LA “FIESTA” DE LA DEMOCRACIA
Alguien llamó a las elecciones políticas “la fiesta de la democracia”. Fiesta porque se supone que es la oportunidad que tenemos los ciudadanos-votantes para elegir a quienes nos han de gobernar en el próximo periodo. Pero aprendimos del “viejo profesor” que las promesas electorales de los políticos son “para no cumplirse”. Daba carta de naturaleza al engaño en las promesas políticas. El insigne cínico expresaba con rotundidad una verdad que luego hubimos de asumir los electores como incuestionable.
Más tarde, aprendimos que los “programas electorales” tampoco están confeccionados para cumplirse. No encuentro por tanto justificación para que nos sometamos a las “campañas electorales”, que no son gratis en absoluto. Que, incluso en un país con todas sus necesidades básicas cubiertas para todos, sería un derroche absurdo. Desde luego en España estamos muy lejos de disfrutar de tales condiciones económicas, ¡como para dilapidar la riqueza que no nos sobra!
¿Qué motivo quedaba entonces para apoyar a unos o a otros aspirantes a gobernar? En principio las estructuras ideológicas de los partidos: las viejas y clásicas “derechas” e “izquierdas”. En nuestra España “democrática” han pretendido asumir el PP y el PSOE el liderazgo de ambas.
Para añadir confusión ni uno ni otro grupo político han ocupado con claridad aquellas posiciones clásicas. El PSOE porque asumió principios básicos del comunismo, histórica y prácticamente antidemocráticos. El PP porque cuando dispuso de mayoría suficiente para gobernar, asumió leyes que contravenían rotundamente principios clásicos de la derecha.
Para desconcierto mayor aparecieron formaciones políticas nuevas con postulados más viejos que nuevos que buscaron (y encontraron) un lugar junto a la lumbre (y una buena opción para ganarse el sustento y algo más).
¿Qué nos quedaba por tanto de la “fiesta de la democracia”?: las opciones más personales que representaban los líderes de las dos principales formaciones. Pero en una y otra los líderes apostaron por el “fuera de juego”: Zapatero, Rajoy y Sánchez nos dejaron fuera de juego a los electores y jugaron su juego personal. Los “socialistas” procurando dinamitar los formidables logros de integración de la “transición” y forzando la escisión clásica de “las dos Españas”, incluso destrozando el concepto España. El del PP instalado en un despiste ideológico colosal, en una ambigüedad desconcertante y una gobernanza errática.
Dos profesores universitarios, Zapatero y Sánchez han hecho lo posible por destrozar el país. En buena parte lo han conseguido porque tenemos que reconocer que han diluido las señas de identidad de “los españoles” reconstruyendo la quiebra de España en dos bloques enfrentados: justo lo contrario de lo exigible a un gobernante.
El registrador de la propiedad, Rajoy, perdió rumbo al vestirse de líder y consiguió que la travesía marease a todo el pasaje. Quiso hacer bueno aquello de que “un gallego, a mitad de escalera, nunca se sabe si sube o baja”. Con su proverbial ambigüedad casi consiguió descalabrar a su propio partido y a España. Y eso que contó con la formidable ayuda del Rey Felipe VI (que por entonces asumía valiente y escrupulosamente el papel de Jefe del Estado Español).
Desde esos mimbres afrontamos los electores españoles más en horas que en días votar en unas elecciones locales y autonómicas.
Hay un nuevo líder nacional en el PP. Afortunadamente para mí no se presenta a estas elecciones lo que me permite posponer mi profunda duda. El otro líder nacional que no comparece ahora (y ojalá fuera nunca) representa precisamente lo que yo puedo reprobar, lo que permite dar descanso a mi hígado.
En mi pueblo, desconozco absolutamente candidatos y propuestas: entonces debería honradamente abstenerme.
En mi comunidad autónoma se presenta Isabel Diaz Ayuso. Estoy convencido de que tiene todas las condiciones que yo pido en un líder político. Además su visión de la vida en cuestiones esenciales es parecida a la mía: votaré.
Sea como sea os deseo a todos un imposible: disfrutad la “fiesta de la democracia”.
24 de mayo de 2023
CM
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