EL SOBRE SANCHISTA
Los que gobiernan España están comprando votos en la mejor tradición de “Jarrapellejos”. Dinero por voto. Como soy bastante rico debido a que mis necesidades son ya asaz magras, esos desalmados van a tener muy difícil dar con la cifra que me conmueva. Pero me haría cierta ilusión recibir su propuesta dentro de un sobre-PSOE (con nuestros dineros) a cambio de mi sobre electoral. No, a estas alturas, va a ser muy difícil que llegue. Y me evitará el gustazo de devolvérselo con vomitivo desdén, no por orgullo, por asco.
El taimado jefe de la banda es un experto en engaños y timos: ¿le recordáis escondiendo una urna tras la cortina para engañar a sus propios conmilitones? Aquello ya me dio una radiografía suficientemente ilustrativa del fulano. Pero, ¡cuidado: sí les engañó! Con el tiempo fue perfeccionando su habilidad de falaz embaucador. Mintió a sus votantes. Y, ahí lo tenemos hoy, presidiendo el gobierno de una España en la que no cree (u odia), aclamado presidente de la Internacional Socialista y próximo presidente del Consejo de la Unión Europea. Un absoluto campeón. Un eficacísimo disolvente: lo está consiguiendo con España, rematará a la putrefacta Internacional Socialista, y en sus seis meses tiempo le sobrará para resquebrajar lo que queda de la Unión Europea. Ha organizado una partida de truhanes comprados y sometidos que denigran la Socialdemocracia, son “Sanchístas”.
Tenemos nosotros la oportunidad de encararlo, enfrentarlo, derrotarlo y salvar los muebles rotos de España, de la Socialdemocracia Internacional y de la añeja Europa desnortada.
El veintiocho de mayo de dosmilveintitrés podemos, debemos, serrarle las patas de la banqueta que le sostiene, endosándoles a él y a sus bandidos una estruendosa derrota.
Luego ¡ojo avizor con los sustitutos! No vaya a ser que, por incapacidad, por acomplejados, por traidores, no nos dirijan a los españoles hacia donde mereció el esfuerzo y fatigas de nuestros antepasados y nuestro propio esfuerzo y fatigas. Por nosotros y por nuestros descendientes.
Hay que ganarles en cada pueblo, cada región. Debe ser una derrota en toda regla aún con las urnas que nos han contaminado con sus trapacerías. Hay que derrotarles a ellos y a sus engaños y fraudes. Vencidos en las urnas, tomarán las calles, no lo dudéis. Tendremos que encararlo también, con lealtad a nosotros mismos y a España, con rigor, con respeto a todos, con la Ley, eliminando con decisión las normas injustas que nos apartan de la democracia, de la libertad y de la Constitución y sometiendo al imperio de las normas jurídicas a cuantos atenten contra nuestra serena convivencia. Somos un gran país, herido de consideración, pero con los reaños suficientes como para situarlo en el lugar destacado que le corresponde.
Si lo hacemos, habremos merecido el respeto de quienes nos hereden. Y, sobre todo, habremos alcanzado el respeto a nosotros mismos.
Nuestro voto es limpio. No lo compramos, lo respetamos con la gallardía de saber que con él caminamos hacia nuestro verdadero progreso.
¡Suerte, españoles!
26 de mayo de 2023
CM
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