notas en los expedientes o fichas de los empleados protagonistas. 

Eso, que debería ser lo normal en una sociedad civilizada, es evidente que es una excepción sorprendente. Y es tan fácil … Y tenemos una sociedad tan poco civilizada … Desde luego que hay que actuar con el mismo rigor cuando lo sucedido es lo contrario. Mi proceder formal fue idéntico en dos ocasiones pero jamas recibí una contestación de esas empresas: lo más probable es que esas malas empresas mereciesen esos malos trabajadores.

 

A lo que vamos: de verdad, de verdad, lo que me importa en estas elecciones es que resulte perdedor el partido que nos malgobierna y que se sienten las bases para que deje de hacerlo cuanto antes. O sea, que voto más por negativo que por positivo a pesar de que la señora Diaz Ayuso se me antoja muchísimo más próxima al modelo que me satisface que el resto de sus contrincantes, y también de la mayor parte de sus conmilitones.

 

En un rato me enfrentaré con el televisor con la desazón de confirmar, o no, que “los otros” han perdido.

 

 

 

 

28 de mayo de 2023

 

 

CM

viernes, 26 de mayo de 2023

 EL SOBRE SANCHISTA

 

 



Los que gobiernan España están comprando votos en la mejor tradición de “Jarrapellejos”. Dinero por voto. Como soy bastante rico debido a que mis necesidades son ya asaz magras, esos desalmados van a tener muy difícil dar con la cifra que me conmueva. Pero me haría cierta ilusión recibir su propuesta dentro de un sobre-PSOE (con nuestros dineros) a cambio de mi sobre electoral. No, a estas alturas, va a ser muy difícil que llegue. Y me evitará el gustazo de devolvérselo con vomitivo desdén, no por orgullo, por asco.






El taimado jefe de la banda es un experto en engaños y timos: ¿le recordáis escondiendo una urna tras la cortina para engañar a sus propios conmilitones? Aquello ya me dio una radiografía suficientemente ilustrativa del fulano. Pero, ¡cuidado: sí les engañó! Con el tiempo fue perfeccionando su habilidad de falaz embaucador. Mintió a sus votantes. Y, ahí lo tenemos hoy, presidiendo el gobierno de una España en la que no cree (u odia), aclamado presidente de la Internacional Socialista y próximo presidente del Consejo de la Unión Europea. Un absoluto campeón. Un eficacísimo disolvente: lo está consiguiendo con España, rematará a la putrefacta Internacional Socialista, y en sus seis meses tiempo le sobrará para resquebrajar lo que queda de la Unión Europea. Ha organizado una partida de truhanes comprados y sometidos que denigran la Socialdemocracia, son “Sanchístas”.

 

Tenemos nosotros la oportunidad de encararlo, enfrentarlo, derrotarlo y salvar los muebles rotos de España, de la Socialdemocracia Internacional y de la añeja Europa desnortada.

 


El veintiocho de mayo de dosmilveintitrés podemos, debemos, serrarle las patas de la banqueta que le sostiene, endosándoles a él y a sus bandidos una estruendosa derrota.

 

Luego ¡ojo avizor con los sustitutos! No vaya a ser que, por incapacidad, por acomplejados, por traidores, no nos dirijan a los españoles hacia donde mereció el esfuerzo y fatigas de nuestros antepasados y nuestro propio esfuerzo y fatigas. Por nosotros y por nuestros descendientes.

 


Hay que ganarles en cada pueblo, cada región. Debe ser una derrota en toda regla aún con las urnas que nos han contaminado con sus trapacerías. Hay que derrotarles a ellos y a sus engaños y fraudes.  Vencidos en las urnas, tomarán las calles, no lo dudéis. Tendremos que encararlo también, con lealtad a nosotros mismos y a España, con rigor, con respeto a todos, con la Ley, eliminando con decisión las normas injustas que nos apartan de la democracia, de la libertad y de la Constitución y sometiendo al imperio de las normas jurídicas a cuantos atenten contra nuestra serena convivencia. Somos un gran país, herido de consideración, pero con los reaños suficientes como para situarlo en el lugar destacado que le corresponde. 

 

Si lo hacemos, habremos merecido el respeto de quienes nos hereden. Y, sobre todo, habremos alcanzado el respeto a nosotros mismos.

 




Nuestro voto es limpio. No lo compramos, lo respetamos con la gallardía de saber que con él caminamos hacia nuestro verdadero progreso.

 

¡Suerte, españoles!

 

 

 

26 de mayo de 2023

 

 

CM

 

miércoles, 24 de mayo de 2023

           LA “FIESTA” DE LA DEMOCRACIA

 

 




Alguien llamó a las elecciones políticas “la fiesta de la democracia”. Fiesta porque se supone que es la oportunidad que tenemos los ciudadanos-votantes para elegir a quienes nos han de gobernar en el próximo periodo. Pero aprendimos del “viejo profesor” que las promesas electorales de los políticos son “para no cumplirse”. Daba carta de naturaleza al engaño en las promesas políticas. El insigne cínico expresaba con rotundidad una verdad que luego hubimos de asumir los electores como incuestionable.                                   

 

Más tarde, aprendimos que los “programas electorales” tampoco están confeccionados para cumplirse. No encuentro por tanto justificación para que nos sometamos a las “campañas electorales”, que no son gratis en absoluto. Que, incluso en un país con todas sus necesidades básicas cubiertas para todos, sería un derroche absurdo. Desde luego en España estamos muy lejos de disfrutar de tales condiciones económicas, ¡como para dilapidar la riqueza que no nos sobra!

 

¿Qué motivo quedaba entonces para apoyar a unos o a otros aspirantes a gobernar? En principio las estructuras ideológicas de los partidos: las viejas y clásicas “derechas” e “izquierdas”. En nuestra España “democrática” han pretendido asumir el PP y el PSOE el liderazgo de ambas.

 

Para añadir confusión ni uno ni otro grupo político han ocupado con claridad aquellas posiciones clásicas. El PSOE porque asumió principios básicos del comunismo, histórica y prácticamente antidemocráticos. El PP porque cuando dispuso de mayoría suficiente para gobernar, asumió leyes que contravenían rotundamente principios clásicos de la derecha.

Para desconcierto mayor aparecieron formaciones políticas nuevas con postulados más viejos que nuevos que buscaron (y encontraron) un lugar junto a la lumbre (y una buena opción para ganarse el sustento y algo más).






¿Qué nos quedaba por tanto de la “fiesta de la democracia”?: las opciones más personales que representaban los líderes de las dos principales formaciones. Pero en una y otra los líderes apostaron por el “fuera de juego”: Zapatero, Rajoy y Sánchez nos dejaron fuera de juego a los electores y jugaron su juego personal. Los “socialistas” procurando dinamitar los formidables logros de integración de la “transición” y forzando la escisión clásica de “las dos Españas”, incluso destrozando el concepto España. El del PP instalado en un despiste ideológico colosal, en una ambigüedad desconcertante y una gobernanza errática.

 

Dos profesores universitarios, Zapatero y Sánchez han hecho lo posible por destrozar el país. En buena parte lo han conseguido porque tenemos que reconocer que han diluido  las señas de identidad de “los españoles”  reconstruyendo la quiebra de España en dos bloques enfrentados: justo lo contrario de lo exigible a un gobernante.






El registrador de la propiedad, Rajoy, perdió rumbo al vestirse de líder y consiguió que la travesía marease a todo el pasaje. Quiso hacer bueno aquello de que “un gallego, a mitad de escalera, nunca se sabe si sube o baja”. Con su proverbial ambigüedad casi consiguió descalabrar a su propio partido y a España. Y eso que contó con la formidable ayuda del Rey Felipe VI (que por entonces asumía valiente y escrupulosamente el papel de Jefe del Estado Español).

 

Desde esos mimbres afrontamos los electores españoles más en horas que en días votar en unas elecciones locales y autonómicas.

Hay un nuevo líder nacional en el PP. Afortunadamente para mí no se presenta a estas elecciones lo que me permite posponer mi profunda duda. El otro líder nacional que no comparece ahora (y ojalá fuera nunca) representa precisamente lo que yo puedo reprobar, lo que permite dar descanso a mi hígado.




En mi pueblo, desconozco absolutamente candidatos y propuestas: entonces debería honradamente abstenerme.

En mi comunidad autónoma se presenta Isabel Diaz Ayuso. Estoy convencido de que tiene todas las condiciones que yo pido en un líder político. Además su visión de la vida en cuestiones esenciales es parecida a la mía: votaré.

 

Sea como sea os deseo a todos un imposible: disfrutad la “fiesta de la democracia”.

 

24 de mayo de 2023

 

CM

martes, 23 de mayo de 2023

DIOS EN EL CORAZÓN




AMOR
                             


Unos albergan al demonio en su corazón. Algunos nacieron así. Los más lo hicieron a golpe de esfuerzo y tesón o empujados por sus vivencias incontroladas.

Este demonio del que hablo es el más MALVADO, el más dañino.

En él vive el odio, el rencor, la envidia, la falsedad, el abuso, la destrucción, la traición, …

 

Otros tienen a Dios en el corazón. También entre estos los hay que fueron alumbrados así por sus madres. Y los hay que, perseverando en su esfuerzo personal o apoyándose en sus experiencias, lo consiguieron.

El Dios al que me refiero es del Hijo, el Cristo.

Éste Dios es AMOR. Bajo esa techumbre anidan la bondad, la comprensión, el perdón, la caridad, el compromiso, la fidelidad, la lealtad, …

 

Hay personas raras que son modelos puros de uno u otro extremo. Unas y otras irradian, contaminan irremediablemente a su entorno, desde el más próximo hasta el más lejano.

 

Hay incluso quienes tienen su corazón vacío, en el que no paran ni Dios ni el Diablo. Ni sienten ni padecen. Insensibles, “sin corazón”.

 

Los más damos cabida en nuestro corazón al Diablo y a Dios, a ambos. Y nos esforzamos porque sea uno u otro el huésped preferido. Importa el esfuerzo que en ello pongamos.

 

En mi personal experiencia sucede que todos los que conozco directamente, en mi entorno más íntimo, familia, amigos, tienen sustancialmente a Dios en el corazón. Y luchan (luchamos) por ello. Incluso entre quienes hemos conocido y tratado directamente en el ejercicio de nuestra profesión, compañeros de trabajo, clientes y proveedores, alumnos, pacientes, resulta abrumador el número de los que están más poseídos por Dios en su corazón..

Ocurre curiosamente que entre los que no conocemos directamente, o están equilibrados los dos extremos, o incluso, predominan los corazones más ocupados por el Demonio. ¿Existirá alguna explicación lógica para semejante incongruencia aparente?

 

Podríamos pensar que es un extraño y fortuito privilegio estar rodeados en nuestra proximidad por buenas personas.

O que abundan las malas personas entre las que sólo conocemos a través de terceros (medios de comunicación mediante).

O que nosotros mismos somos tan “buena gente” que contagiamos a nuestro entorno más próximo.

O que vivimos en una burbuja de bondad aislada en un mundo perverso.

 

Apostaría a que, cuando existe posibilidad de conocer a fondo a una persona, lo más probable es que tenga un corazón habitado principalmente por Dios. Pero, ¿en cuantas oportunidades podemos conocer a los demás con cierta profundidad?  Creo que son ínfimas.

 

Hasta no hace mucho nuestros mundos conocidos eran muy pequeños, el pueblo, el barrio. Los inmensos mundos desconocidos nos resultaban extraños, lejanos, exóticos, incomprensibles o, más bien, ignorados. Teníamos ocasión de conocer bastante de nuestro entorno. Podíamos apreciar la presencia de Dios en la mayor parte de nuestros vecinos y nuestra forma de vida nos ofrecía el tiempo necesario para conocer bien a nuestros próximos, abuelos, padres, hijos. También ocurría que las constantes transformaciones de nuestros mundos tenían una velocidad que los hacía  comprensibles. Tampoco existían tantas diferencias inexplicables entre nuestros abuelos y nosotros.

 

Pero la velocidad de los cambios se aceleró de tal forma que muchos se convirtieron en incomprensibles y la revolución tecnológica redimensionó nuestros mundos de manera brutal: la globalización. De forma que la inmensa mayor parte de nuestros mundos se convirtió en absolutamente desconocida y, en gran medida oscura. Yo desde luego no me reconozco la menor posibilidad de profundizar nada en el corazón de un individuo rural australiano del que seguro que consumo el producto de su trabajo. Desde luego no tengo la menor idea de quién anida en su corazón, ¿es un santo barón o una perversa alimaña?

 

Por los resultados, podríamos deducir que las clases dirigentes estarían repletas de gentes abominables, muy penetradas por el Diablo. Explicaría tantas guerras feroces, atrocidades inmensas.

Si fuera así, ¿cómo consiguieron los más malvados alcanzar el poder sobre los demás? ¿Gracias justamente a su maldad? ¿Facilitan las artes del Diablo alcanzar el dominio sobre los demás? ¿Y quedarían las artes de Dios relegadas a curar las heridas feroces del Diablo? ¿A dar de comer al hambriento, beber al sediento, alojar al sin techo, arropar al desnudo, consolar al herido, animar al triste, proteger al mancillado?

 

¿Por qué no pueden tomar el poder sobre los demás aquellos cuyos corazones están más habitados por Dios? No encuentro razón aparente para que tal no ocurra. Quiero creer que es una Revolución Posible. ¡Hagámosla!

 



Malo y lelo

Aún queda un ingrediente clave en el guiso de la convivencia humana. Es la existencia de bobos, tontos, imbéciles de remate. Creo que no haya ser humano más peligroso que el que, acogiendo al Demonio en su corazón, es, además, un perfecto idiota. Imposible predecirlo: por su maldad y por su estulticia. Resulta en estos casos prácticamente inevitable que se autovaloren como seres superiores y llamados a organizar la vida de los demás. Malvado+Necio = Destructivo. Porque del malvado inteligente se puede establecer una estrategia de defensa. Del necio, no, es impredecible.

 

En mucho menor grado de peligrosidad que el malvado tonto, existe también el bondadoso lerdo. Nunca es su intención causar daño pero lo hace con frecuencia por causa de su estupidez.

 

Sumados unos y otros (malvados y bondadosos) pero todos imbéciles, la cantidad es enorme y enormemente peligrosa si disponen de algún poder sobre los demás. Hoy día ocurre con gran frecuencia entre los profesionales de la política (también en otras muchas cofradías). Pueden hacerlas “pardas”, y lo hacen.

 

Debiera ocurrir que en los sistemas de gobernanza democrática, el voto popular evitase que malvados y tontos tuviesen poder. No es así. No cabe otra explicación que entre la masa de electores la cantidad de malvados (y también bondadosos) que, además, son bobos es enorme. 

Hasta hoy no se ha inventado algo que permita detectarlos y ajustar el valor de su voluntad y, por ende, de su voto. Y, lo más sorprendente, aún en el caso de estar perfectamente identificados por sus anteriores obras, existe una importante población que les vuelve a apoyar. ¡Fantástico!

 

 

Para quienes pretendemos que sea Dios quien mayor espacio ocupe en nuestros corazones:

         ¡ayudemos a librarnos del Diablo!,

         ¡ayudemos a librarnos de la insensatez!

 

 

 

Mayo de 2023

 

 

CM

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 27 de marzo de 2023

REQUIEM DE MOZART

 RÉQUIEM DE MOZART

 

Lacrimosa diés Illa qua resurget ex gavilla judicandus homo reus (lagrimoso el día aquel en que resurgirá de la ceniza el hombre acusado).

 

 


Ayer, con nocturnidad, nos robaron una hora del día. Nunca he llegado a entender los beneficios económicos de esos cambios de horarios. Pero seguro que nos causan trastornos de adaptación. Sea como sea nos robaron una hora.


 


Pero yo tuve una extraordinaria compensación: mi querida Mónica me había regalado por mi reciente cumpleaños un concierto organizado por Candlelight que interpretó magistralmente el cuarteto de cuerda Matrice del “Ave Verum” y el “Réquiem” de Mozart.




El lugar, el elegante, acogedor y con solera hotel Wellington. El personal que nos recibió en la entrada y atendió en la cafetería, impecable, transmitiendo, además de exquisita educación y cortesía, satisfacción por el trabajo que estaban realizando y felicidad por atender a los clientes del hotel: enormemente gratificante y, por desgracia, muy raro hoy día. Con eso, los cuidadísimos salones, el mobiliario, la decoración decadente pero muy viva, el contenido murmullo (eso no era el Parlamento) de quienes llenábamos el salón, se creaba una atmósfera de paz y sosiego muy adecuadas para regalarnos después el alma con una magnifica música.




Me recogió Monica en casa, donde dejó a la pequeña Aliona “cuidando” a la abuela Mily (lo que hizo a la perfección; está muy conectada con ella y su salud). A una hora propicia para la condensación de coches regresando a Madrid, milagrosamente tanto la carretera como el recorrido por la ciudad soportaban una circulación bastante fluída. En el aparcamiento de Velázquez, plazas de sobra a elegir, a la misma puerta. Fuera, la espaciosa calle flanqueada de majestuosos edificios y elegantes comercios. Las aceras pulcramente limpias y ,a esa hora, con escasos paseantes. Pocos coches circulando. En fin, todo propicio para disfrutar junto con mi entrañable compañera de una especialísima tarde de domingo.



 


La ligera merienda en el hotel estupenda, con el impecable servicio que comenté, regio mantel y grandes servilletas de un hilo blanco puro, vajilla cálida, cubertería de calidad, pastas y bizcochitos gustosos y unos apetitosos emparedados nos calentaron los sentidos para lo que venía a continuación. Mientras, Mónica me puso al día de parte de sus trabajos y proyectos importantes. Gozan de rigor y profesionalidad en su fondo y en sus presentaciones sugestivas y en todos aparece su explosiva creatividad y su originalidad sorprendente. No sobran las ocasiones en que puedo aproximarme a su desbordante trabajo. Un deleite.


 


El Réquiem fue la última obra compuesta por el formidable Mozart. A su muerte (5 de diciembre de 1791) dejó la obra inconclusa que terminó después su alumno Süssmayr, siguiendo precisas indicaciones del genio. Mozart, ya muy enfermo, debilitado por la fatiga de la enfermedad vertió en su última obra los sentimientos íntimos de su decrepitud y su inminente fallecimiento. Transmite así el Réquiem unas  ondas emociones que se corresponden con el recuerdo y la despedida: las escuchas con el corazón. 


 


Los dos violines, la viola y el violoncello ajustadamente armonizados vibraron acordes con la bellísima Misa de Requiem. La versión que disfrutamos fue la adaptación para cuarteto de cuerda realizada por Peter Lichtenthal (1780-1853). Desprovista de la escritura coral y orquestal, torna en una música intimista y desacralizada, convertida en música de cámara con valor propio.

 

Espléndida tarde primaveral de domingo. Sólo por eso ya merece la pena para que me esfuerce por alcanzar otro cumpleaños y aspirar a otro regalo parecido. Muchas gracias.






jueves, 23 de marzo de 2023

LA INTELIGENCIA DE LOS ABEJORROS





A la hora de enfrentarse a un reto nuevo, los abejorros pueden idear soluciones nuevas. Si hay un compañero cerca, se fijan en él, le observan y no se limitan a copiar: son capaces de adaptar lo que ven a su situación para resolverla con mayor eficiencia.(La Vanguardia 23-3-2023)

 

 


La prestigiosa revista Science publica una investigación de expertos de la Universidad Queen Mary de Londres con sorprendentes conclusiones: un insecto, el abejorro, es capaz de resolver rompecabezas y problemas planteados por los humanos con una fascinante “flexibilidad cognitiva”. Adquieren los abejorros “nuevas tendencias” observando y aprendiendo del comportamiento de otro abejorro. Ello abre la posibilidad de que el aprendizaje de los abejorros, además de ser instintivo pueda ser social: son capaces de observar y aprender para después convertir ese comportamiento en un hábito. De hecho, pueden responder a retos ambientales totalmente nuevos mucho más rápido que mediante cambios evolutivos. Es fascinante en el mundo de los insectos.

 



Los días 21 y 22 de marzo (a punto de cumplir yo setenta y seis años), se ha celebrado en Las Cortes un debate entre nuestros representantes políticos incluyendo a un anciano (89 años) profesor de economía, el señor Tamames. A éste correspondió defender el voto de censura presentado por el partido Vox contra el actual gobierno de Pedro Sánchez. Obvio los tratamientos formales porque creo que hay que merecerlos.

El profesor Tamames hubo de esperar más de dos horas y media para intervenir exponiendo sus ideas. Casi consiguen derrotar al profesor Tamames de cansancio y abulia insoportables para su edad avanzada antes de llegar su turno. Intervención primero del señor Abascal, principal firmante de la moción de censura. Creo que fue la suya una faena más que aseada, comedida en las formas incluso en sus denuncias de los desmanes del gobierno de Sánchez. Entorno a cuarenta y cinco minutos necesitó el señor Abascal para presentar al profesor Tamames y veintiuno para desgranar sus denuncias contra Sánchez. Sánchez trajo de casa más de veinte folios que no respondían lógicamente a los requerimientos de Abascal. En la plúmbea lectura de autobombo y egolatría empleó más de cincuenta: puramente “¿adonde vas?; naranjas traigo” (tal cual suele). Y en sus réplicas (con idéntico proceder), otros treinta y cinco minutos. ¡Más de dos horas y media de “prolegómenos” situaron al profesor al borde del sueño o del colapso!


El anciano profesor intervino al fin con la voz mermada por sus muchos años pero con una perfectamente iluminada cabeza. Respetuoso, exquisito en las formas, denunció con rotundidad  las tropelías de Sánchez que a su entender estaba perpetrando contra la democracia. Le afeó sus intervenciones interminables y vacuas y puntualizó algunos aspectos de nuestra historia reciente. A la comunista Yolanda Díaz, lanzada al estrellato por Sánchez, le recomendó que sintetizase la exposición de sus ideas.

Conocíamos de antemano la infecundidad de la moción de censura de Vox por falta de apoyos. Inutilidad sí para producir un cambio de gobernante, pero no para poder aprender claridad de pensamiento, mesura en su exposición, elegancia en las maneras (tremendas las intervenciones de Pachi López y de Valdoví por insolentes, vociferantes, que merecieron algún consejo de compostura por parte del profesor que se vio obligado a recordar que estaban en el templo del “hablar”).




Allí estaban reunidos nuestros representantes “para debatir”. Si fuese cierto que nos “representan”, seriamos una vergüenza absoluta de especie zoológica. 

¡Ojalá pudieran aprender de los abejorros!