ARDE ESPAÑA,
HOY IRREMISIBLE
En las dos primeras quincenas de agosto:
-han muerto ya seis personas y hay más de una docena de heridos muy graves y más de 9.000 evacuados,
-arden más de 150.000 hectáreas que afectan a varias regiones,
-los desgarradores lamentos de quienes pierden casa, ganado, suplican llorando una ayuda que no llega,
-muchos se niegan a abandonar sus casas y deciden con agonía exponer sus vidas, defenderse con ramas, pequeñas mangueras y cubos de agua porque saben que están solos frente a las llamas,
-todo queda al heroísmo de insuficientes bomberos, UME, voluntarios y vecinos, la potencia y dirección del viento, la humedad ambiental,
-muchos han perdido todo y todos hemos perdido mucho sin poder predecir lo que queda por perder.
Hasta los más legos podíamos prever que, tras una primavera lluviosa y templada, con todos los campos cubriéndose de vegetación espesa, un verano caluroso suponía un evidente riesgo. Los profesionales, los que encaran las llamas, lo pronosticaban silenciados por el sistema.
La responsabilidad pública está diluida entre:
-la administración central, el gobierno de la nación,
-las administraciones territoriales, los gobiernos autonómicos,
-las Diputaciones Provinciales,
-los Ayuntamientos.
La responsabilidad diluída, inconcreta y las administraciones convertidas en batallones de enfrentamiento político, determinan que es prácticamente imposible identificar a la administración responsable. ¡Nunca hay responsables públicos!
Es decir, tenemos un sistema de administración pública rotundamente ineficaz (la Pandemia, el Volcán de La Palma, la Dana de Valencia, la España ardiendo, son trágicas muestras sobradas e irrefutables). ¡Nuestro sistema no permite la efectividad!: a más Estado, menos eficacia.
Además, la ciencia, la experiencia y la profesionalidad han desaparecido bajo las ideologías(?). Ideologías (intereses) políticas, modas (intereses) ecologistas, sin ningún respaldo científico, han convertido la prevención en delito y el abandono en política de Estado.
Padecemos tal maraña de administraciones y tal cantidad de ineptos e insensatos (¡y delincuentes!) legislando y gobernando que parecemos condenados a ser tragados por el cieno de una negligencia culposa y dolosa de dimensiones siderales.
Incalificables algunas manifestaciones de quienes cobran por servir pero que no sólo demuestran reiteradamente su incapacidad para servir (nos quedamos sin servicio ferroviario) sino que incluso se mofan inhumanamente de quienes sufren y les pagan. Clamorosa también (y de nuevo) la ausencia chirriante del inquilino que ahora tenemos en La Mareta.
Algunos datos económicos (Tribunal de Cuentas UE):
-inversión en prevención de incendios:
España: 221 millones
Portugal: 615 millones
Grecia: 837 millones
-el gasto en prevención se ha reducido más de un 50% en trece años (364 millones en 2009)
-gasto en La Mareta (año 2023):
220 mil euros en eficiencia energética
81 mil euros en limpieza
176 mil euros en seguridad
El fuego sigue extendiéndose por España.
CM
16-8-2025
PD: acabo de ver a Marlaska en directo ¡en su primera comparecencia! Dice: no es un problema del gobierno de la nación sino de las comunidades afectadas a quienes el gobierno está facilitando lo que necesitan. No hay motivo para declarar la Emergencia Nacional. ¡Sinvergüenza¡





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