SE ACABÓ EL CUENTO
Como dice Pérez Reverte éste es un mundo duro, difícil, incluso cruel. Y se empeñaron en inocularnos que era “pastoril” con lo que nos hemos ido ablandando, jugando a Heidi y Pedro. ¡Y es un cuento!
Los sanitarios, buenos, regulares y malos (como en todas partes, pero con peores consecuencias). Y muy sobrepasados (como en todas partes, pero con peores consecuencias).
Constato cada día que “la broma” en nuestro primer mundo se acabó. Veremos cómo (o si) lo podemos manejar.
Aquí no contrata nadie (ademas de los obstáculos, del riesgo y de la zozobra, oficialmente está muy mal visto ser contratante). Pero las necesidades crecen (preguntemos a los canarios por sus constantes y crecientes visitantes africanos (luego repartidos por el resto de España sin ton ni son y sin indicación del sendero para salir dignamente adelante). Vienen con necesidades muy primarias. Y a todos les contaron el cuento de Heidi y Pedro (y se lo creyeron).
¿Quién paga la factura del cuento? En absoluto los “cuentistas profesionales”, tampoco los viejos, ni los inmigrantes engañados y analfabetos: todos estos colectivos sólo producimos gasto, gasto enorme y creciente. Cada día es más reducido el grupo de quienes producen y soportan sobre sus espaldas el gasto disparatado de la fiesta colosal, verdaderos héroes vampirizados por el Estado opresor hasta la extenuación y al tiempo despreciados por mandatarios o primates. Aquellos son los únicos que no viven del cuento y día a día tienen menor reemplazo: ¡es mucho más yupi vivir del cuento, mucho más “inteligente”! ¡Y “mejor visto”!
Estoy seguro de que queda muy poco para el impago definitivo de la factura, ¡se acabó la broma!, ¡se terminó la fiesta! Después, el abismo.
4-2-2024
CM
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