lunes, 15 de septiembre de 2025

 LA CALLE TOMA EL PODER

 







El Gobierno estima que unas cien mil personas “pacíficas y ejemplares” suspendieron por la fuerza la Vuelta Ciclista a España, en un acto de dignidad, a pesar de la oposición de más de mil quinientos agentes del orden de los que un par de docenas terminaron en el hospital.

El gobierno nacional, con su jefe al frente, fue el instigador, alentador y elogiador de que la SUBVERSIÓN CALLEJERA tomara el poder en las calles de la capital de España y consiguiera suspender un acto deportivo que, no me cabe la menor duda, gozaba de todas las autorizaciones legales: responsables políticos del deporte, de la seguridad ciudadana, de comunicaciones, de docenas de corporaciones locales, de cuantas autoridades autonómicas estuvieron implicadas, más … añadan ustedes hasta cansarse las autorizaciones y permisos que nuestras abundantes administraciones y burocracias hayan debido expedir para la celebración de un evento deportivo que viene celebrándose durante noventa años. Todas, absolutamente todas esas autorizaciones emitidas por las autoridades competentes que reconoce nuestro ordenamiento jurídico fueron despreciadas por el jefe del gobierno que, muy por encima de todas y de todos, mostró su orgullo por ser el “dueño y señor de la calle” a la que nombró sustituta del estado democrático de derecho.

Pues bien, unas cien mil personas “pacíficas”, pero “manu militari”, han invalidado todos los permisos y autorizaciones legales, se han enfrentado y desbordado a las fuerzas de seguridad (como eran “pacíficas” han enviado al hospital un par de docenas de agentes sólamente) y han dinamitado la celebración de la tradicional y prestigiosa competición deportiva internacional.





En su lúcido artículo “España, estado fallido”, Bernaldo de Quirós expresa que “nuestro país se acerca a marchas forzadas al colapso total de la autoridad por la “carcoma moral” interna y el deterioro democrático como efecto directo de este Gobierno. La “fragilidad” de un Estado surge de un desequilibrio significativo en las relaciones entre el Estado y la sociedad. España carece de un proyecto de nación sólido y las estructuras económicas y políticas la sitúan en vulnerabilidad crónica y lista para desestabilizarse ante cualquier shock. El Gobierno social-comunista ha sometido a casi todos los organismos e instituciones diseñados para garantizar los derechos y libertades individuales, impedir el abuso del poder y hacer frente con eficacia a situaciones extremas. La deuda pública (101,8% del PIB), la fiscalidad exuberante que destruye los incentivos a trabajar, ahorrar o invertir, una tasa de paro estructural del 10,3% (casi doble de la media europea), altas tasas de pobreza y de exclusión social, avalan la tesis del Estado Fallido. Las cifras reflejan una grave falla política, social y cultural. El Gobierno social-comunista ha empobrecido a las clases medias españolas y se ha convertido en un paria internacional. La “carcoma moral” simbolizada por este Gobierno, ha corroído los cimientos del sistema democrático y económico. El tiempo para la indiferencia se ha agotado.”


No puedo poner un pero al análisis y tesis de Bernaldo de Quirós. A las tinieblas expuestas yo añado el pavor a que una gran parte de la sociedad civil parezca anestesiada o indiferente al feroz deterioro que alcanza a la médula de una convivencia social sana.





Creo que el Gobierno Sánchez, ante la resistencia casi heroica del Poder Judicial a ser sometido, y unos primeros síntomas de que el Poder Legislativo ofrezca alguna duda a seguir participando en la almoneda en que el partido socialista ha colocado a España, esté optando a sustituirlos definitivamente por el “Poder Popular” expresado por la toma de las calles, confiando en que una estulta sociedad acepte sin más que unos miles de “pacíficos y ejemplares” ciudadanos sean realmente el Poder Popular, encabezado por Sánchez.

 

CM

15-9-2025


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