domingo, 4 de febrero de 2024

 DE MÉDICOS, FARMACÉUTICOS Y ENFERMOS

 




Los tropiezos de salud dan oportunidad de entablar conversación con quienes no es fácil o, al menos habitual, que charlemos. 

El último catarro (alguna secuela aún queda) y una necesidad hospitalaria fueron inesperados vehículos de interesantes charlas.



En un centro médico tuve la suerte de que me atendiese una profesional rigurosa pero amable, profesional pero humana. Le pareció que me dolía de una garganta en mal estado y me aconsejó y recetó en consecuencia advirtiéndome que los síntomas finales serían pelmas. 

No sé decir ahora cuál fue el motivo que disparó un corto (estaba en consulta) pero muy sustancioso parloteo. En su opinión la situación general es desastrosa y opinaba que nada podía hacerse para remediarlo. Escuchaba en su consulta el desánimo de las más diversas personas (claro que estaríamos condicionados por nuestras dolencias). Su opinion es que el mal viene de hace años, en un progresivo y constante deterioro de la vida individual y, principalmente social. Su parecer hacia los líderes y dirigentes sociales no podía ser más oscuro y descalificador. 

Me pareció llamativa su desmotivación por tratarse de una persona evidentemente formada (no sólo como médico) y con un nivel de información privilegiado por el balcón que le ofrece su consulta. Su mayor desánimo se centraba en los más jóvenes a quienes estimaba envejecidos al tiempo que escandalosamente inmaduros. Me dijo que, por eso, nuestro futuro no aparecía menos negro que el presente. 

Me sorprendí a mí mismo tratando de llevar ánimo y esperanza a su sentir. No podemos perder a personas en plenitud de vida personal y profesional, inteligentes y con evidente capacidad de elaborar criterios meditados. Es un “lujo” que esta sociedad no se puede permitir, le dije. Y también que todos tenemos capacidad de hacer algo en defensa de lo justo, la verdad, el respeto, la responsabilidad, el trabajo bien hecho, … y tantas joyas que recibimos de nuestros padres y maestros y que fuimos posteriormente atesorando al andar la vida. 

Al trasladarle que no hay esfuerzo pequeño ni, mucho menos, despreciable, apareció en su semblante una reflexión con algún destello. Me lo agradeció. Aunque coincidimos plenamente en la degradación general de la sociedad de occidente y de la española en particular. Me alivió enormemente el catarro. Sus medicinas también.



Pasé por la farmacia a proveerme de lo prescrito por la doctora médica. Aún era muy temprano y encontré a la farmacéutica titular en su local vacío. 

Aquí sí recuerdo bien cómo se disparó la ballesta: la enorme cantidad de medicamentos a falta de suministro por los laboratorios. Está profunda y airadamente indignada por una situación de desabastecimiento que no ha conocido en más de treinta y cinco años de profesión. Como lo había padecido en carne propia, indagué por los motivos: nuestro gobierno (que aprueba los precios de los medicamentos) tiene topados los precios (supone que para sujetar la inflacción). Así se ha conseguido que quedemos “a la cola” de suministros, tras países que pagan más por los mismos productos. Me aseguraba que, además de los lógicos (USA, Alemania, Japón, …), están por delante en la “cola” países como Portugal y Marruecos (¡). Es una concreción tremenda de nuestra deriva venezolana. 

Le referí algo de mi corta cháchara con la médico. Vino a coincidir plenamente y a asegurarme que, desde su atalaya, contempla idéntico panorama. Como somos antiguos conocidos sólo le aporté alguna nueva reflexión sobre el envenenamiento de las tiranías y aún no la tenia registrada. Tuve la suerte de que disponía de los medicamentos de mi receta. 

Regresé a casa con mi catarro, aunque algo reconfortado por considerar que posiblemente coincida con otros muchos en dolerme de las heridas de mi querido país.





La tercera pequeña experiencia se originó por una circunstancia más dolorosa, preocupante y angustiosa en el marco de un hospital al que nos tuvo que trasladar una ambulancia de madrugada. 


Permanecer más de veinte horas en la zona de urgencias es una vivencia que suma al dolor físico y anímico una incomodidad extraordinaria. De manera que cuando, a la vista de pruebas realizadas, un doctor te informa que hay que permanecer ingresado es una liberación porque de los males diversos elimina una zona de la incertidumbre. Aunque frustra inmediatamente la ilusión de salir porque siempre hay que esperar a que quede libre una habitación “en planta”. No hay diagnóstico sino motivo de preocupación para seguir investigando. 

La estancia en urgencias exige un nivel físico apreciable para vivir en un espacio mínimo acotado por cortinas (los sonidos y olores son comunitarios y compartidos) y el acompañante sólo dispone de una silla antipática que apenas permite estirar un poco las piernas. Cuando un joven fornido y encantador celador aparece para conducir al enfermo a la habitación soñada se te saltan las lágrimas de emoción. Así de curioso, ya que significa en realidad que quedas más hospitalizado. La pericia de un conductor que es capaz de hacer pasar una gran cama por huecos imposibles es casi un espectáculo. 

La cumbre es perfecta, amplia, cuidada, alegre y exclusiva (sólo tus ruidos y tus olores). Pero de inmediato proceden a inmovilizar al enfermo con los tubos más diversos. Mientras, el acompañante prueba diversas opciones de asientos. Sólo uno fue diseñado por una persona cabal. De manera que, a las pocas horas, se esfuma buena parte de la magia del anhelo. 

Emprendí paseo por el larguísimo pasillo del hospital. Centro de enfermería distante de la habitación, muy importante para el descanso nocturno. Y grupo de enfermeros que responden educadamente al saludo. La jefa, arisca, muy en su papel de jefa, no pone buen gesto a una muy leve chanza. Peor para ella porque creo que crear un clima distendido y amable a todos beneficia. Pero como siempre recuerdo el dicho taurino de que “cada toro tiene su lidia y yo prefiero los difíciles” (El Viti), dejé pendiente romper el hielo. Lo de El Viti suele funcionar con los humanos. Esta vez funcionó (lo que, además fue útil para que, a los días, se gestionase con verdadero interés la ambulancia que nos devolvería a casa). 

En el paseo pasillero saludé con algún afecto a la limpiadora. Su respuesta, alegre y agradecida, posiblemente significaba que los más ni saludan. Me dijo algo así como “cómo se nota que es usted un señor de verdad, muy amable, como su vecino de habitación”. 

Al poco apareció el mencionado. Nos saludamos, nos presentamos y nos pusimos a conversar quedamente. Serio, afable, ilustrado, huésped del hospital durante diez días, prudente, inicialmente algo reservado. Apostaría que es militar o juez. Finalmente, su ataque durísimo pero respetuoso al gobierno y a su jefe resultó demoledor. Dura crítica al comportamiento de la iglesia católica dirigente (“la Iglesia, hace años que descarriló por caminos absurdos, ha perdido gran parte de su autoridad”). Tremendamente pesimista, cree que ya no hay solución. Que queda muy poco tiempo para la catástrofe definitiva y que ya no se puede hacer nada. Que el poder lo manejan malas personas, mal preparados, apátridas y ladrones. Su hijo se plantea seriamente huir de España; le retiene su mujer y dos hijos, pero cada vez con menor fuerza. A él se le rompe el alma, pero comprende totalmente a su hijo. 

Me animé a decirle que la derrota no es una opción, hasta el final. Cayó, meditó y terminó: “posiblemente tenga usted razón”. Me hice la ilusión de que parecía haber rejuvenecido. Quedamos en repetir jugada. Afortunadamente no hubo ocasión porque volvimos pronto a casa.


No tengo la menor duda de que médico, farmacéutica y hospitalizado forman parte de los ganadores de las elecciones democráticas (ése es mi optimismo). La perversión se lo impide, nos lo impide, no son capaces, no somos capaces, de cohabitar con delincuentes, asesinos, traidores y comunistas. Otros pueden hacerlo sin problemas hasta con el abusador de sus sobrinos, y gobiernan (o algo poco parecido).

 

4-2-2024

 

CM

 

 SE ACABÓ EL CUENTO

 

 


Como dice Pérez Reverte éste es un mundo duro, difícil, incluso cruel. Y se empeñaron en inocularnos que era “pastoril” con lo que nos hemos ido ablandando, jugando a Heidi y Pedro. ¡Y es un cuento!

Los sanitarios, buenos, regulares y malos (como en todas partes, pero con peores consecuencias). Y muy sobrepasados (como en todas partes, pero con peores consecuencias).   

Constato cada día que “la broma” en nuestro primer mundo se acabó. Veremos cómo (o si) lo podemos manejar.

 Aquí no contrata nadie (ademas de los obstáculos, del riesgo y de la zozobra, oficialmente está muy mal visto ser contratante). Pero las necesidades crecen (preguntemos a los canarios por sus constantes y crecientes visitantes africanos (luego repartidos por el resto de España sin ton ni son y sin indicación del sendero para salir dignamente adelante). Vienen con necesidades muy primarias. Y a todos les contaron el cuento de Heidi y Pedro (y se lo creyeron).





Y aquí la verdad es que somos ya una comunidad vieja (en poco muy anciana) a la que se prolonga la “estancia” (más propiamente que la “vida”) con un altísimo coste. Y la factura enorme que generamos viejos improductivos, foráneos improductivos, y golfos improductivos (muy significativo entre éstos el gremio político-organizaciones “sociales”) sólo pueden pagarla los jóvenes productivos con dificultades crecientes de producir (paro descomunal) y no educados para afrontar tiempos inhóspitos (no son como sus bisabuelos). 



¿Quién paga la factura del cuento? En absoluto los “cuentistas profesionales”, tampoco los viejos, ni los inmigrantes engañados y analfabetos: todos estos colectivos sólo producimos gasto, gasto enorme y creciente. Cada día es más reducido el grupo de quienes producen y soportan sobre sus espaldas el gasto disparatado de la fiesta colosal, verdaderos héroes vampirizados por el Estado opresor hasta la extenuación y al tiempo despreciados por mandatarios o primates. Aquellos son los únicos que no viven del cuento y día a día tienen menor reemplazo: ¡es mucho más yupi vivir del cuento, mucho más “inteligente”! ¡Y “mejor visto”!





Estoy seguro de que queda muy poco para el impago definitivo de la factura, ¡se acabó la broma!, ¡se terminó la fiesta! Después, el abismo.

 

 

 

4-2-2024

 

CM

miércoles, 24 de enero de 2024

 CATA-BOND y VASCO-BOND

 


 

Muy posiblemente sepáis que el imaginario agente secreto británico James Bond tenía una licencia especialísima, “licencia para matar”. Tal licencia le hacía diferente, superior al resto de los humanos. Naturalmente utilizaba a su libre albedrío tan singular privilegio. Porque era Bond quien determinaba el bien y el mal bajo el paraguas del servicio de inteligencia de Gran Bretaña.

 




El código 007 con el que Ian Fleming, creador de James Bond, identifica al personaje (agente 007) tiene variadas teorías sobre su origen. Pero dos son las más destacadas:

         Jhon Churchill (antepasado de Winston Churchill) utilizaba el código 00 para los espías británicos que trabajaban en la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). Recordemos aquí que la posición inglesa fue de enfrentamiento contra los Borbones.

         Con el código 007 se identifica a John Dee, espía inglés al servicio de Isabel I y a las órdenes de la inteligencia británica contra los españoles para torpedear los planes de Felipe II.

 

Digamos que el código del personaje Bond se encuentra hondamente vinculado a una añeja enemistad y enfrentamiento contra España.

 



Llegando al siglo XXI, en España, su “graciosa majestad don Pedro Sánchez Perez-Castejón” (de los Sánchez y Pérez-Castejón de toda la vida, rancio abolengo antiespañol), va a otorgar “licencia para delinquir” a los traidores catalanes alzados contra España y a los herederos vascos de la banda terrorista más cruel y sangrienta de España.

 

Los traidores catalanes alzados contra España se reparten en las bandas de:

 Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) encabezada por Oriol Junqueras y Marta Rovira. Izquierdistas, republicanístas, independentistas y nacionalistas. Y golpistas.



JuntsxCat, llamada anteriormente Convergencia Democrática de Catalunya, liderada hoy por Carles Puigdemont. Sus origenes primigenios se encuentran entre los negreros de los siglos XVIII y XIX, que consiguieron amasar voluminosas fortunas con tan noble oficio. En el siglo XX el impulso y agiornamiento se lo facilita el dúo Pujol-Ferrusola, formidable familia mafiosa. Supremacistas y racistas. Y golpistas. Negociaron el apoyo de una gran potencia extranjera que incluía su aportacion de diez mil soldados.

Otras secciones y escuadrones violentos: CUP, Tsunami Democrátic, CDR… muy especializados en guerrilla urbana y violencia callejera.

 


Los vascos favorecidos por la merced propiciada por don Pedro son los pertenecientes a la banda:

         Bildu-Herri Batasuna-ETA. Engloba a lo más selecto, noble y civilizado de la violencia terrorista vasca. Mataron en la dictadura, mataron en la democracia, mataron. Hoy les dicen “gente de paz” (Rodriguez Zapatero) mientras festejan y vitorean a sanguinarios asesinos. Agitaban el árbol y otros (plagados de meapilas laicos y eclesiasticos) recogían las nueces.

 

Unas y otras bandas reúnen a los ojos del caudillo Pedro Sánchez las mejores características y condiciones para obtener el sufijo Bond y la “licencia para delinquir’ propia de los 007. El común mérito mayor que les adorna es su propósito de destruir España. Por eso, sin duda, gozan de la simpatía y respeto de quien, usurpando las siglas PSOE, traicionando a la patria que representa y de la que mama, tiene el propósito de borrar España de este mundo y de la historia. Nada menos.

 

A la “licencia para delinquir” la llaman Sánchez y sus secuaces “LEY DE AMNISTÍA”. Magnífico nuevo argumento como guion para un siguiente episodio de James Bond. Humillante y destructivo para España. Los españoles no seremos iguales ante la ley. ¡Adiós Constitución, adiós Estado de Derecho, adiós Democracia!

 

 

24-1-24

 

CM

 

martes, 9 de enero de 2024

 LA MICROSAGA FAMILIAR

 

 




Desde León, desde Toledo, desde Ávila, desde Lugo. Todos a Madrid. Todos buscando la prosperidad en la gran capital. Todos se conocieron en Madrid. Emparejaron, León con Toledo, Ávila con Lugo. Matrimoniaron e hicieron nido. Procrearon mucho, sobrevivieron sólo una parte, dos y cuatro. Trabajaron y trabajaron. Vendiendo frutas y verduras, asistiendo en casas ajenas, haciendo cuentas para otros. Trabajaron y trabajaron. Sacaron adelante a sus crías: bajo un techo, alimentándoles, vistiéndoles y formándoles. Consiguieron prosperar muy por encima de sus pueblos y aldeas. Nuestros cuatro abuelos. ¡Nuestros formidables abuelos! 

 

Los vástagos primogénitos se formaron, trabajaron y trabajaron. Una extraña carambola de una horrenda guerra les condujo a la intendencia del ejército. Allí se conocieron, se enamoraron y planificaron su futuro juntos. Herederos de la educación, honradez, laboriosidad, respeto, diligencia, responsabilidad, seriedad, formalidad, fidelidad, …, todas las condiciones para que una persona animosa pudiera prosperar decente y dignamente. No heredaron dineros. No lo precisaron. Se casaron y montaron (por los pelos alcanzaron los cuartos) casa en que recogieron a los ancianos progenitores. Procrearon mucho, (¡ocho!), sobrevivimos muchos, (¡seis!). Trabajaron y trabajaron y disfrutaron mucho de la vida. A los hijos nos regalaron más de lo mismo que habían recibido y, además, heredamos sus ahorros. ¡Vaya que prosperaron! ¡Qué distancia sideral de aquellas aldeas y pueblos de los abuelos!

 

No hemos tenido otro remedio que ser educados, honrados, laboriosos, respetuosos, diligentes, responsables, serios, formales, fieles, …, todas las condiciones para que una persona sea digna y orgullosa de sí y de su tribu. Nos vienen en la sangre. Aunque en el mundo de ahora no se valoren como las mejores armas para prosperar, ¡hemos prosperado!

Desalienta ver las dificultades enormes que tienen nuestros descendientes para prosperar.

 

A pesar del inconveniente colosal que les supone la intervención de los “progres” (degeneración humana instalada con éxito) mantengo la esperanza de que nuestros herederos consigan seguir prosperando. Aunque, ¡qué penoso lo tienen!

 




Embobado, veo disfrutar a los hijos de los nuestros, mantienen el legado familiar. Pero me asalta un inquietante pensamiento con el sollozo fácil que nos asoma a los viejos: para seguir prosperando, ¿tendrán que emigrar de su tierra como los abuelos? Pido que no les abandone nunca el Ángel de la Guarda.

 

 

9 de enero de 2024

CM

jueves, 4 de enero de 2024

 EL VOTANTE POLÍTICO

 

 


Pienso que, en política, existen tres tipos básicos de votantes:

1-   Los que viven del partido. Los profesionales.

2-   Los que odian o les repugna el partido contrario.

3-   Los que tienen un criterio afín a un partido.

 

No me detendré en los del grupo 1 ni en los del grupo 2. Porque, por razones distintas, digamos que votan a piñón fijo. Ajenos unos y otros a las propuestas y compromisos electorales de los líderes correspondientes, tienen su voto prefijado. A los primeros les va el sueldo y la carrera profesional, ni más ni menos, y son principalmente políticos y periodistas. Entre los del grupo 2 hay mayor variedad, aunque abundan los que son miembros de una familia o clan que tiene tomada una determinada posición históricamente. Simplificando, digo que ambos grupos tienen su voto cautivo ya que nada o poco importa lo que puedan defender u ofrecer los líderes en campaña. Muy excepcionalmente su voto puede pasar a la abstención o, más extraño aún, al partido contrario.

 



De forma que me ocuparé del “votante con criterio”. Sin duda es el deseable. Aunque me temo que escasee (45 años de “débilvacilante” democracia aún no logran ocultar 36 de “duriblanda” dictadura). La democracia se “mama” en las familias y se aprende en las escuelas.

 

Los grandes cambios producidos en las familias españolas (mejorando y empeorando) aún no están totalmente definidos y asentados en nuestra sociedad e incluso persisten ideas estrafalarias de mentes alocadas proponiendo nuevos modelos de familia (alguno directamente aberrante). Y los reiterados desatinos en las regulaciones educativas (trufados muchos de doctrina politica) han sido y son obstáculos formidables en vez de encauzadores de la formación de criterios libres; persistimos en obtener pésimas calificaciones en el acreditado informe internacional Pisa sobre la educación (y empeorando).

 

Si tenemos severos problemas en los dos pilares básicos para la formación individual y social es utópico pensar en un progreso verdadero en la capacidad de elaborar criterios libres. Sin ellos, el mecanismo de la que conocemos como democracia resulta enviciado y encaminado al colapso: crecerían los votantes profesionales políticos y los votantes “en contra de”. Esa democracia, de mantenerse, sería sólo la cáscara de la nuez.

 

Mi propuesta: luchar por la fortaleza de la familia como núcleo de transmisión de los ideales democráticos y acometer una regulación educativa, ajena a los partidos políticos, profesional y generadora de mentes libres preparadas para ejercer su libertad en un contexto social solidario y civilizado. 

 



Familia encabezada por una madre y un padre con compromisos personales de estabilidad y con el propósito de que su objetivo principal sea tener hijos, educarles en el respeto, la sinceridad, el perdón, la solidaridad, el trabajo, el amor a los demás, a los seres vivos, a la naturaleza, …etc.

 


Una escuela soportada en profesionales vocacionales sólidamente preparados, en la que se transmitan los conocimientos conocidos y se abran las mentes a descubrir nuevos conocimientos, en un ambiente social de compañerismo y sana competencia, en el que se estimule y premie el esfuerzo (intelectual y físico), el respeto. la colaboración con los demás, se estimule la lectura, la música, la pintura y demás artes plásticas, …etc.

 

Si algún día conseguimos que los votantes con criterio formen la mayoría y encabecen la gobernación en procura del bien de todos, ¡habremos triunfado! Queda tanto camino por recorrer … ¡comencémos ya!


PS:

¡Ah, no es verosímil que un líder “cambie de opinión” constante y contradictoriamente; pero es aún más absurdo que sus seguidores “cambien su opinión” constante y contradictoriamente  al compas del líder! ¡El súmmum del sometimiento y la ausencia de criterio!  

 

 

 

4 de enero de 2024

 

CM

 

 

 

 

 

 

martes, 2 de enero de 2024

EL PELELE





Al cierre del 2023 unos cientos de personas se concentraron frente a la sede en Madrid del PSOE para protestar contra el gobierno de Sánchez. Lo vienen haciendo durante meses. Pero en esta ocasión habían fabricado un muñeco (pelele) como representación del presidente del gobierno Sánchez. Colgado mediante una cuerda de una farola la emprendieron con el pelele a palos. No tengo duda: creo, sin reservas, que se trata de una acción inaceptable y condenable. 

 

En multitud de localidades españolas subsiste una antigua tradición de fabricar en Semana Santa un pelele que representa al Judas, el traidor. Según donde, se le apedrea, se le da de palos o se le prende fuego. Soy claro defensor de las tradiciones y, por tanto, no condenaré aquí aquellas que atacan físicamente un muñeco que, además, representa la traición. Aunque sí digo que, sobrados de manifestaciones públicas violentas y muy faltos de condenas rotundas civilizadas, vería con sumo deleite que tales manifestaciones contra la maldad de la traición se concretaran en formas más educadas y eficaces (por ejemplo, el voto político). 

 


Ya se avanzó en su momento en estas costumbres puesto que inicialmente se maltrataba a un ser vivo (animal e incluso humano) y se sustituyó por un muñeco. En el caso reciente de los agravios a un pelele que representaba a Sánchez, no existe antigua tradición que valga.

 

Creo que esa manifestación violenta no sea tanto personal como contra su forma de proceder. Y que suponga una condena a la mentira, a la traición, a la estafa política y a las alianzas contra España. Motivos sobrados hay para tal condena. 

 

Pero no acepto la forma de hacerlo, por incivilizada y por ineficaz. Claro que semejante condena me merecen las ofensas al Jefe del Estado (el Rey) por quemar su retrato ya que, en todo caso, la disidencia debe usar cauces respetuosos y educados propios de una sociedad desarrollada y progresista de verdad, (no de vacuo eslogan). Nada que ver con aquella inaceptable pantomima de juventudes socialistas parodiando a un Rajoy guillotinado.


Pelele = “persona que se deja manipular por otras”. Esa acepción sí le cuadra a Pedrito. Preguntadle a Puigdemont si Sánchez es un pelele.

 


Yo puedo estar convencido de que alguien es un perfecto hijo de puta, pero me abstendré de manifestarlo públicamente porque quiero formar parte de una sociedad civilizada. Es muy preferible que diga que me gusta la fruta, aunque a nadie le importe un pito.

 

2-1-24

 

CM

 

domingo, 31 de diciembre de 2023

 AL DIABLO 2023


 


 

Mal año, mal me trataste a mí y a los míos.

 

Perdí a tres queridísimas personas muy próximas. Causaste dolor en sus casas y en mi alma, pero no has conseguido arrebatarme su dulce recuerdo.

 

Trajiste la enfermedad y el sufrimiento a mi casa. Nos cambiaste la vida. Nos dejaste una vida peor, menos vida.

 

Pusiste a los míos obstáculos feroces para lograr una vida digna y normal. Los esfuerzos y sacrificios para sortearlos y superarlos han sido formidables.

 

Año duro, año enemigo, año triste, año oscuro, año cruel para mí pequeño mundo.

 

¡Naturalmente que hemos disfrutado de alegrías y éxitos enormes! Pero a pesar tuyo, año aciago y funesto.

 

Con mi país, con mi patria, tampoco has tenido mejor comportamiento. Somos más pobres de espíritu y de bolsillo. Nos has confundido. El político que perdió, ganó. ¿Cómo?: asociándose con delincuentes y traidores, resquebrajando la Nación, enfrentándonos con rencor y odio, exprimiendo al trabajador y regalando al vago con el sudor de aquél. 

 

Definitivamente dejé de ver los “informativos” de los canales de televisión. Porque casi no veía periodistas exponiendo sus criterios sino simples “presentadores”; la crítica, la exposición de opiniones relegada a programas llamados de “tertulianos” (qué estropicio con nuestro idioma), puros portavoces de los partidos políticos a quienes están sometidos por ideología o por un sueldo.

 

Año nefasto, ¡ay si marchases con la inmensa mayor parte de los políticos que no alcanzan a tener más principios ni horizonte que “el poder”!


2023, ¡vaya usted a la m!



 


Pero aún no se doblega mi espíritu y me aferro con El Quijote:

“Sábete Sancho que todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables.”

 

Con tal ánimo recibo al nuevo año 2024. A él pido, y espero:

Que la Salud encuentre buen acomodo en mi casa, y las de mis hijos, y en las de mis hermanos, y en las de mis demás familiares, y en las de mis amigos, y en las de cuantas gentes trato con frecuencia.

Que mi país, España, resurja y ocupe el lugar que corresponde al esfuerzo y sacrificio de todos nosotros y de nuestros ascendientes. En una sociedad que tenga respeto y consideración por la verdad, la integridad en el obrar, la tolerancia hacia todos los demás, el aprecio hacia el mundo y el recto proceder de un buen “pater familiae”.

Que nuestros líderes sociales lo sean por su sabiduría y entrega a toda la sociedad.

Que los más potentes medios de comunicación estén al servicio de informar con rigor, de formar sin adoctrinar y de dar cabida a tanto bueno que sucede en el mundo.

Que tengamos muchos motivos para reír, cantar y bailar.

Que hagamos lo preciso para asegurar a nuestros descendientes un mundo justo y equitativo. Que el mimo a nuestro mundo les proporcione una vida sintonizada con la Naturaleza.

 

Es decir, deseo de todo corazón que el nuevo año 2024 sea próspero, venturoso y feliz para todos.

 

 

¡FELIZ 2024!

 

 

 

31 de diciembre de 2023

 

CM