viernes, 22 de agosto de 2025

 LA ESPAÑA RURAL

Y LAS CATÁSTROFES

 





Desde hace dos semanas el fuego arrasa unas 380 mil hectáreas. Todas en zonas rurales, principalmente de Galicia y de Castilla-León. Sigue avanzando.

      Menos del 16% de la población vive en zonas rurales, unos 7,5 millones de personas. De ellos, 2,2 millones residen en poblaciones de menos de 2.000 habitantes.

      La población rural ocupa el 85% del territorio. La densidad media poblacional es de 17,6 personas/km2 (en zona urbana 495 personas/km2). Es obvia la dificultad que tiene la población rural para acceder a los recursos y servicios. ¿Condenada a desaparecer?






     

      Castilla-León tiene 2,4 millones de habitantes y más de 94 mil km2  (la mayor extensión de España): 25 habitantes/km2. El 36% vive en zonas rurales con pérdida y envejecimiento muy importantes de la población, especialmente acusados en poblaciones de menos de 2 mil habitantes. Es la Comunitad con mayor masa forestal (más de 5 millones de hectáreas, 50% del territorio). ¡”De qué le ha servido encabezar las certificaciones de gestión forestal sostenible”! (1)

      Galicia tiene 2,7 millones de habitantes y más de 29 mil km2: 92 habitantes/km2. 630 mil personas viven en zonas rurales (más del 23%). Tiene una orografía accidentada y una masa forestal del 70% de su superficie (más de 2 millones de hectáreas). Su industria forestal-maderera supone el 18% de su PIB. (1)


(1) Todos los datos anteriores de Castilla-León y de Galicia son anteriores al desastre causado por los incendios recientes, actuales (y próximos). 

 





En lo que va de año se han incendiado más de 400 mil hectáreas en España. Zamora, Orense y León suman 3/4 partes de las hectáreas calcinadas.

-Una primavera lluviosa ha generado en los campos un yerbacero anormal.

-La ganadería extensiva camina hacia la extinción.

-Los mayores incendios se han producido en espacios especialmente protegidos. ¿Protegidos?

-El mes de agosto está soportando muy altas temperaturas en sucesivas olas de calor.

-Fuertes y cambiantes vientos hacen que los incendios estén siendo muy difíciles de combatir.

-Los medios oficiales han acudido con un retraso inexplicable e insuficiente.

-Vecinos y voluntarios, sin medios y temerariamente, han conseguido evitar mayores catástrofes de las sufridas en pequeñas poblaciones.





Se ha puesto en evidencia que el sistema de prevención y combate contra el fuego desde el Estado (Central y Comunidades Autónomas) no funciona.


Los partidos políticos nos dan un espectáculo soez, bochornoso, triste y totalmente estéril para aliviar la tragedia.

Un galimatías de legislaciones, instituciones y la proliferación de órganos, comisiones, ministerios, secretarios, subsecretarios, directores generales, subdirectores generales, gobiernos regionales, consejerias regionales, ayuntamientos, metomentodo, listillos que no han pisado el campo, ideólogos de pacotilla, imbéciles siderales, …, forman un cóctel altísimamente explosivo y colosalmente ineficaz.

Reconstruir, repoblar y desbrozar los montes y campos será una labor costosa, difícil y seguro que más lenta de lo que todos deseamos porque son miles de familias las que han perdido, además de vidas, casas, ganado, medios de subsistencia que requieren una actuación inmediata que, ya sabemos por tristísimas experiencias anteriores, no se va a dar.

Pero mucho me temo que aún será más costoso y difícil desbrozar un sistema de administración pública que requiere actuación inmediata y un gran trabajo en profundidad para lo que es preciso que se “clareen” los políticos y se impliquen experimentados, expertos y sensatos.





El fuego (las inundaciones, los volcanes, las pandemias, …) no sabe de fronteras políticas, no existen. Las soluciones tampoco pueden tener fronteras políticas. ¿Asumimos ignorar, enterrar, a 7,5 millones de nuestros compatriotas? ¿Prescindimos del 85% de nuestro territorio; podemos sobrevivir sin él, sin ellos?





Lo que hoy estamos viendo otra vez, es añadirle a una catástrofe natural, otra catástrofe de gestión pública, que extiende aquella hasta extremos inconcebibles.

 

CM

22-8-2025

 

 

     


martes, 19 de agosto de 2025

 NUESTRO ESTADO

Y LOS INCENDIOS

(el órgano crea la función)

 





Tenemos un modelo que parece querer decir: “QUE CADA QUIEN SE APAGUE SU INCENDIO”. Es una tremenda barbaridad que se desprende de la regulación constitucional en sus artículos 148 y 149 y su desarrollo en los conocidos como Estatutos de Autonomías:

-Insolidaridad humana inaceptable.

-La naturaleza desconoce fronteras políticas.

-Los partidos políticos son claramente anticolaboracionistas.

Mucho dudo que el legislador pretendiese semejante aberración, pero sí creo que pecase de gran ingenuidad al suponer una natural coordinación y colaboración entre las diversas administraciones públicas.





La Ley de Montes de 2023 determina que corresponde a la Administración General del Estado (en colaboración con las Comunidades Autónomas), desplegar medios estatales de apoyo a las Comunidades Autónomas para la cobertura de los montes contra incendios. Para ello se creó el órgano técnico Comité de Lucha Contra Incendios Forestales (CLIF) para que haga la coordinación interadministrativa en materias de prevención y extinción. Está adscrito a la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad. El CLIF está presidido por la Subdireccion General de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación (SGPFLD) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Los acuerdos adoptados por el CLIF se elevan a la Conferencia Sectorial y se incluyen en el Plan de Actuaciones de Prevención y Lucha contra los Incendios aprobado anualmente en Consejo de Ministros. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico debe desplegar una serie de medios por toda España para asegurar esa función de apoyo a las Comunidades Autónomas en labores de extinción y prevención, teniendo en cuenta que dichos medios son de cobertura nacional.

¡COLOSAL GALIMATÍAS!

 




Mucho me temo que, si la administración general ha desarrollado semejante trabalenguas de formidable vacuidad para simplemente ofrecer apoyo, cada Comunidad Autónoma, sujeto competente-responsable, habrá desarrollado su propio dédalo administrativo para la prevención y extinción de los incendios. Mi experiencia es que “el órgano crea la función”, es decir, basta que se cree un órgano con alguien al frente para que autogenere un crecimiento ajeno a las necesidades reales. Ese crecimiento tiende a generar tal cantidad de grasa que se torna ineficiente forzosamente de no ponerle dieta y freno.





El perejil lo puede poner que Administración General y Administración Autonómica sean gobernadas por partidos políticos antagonistas. En tal caso, el pastel resultaría “explosivo”. En el mejor de los casos creo que inevitablemente ocurriría lo que a un gran amigo con sus dos compuestos y extensos primeros apellidos en los exámenes escritos: el tiempo de la primera pregunta lo tenía que emplear en escribir su nombre (doble) y dos apellidos. Sólo llego a una conclusión respecto a la participación de nuestro enorme Estado en la prevención y extinción de los incendios:


¡ESTAMOS SOLOS!

 

Hoy casi todo el mundo usa el término de “competencia” con la intención de fijar quién es el “responsable” ante cualquier desastre, tomando la segunda acepción de la RAE; porque la primera asimila competencia a disputa o competición y en ningún caso al saber profesional  (hoy día maldito) para actuar eficazmente ante determinada situación. Jugando con el lenguaje, con un mismo término podemos decir que ”alguien participa en una competencia (disputa) pero sin tener la competencia (responsabilidad) por no tener la competencia (conocimiento) suficiente para ello”.

 

Total, roza el milagro que vecinos, voluntarios, bomberos y UME, todos ellos héroes impagables (y mal pagados los profesionales) sean capaces, con sólo la ayuda aérea nacional y extranjera, de sortear a las administraciones y, además, combatir los incendios.

 




España arde, por los incendios también.

¡Dios nos ampare a todos!

 

CM

19-8-2025

 


lunes, 18 de agosto de 2025

 SAN PEDRO DE CANSOLES

Y LA SOLUCIÓN SÁNCHEZ

 






“¡Ayuda!”, llora un anciano.

“¡Abandonados!”, gime airada una joven.

La desesperación, el desamparo, la ira y el dolor encogen los corazones de miles de españoles devastados por su impotencia frente a un fuego atroz, sin ayudas, sin medios, condenados.

Los lamentos y la desesperación llegaron por fin al presidente del gobierno. Tardaron doce días en llegarle las súplicas a Sánchez. ¡Pero, aunque tarde, Sánchez, el poder, iba a actuar!

 




San Pedro de Cansoles, era una pequeña población de Guardo, en Palencia, en el extremo de la Cañada Real Leonesa Oriental. Allí estableció su campamento Octavio Augusto 26 años antes del nacimiento de Cristo. Ya no existe, también ha quedado devorada por el fuego.







Heroicos luchadores, físicamente deshechos, moralmente deshechos, poniendo en la lucha sus vidas, a falta de herramientas, a falta de los mínimos medios adecuados, armándose como sus antepasados medievales con ramas y palas y arrojo infinito, perdieron contra el fuego, perdieron con sus súplicas.

No había duda, imploraban la ayuda del poderoso para luchar contra las llamas y salvar lo suyo.

 


MARLASKA MUY INTERESADO Y ATENTO A LA LECCIÓN DEL DIOS


Por fin el presidente escuchó sus lamentos. Y les “propuso un gran pacto de Estado para mitigar los efectos del cambio climático”. Las casas sucumbieron.

Dejó de llorar el anciano, de gemir la iracunda joven. Mudos en un primer momento, incrédulos de no haber entendido el presidente de su gobierno en qué consistía el fatal momento. Asombrados después de que su presidente no entendiera nada de lo que estaba pasando, de lo que estaban sufriendo. O, sí lo conocía, pero le importaba un comino, nada. ¡NADA!  Puede que sea un marciano, o una piedra.

 

Los desheredados de San Pedro de Consoles se han tenido que sumar, heridos, incrédulos, hundidos, a los millones de compatriotas que saben que carecen de presidente del Gobierno, carecen de Gobierno. ¿Qué son entonces los que ocupan palacios, ministerios, diputaciones? Los mismos que gestionaron las consecuencias del terremoto de Lorca, la Pandemia, el Volcán de La Palma, el Apagón, el desastre Ferroviario, …



Tenemos un modelo que parece querer decir: “QUE CADA QUIEN SE APAGUE SU INCENDIO”. Es una tremenda barbaridad que se desprende de la regulación constitucional en sus artículos 148 y 149 y su desarrollo en los conocidos como Estatutos de Autonomías:

    -Insolidaridad humana inaceptable.

    -La naturaleza desconoce fronteras políticas.

    -Los partidos políticos son anticolaboracionistas.

Mucho dudo que el legislador pretendiese semejante aberración, pero sí creo que pecase de gran ingenuidad al suponer una natural coordinación y colaboración entre las diversas administraciones públicas. 

Hoy casi todo el mundo usa el término de “competencia” con la intención de fijar quién es el “responsable” ante cualquier desastre, tomando la segunda acepción de la RAE; porque la primera asimila competencia a disputa o competición y en ningún caso al saber profesional  (hoy día maldito) para actuar eficazmente ante determinada situación. Jugando con el lenguaje, con un mismo término podemos decir que ”alguien participa en una competencia (disputa) pero sin tener la competencia (responsabilidad) por no tener la competencia (conocimiento) suficiente para ello.

El fuego no deja de avanzar. Seguramente continuará tragándose viviendas, ganado, cultivos, recuerdos. Hasta puede que el presidente aporte nuevos alambicados exabruptos.

 

CM

18-8-2025