lunes, 18 de agosto de 2025

 SAN PEDRO DE CANSOLES

Y LA SOLUCIÓN SÁNCHEZ

 






“¡Ayuda!”, llora un anciano.

“¡Abandonados!”, gime airada una joven.

La desesperación, el desamparo, la ira y el dolor encogen los corazones de miles de españoles devastados por su impotencia frente a un fuego atroz, sin ayudas, sin medios, condenados.

Los lamentos y la desesperación llegaron por fin al presidente del gobierno. Tardaron doce días en llegarle las súplicas a Sánchez. ¡Pero, aunque tarde, Sánchez, el poder, iba a actuar!

 




San Pedro de Cansoles, era una pequeña población de Guardo, en Palencia, en el extremo de la Cañada Real Leonesa Oriental. Allí estableció su campamento Octavio Augusto 26 años antes del nacimiento de Cristo. Ya no existe, también ha quedado devorada por el fuego.







Heroicos luchadores, físicamente deshechos, moralmente deshechos, poniendo en la lucha sus vidas, a falta de herramientas, a falta de los mínimos medios adecuados, armándose como sus antepasados medievales con ramas y palas y arrojo infinito, perdieron contra el fuego, perdieron con sus súplicas.

No había duda, imploraban la ayuda del poderoso para luchar contra las llamas y salvar lo suyo.

 


MARLASKA MUY INTERESADO Y ATENTO A LA LECCIÓN DEL DIOS


Por fin el presidente escuchó sus lamentos. Y les “propuso un gran pacto de Estado para mitigar los efectos del cambio climático”. Las casas sucumbieron.

Dejó de llorar el anciano, de gemir la iracunda joven. Mudos en un primer momento, incrédulos de no haber entendido el presidente de su gobierno en qué consistía el fatal momento. Asombrados después de que su presidente no entendiera nada de lo que estaba pasando, de lo que estaban sufriendo. O, sí lo conocía, pero le importaba un comino, nada. ¡NADA!  Puede que sea un marciano, o una piedra.

 

Los desheredados de San Pedro de Consoles se han tenido que sumar, heridos, incrédulos, hundidos, a los millones de compatriotas que saben que carecen de presidente del Gobierno, carecen de Gobierno. ¿Qué son entonces los que ocupan palacios, ministerios, diputaciones? Los mismos que gestionaron las consecuencias del terremoto de Lorca, la Pandemia, el Volcán de La Palma, el Apagón, el desastre Ferroviario, …



Tenemos un modelo que parece querer decir: “QUE CADA QUIEN SE APAGUE SU INCENDIO”. Es una tremenda barbaridad que se desprende de la regulación constitucional en sus artículos 148 y 149 y su desarrollo en los conocidos como Estatutos de Autonomías:

    -Insolidaridad humana inaceptable.

    -La naturaleza desconoce fronteras políticas.

    -Los partidos políticos son anticolaboracionistas.

Mucho dudo que el legislador pretendiese semejante aberración, pero sí creo que pecase de gran ingenuidad al suponer una natural coordinación y colaboración entre las diversas administraciones públicas. 

Hoy casi todo el mundo usa el término de “competencia” con la intención de fijar quién es el “responsable” ante cualquier desastre, tomando la segunda acepción de la RAE; porque la primera asimila competencia a disputa o competición y en ningún caso al saber profesional  (hoy día maldito) para actuar eficazmente ante determinada situación. Jugando con el lenguaje, con un mismo término podemos decir que ”alguien participa en una competencia (disputa) pero sin tener la competencia (responsabilidad) por no tener la competencia (conocimiento) suficiente para ello.

El fuego no deja de avanzar. Seguramente continuará tragándose viviendas, ganado, cultivos, recuerdos. Hasta puede que el presidente aporte nuevos alambicados exabruptos.

 

CM

18-8-2025


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