domingo, 13 de diciembre de 2020

MÁS DE MEDIO SIGLO

   MÁS DE MEDIO SIGLO (1970-2020)  



Nos conocimos un día de primavera de 1967. Recibí de inmediato el flechazo de Cupido. Mily se retrasó un poquito más. Cuando aquella primera tarde le rodeé su grácil y estilizada cintura para emprender el primer baile comencé a estremecerme involuntariamente. Supe que era la mujer para mi vida. Me facilitó su teléfono y esa misma noche le llamé y porfié hasta conseguir convencerle para que al día siguiente tomásemos juntos el aperitivo. Creo que en ese encuentro de El Latigazo nos enamoramos perdidamente. Mily había comenzado a salir, sin compromiso, con un joven médico. Yo, en el tercer curso de universidad, había empezado a alejarme de mi colaboración con un sindicato estudiantil antifranquista de principios democristianos. Había comprendido ya la diferencia entre un profesional de la política y los que no lo éramos. Además, el movimiento estudiantil se había radicalizado rápidamente alentado por el PC. Mily seguía sus estudios de música dedicando buena parte de su tiempo al piano. Desde aquel mágico aperitivo nos vimos a diario y muy pronto nos comprometimos. Han pasado cincuenta y tres años. Jamás hemos dejado de vernos ni un día salvo cuando, por trabajo, pasé quince días entre Navarra y Barcelona tomando contacto con el mundo editorial y, después, hice un periplo de varias semanas por Sudamérica (¡nueve países en menos de treinta días!).

Vernos a diario tenía la facilidad de la cercanía de ICADE a la casa de sus padres. Pero soportamos el enorme obstáculo de que, por reminiscencias de las costumbres de una época anterior, siempre tenía que salir y regresar a casa en compañía de sus hermanas. Nunca sola. Con esa cruz cargamos los casi tres años que vivimos nuestro noviazgo.

En la milicia universitaria contraje la tuberculosis. Pero antes de saberlo, con la inestimable ayuda de un matrimonio mayor de primos suyos, nos reunimos en Benidorm aprovechando mis vacaciones por la jura de bandera. Fue el paraíso. Gozamos dentro de los límites que el momento histórico imponía.

Las estancias de Mily con su familia en Villarrobledo se extendían desde el final del anterior hasta bien entrado el nuevo curso. No tenía otro remedio que visitarle en el pueblo. Nos pusieron mil obstáculos pero los superamos apasionadamente. Y eso que tengo que decir que mi relación con sus padres fue siempre amigable. En particular con su padre trabé una relación sinceramente afectuosa. Hombre admirable y singular, de sólida formación y gracejo que penaba por no haber tenido un hijo varón.


Terminé la universidad en septiembre y el diecisiete de diciembre de ese año 1970 nos casamos. Una ceremonia desangelada en que se plasmó lo que para nosotros era simplemente una atención a las familias. Desde luego mis queridísimos padres, sobre todo mi madre, habrían sufrido de no celebrarlo. Para colmo Mily aún arrastraba un fuerte catarro más otras incomodidades. Yo sólo deseaba cerrar tras nosotros, ¡solos!, la puerta de nuestra casa de Guzmán el Bueno. ¡Primera intimidad en más de tres años! Mientras ella se acomodaba, salí a por unos bocadillos para cenar en la privacidad cálida de nuestro hogar.  Una cena de lujo verdadero. 

Luna de miel en Miraflores de la Sierra. En un hotel en el que tan solo encontramos a los dueños (viejos conocidos de mi niñez) y el servicio. ¡Únicos clientes! Cuatro días intensos; nuestra economía (regalos de boda en metálico) no daba para más. Tampoco necesitamos más. En el padrón de aquel diciembre tuvimos que declarar que vivíamos “de las rentas”.

Vivimos más de un mes de absoluta locura y desorden. Yo no comencé mi primer trabajo hasta el siguiente mes de febrero. ¡Todo el tiempo para nosotros, sin más horarios que los que imponían las comidas en las casas de nuestros respectivos padres!

Mes y medio más tarde comencé a trabajar en un banco en tanto que Mily se hacía cargo de la llevanza de la casa. Nunca me gustó ese trabajo aunque progresé rápidamente y en un año, con veinticuatro apenas cumplidos, me nombraron subdirector de agencia.



A un mes del matrimonio Mily quedó embarazada (desde luego fue un invierno muy frío en que los cuerpos mendigaban calor humano). Y en la penúltima semana de octubre de 1971 se producía el primer gran hito de nuestra vida común: nació nuestro hijo Carlos. Pasadas las primeras horas resultó ser un bebé bello, sano y fuerte. A partir de ese momento se desvió el eje que gobernaba nuestras vidas: todo comenzó a girar alrededor de Carlos. Pero su aspecto saludable ayudó a equivocar al pediatra que no supo ver a tiempo que sus quejidos y lloros constantes se debían a una grave infección de oídos. Tuvieron que trepanarle de urgencia para dejar salir toda la infección acumulada. Y nosotros aprendimos repentinamente lo que es la zozobra, la angustia y la profunda preocupación. En esos momentos parte importante de mi sueldo se iba en farmacia. Aún así, no se cómo se las arreglaba Mily para celebrar en casa el final de cada mes con una pequeña mariscada. Afortunadamente las finanzas familiares estuvieron siempre en sus manos.

Compramos nuestro primer coche: viejo y desvencijado, pero andaba. Y en el verano nos fuimos a casa de mis padres en Miraflores. Para entonces el vientre de Mily ya era prominente lo que no impedía que trepásemos juntos por el monte. En uno de los innumerables paseos (tiene que andar mucho, repetía el ginecólogo) se nos enfrentó una manada de perros asilvestrados. Me quede petrificado. Mily nos sorprendió a mí y a los perros poniéndose a cantar y consiguió que marcharan. De esas, las ha hecho a docenas a lo largo de los años.

Carlos mejoraba muy lentamente y su pediatra nos recomendó el aire puro de la sierra. Por eso alquilamos una casa en Becerril para el año completo. La criatura mejoró pero tuvo que afrontar dos cirugías: vegetaciones y hernia inguinal (posiblemente de tanto llorar). Viéndole hoy, convertido en un fuerte y sólido  padre de familia, parece mentira que se trate de la misma persona.

Me animé a buscar un segundo hijo y se lo propuse a Mily, que aceptó. Pronto quedó de nuevo embarazada. Y el veinte de febrero de 1973 nació Mónica. Había aparecido el segundo gran eje de nuestra vida que comenzó a girar entorno a los dos pequeños. Mónica no dormía por las noches hasta no tomar su biberón de agua de anís. Pero tenía un carácter alegre, amoroso y divertido. Aunque hoy día es la persona más sacrificada y gozosa con sus mascotas, sus inicios fueron de terror hacia el nervioso Thor, nuestro primer perro. Fue un bebé muy bueno  pero con manías como negarse a pasear dentro del cochecito. Afortunadamente se crió sin problemas de salud. Sigue manteniendo ahora el mismo carácter (“cascabel” le llama un buen amigo), a pesar de la dureza con que ha tenido que afrontar la vida.

La carga de los dos críos y la ocupación de la casa le dejaba a Mily sin aliento. Pero aún sacaba fuerzas para alegrar las reuniones con los amigos. Al haber sido nosotros los primeros en casarnos, nuestra casa se convirtió en refugio de colegas aún solteros, todos muy jóvenes (yo tenia veinticuatro años cuando nació Mónica) y todos con vitalidad y ganas de diversión. Antonio y Pilar, Enrique y Elena, Gonzalo y Charo, Ignacio y Virginia, Javier y Rosa, Carlos y Sara, ..., eran asiduos de nuestra casa. Con el tiempo formamos un grupo estable con Jesús y Javier y sus respectivas esposas. Salíamos a cenar los seis todos los viernes y con ellos hemos realizado algunos de los viajes más notables de nuestra vida.

Me hicieron una oferta para incorporarme como directivo en una empresa editorial. No dudé mucho en dejar el banco a pesar de las promesas de promoción que me hicieron. En el mundo editorial he pasado casi cuarenta años de mi vida laboral. Muy gratificantes. Tuve la suerte inmensa de conocer y tratar con grandes personas y de trabajar con compañeros excepcionales. A pesar de los más de díez años transcurridos desde que me retiré aún recibo el cariño de mis antiguos compañeros y colaboradores a quienes tanto debo. En el cambio gané vida y perdí tiempo libre porque tuve un trabajo entusiasmante pero muy absorbente. Me incorporé a la editorial al tiempo que nacía Mónica: en este caso se cumplió que la recién nacida trajo un fructífero  pan bajo el brazo.

Carlos se casó con María. Fue el siguiente gran hito de nuestra historia familiar. Al cabo de un tiempo decidieron cambiar radicalmente de vida. Marcharon a Asturias y allí buscaron y encontraron su acomodo. Ahora disfrutan de una preciosa casa en las proximidades de Ribadesella. Carlos con su exitosa empresa inmobiliaria y María dirigiendo el instituto de la villa.

Mónica no ha tenido suerte hasta ahora con sus parejas con quienes tampoco consiguió  tener un hijo biológico. Pero su fuerza, preparación y tenacidad hacen de ella una mujer coraje que triunfa en su especialidad de coach en la que ha encontrado enorme y amplio reconocimiento. El siguiente gran hito de nuestra historia fue su marcha de casa para casarse.

Volvimos a encontrarnos juntos y solos, como al principio. En el  trayecto quedaron heridas y enormes satisfacciones. Entre ellas la de haber sabido transmitir a nuestros hijos buena parte de los principios y valores que les adornan: buenas personas, cumplidores, fiables, honrados a carta cabal, amigos de sus amigos, ...

En el camino quedaron trozos de nuestras vidas. Enterramos a nuestros padres. Y a varios de nuestros amigos. De nuestros mayores recibimos un cariño y educación impagables. Su memoria permanece con nosotros. Y de sus enseñanzas hemos procurado participar a nuestros sucesores.



Otro hito especial fue el nacimiento (el pasado julio cumplió doce años) de María de Lugás, hija buscada insistentemente por Carlos y María, quien estuvo a punto de perder la vida en el intento. La aparición providencial del santo cura don Agustín tiñó el embarazo de tintes sobrenaturales (llegaron a conocer en la comarca a María de Lugás como “la niña del milagro”) por la intercesión que hizo a la Virgen de Lugás y la inesperada y sorprendente gestación  que se produjo. Desde que nació la nena algo cambió en mí: una ternura nueva enormemente reconfortante. María de Lugás sigue siendo hoy una persona excepcional por su bondad, sensibilidad, inteligencia y enorme facilidad en todo lo que fija su atención.




El siguiente hito fue el nacimiento de David (el próximo marzo cumplirá  siete años), segundo hijo de Carlos y María. Él llegó con la guapura puesta. Y ha desarrollado un ingenio y una gracia natural verdaderamente extraordinarios. Te partes de risa con sus ocurrencias. Es enormemente amoroso. Y absorbe todo lo que puede de lo mucho que ofrece su hermana mayor a quien adora, respeta y admira. David es puro nervio y enormemente imaginativo, apasionándose con todo lo que sea mundos y seres fantásticos.

F


El hito más reciente ha llegado de la mano de Mónica:  adoptó una preciosa niña siberiana que permaneció siete años en el orfanato de un lejano pueblo perdido sin conocer el afecto ni las enseñanzas intelectuales más básicas. Aliona lleva un año y medio entre nosotros. Desprende ternura. Ha hecho grandes progresos gracias al sacrificio incansable de su esforzada madre, aunque con dificultades importantes. Ha tenido la inmensa suerte de poseer una madre animosa que se ha empeñado en una lucha titánica para que Ali salga adelante.






Vuelvo al regazo de mi amor. En ella encuentro el reposo, la certeza y la inmensa gratitud por una decisión vital acertada. Envejecemos juntos. Nuestra vida se hace naturalmente más pequeña. Pero contemplamos la evolución de nuestra estirpe con la honda satisfacción de haber hecho juntos algo importante.

¡Feliz aniversario!


miércoles, 25 de noviembre de 2020

NAVIDAD FRATERNA 2020



Parece decidido (por el coronavirus y todo el personal que se hace responsable oficialmente de combatirlo) que tendremos unas Navidades distintas. Distintas en muchos aspectos. Pero interesa aquí tratar del que corresponde a la limitación de nuestra libertad. Y esa limitación nos acarreará seguramente el que por primera vez (aparte de los años que Mari estuvo en Argentina) no será posible que nos veamos, nos abracemos, nos escuchemos en vivo los seis hermanos Martínez López. Es doloroso y grave. Y a mí que me toca ocupar el primer lugar de la fila, me conmueve ante ese profundo sentimiento de la brevedad de la vida. 

Por ley natural (aunque no siempre se cumpla) seré el primero en “desfilar”, viajando al lugar que habitan desde hace años nuestros padres. Desde ese sentimiento de la finitud del tiempo y de la gravedad de perder oportunidades es desde el que escribo esto.


Nuestros padres tuvieron la responsabilidad de inculcarnos unos sólidos principios éticos. ¡Y vaya cómo lo lograron! Somos afortunadamente el perfecto ejemplo de cómo deberíamos comportarnos los humanos. Los valores que nos transmitieron y que luego hemos ido desarrollando son de una calidad excelente. Especialmente valiosos en una sociedad que tengo la sensación de que no solo no ha avanzado en ese aspecto sino que, en demasiadas oportunidades, parece en franco retroceso. 

El respeto por la vida humana, la certeza de que la verdad nos hace libres, la fuerza de la palabra comprometida, el respeto por el semejante y la compasión por el más débil y necesitado, el amor por la vida y la convicción de disfrutarla, el trasladar a nuestros descendientes una réplica de lo que recibimos, nuestro hondo sentido de la justicia y del buen proceder, ... son sólo unos pocos reflejos de las cualidades que nos adornan como individuos y como grupo y que tienen su fuente en las enseñanzas de nuestros padres.

Una vez cada año nos hemos podido reunir y festejar nuestro mutuo amor. Y lo hemos hecho con ocasión de las fiestas de Navidad. Ha sido el fenomenal escenario en el que hemos podido comparecer juntos. Este año no parece posible. Bueno, si es así, digamos animosamente que lo dejamos para el próximo.

Mientras tanto no quiero dejar de transmitiros mi amor y mi orgullo de pertenecer a un grupo fraternal absolutamente de excepción . Un beso enorme

jueves, 18 de diciembre de 2014

CUBA-USA, 17 de diciembre de 2014


CUBA-USA
17 de diciembre de 2014


Raúl Castro y Barack Obama


El 17 de diciembre de 2014 el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y el presidente de Cuba, Raúl Castro anuncian simultáneamente el reinicio de relaciones entre ambos países que estaban rotas desde 1961. Es un día histórico de primer orden por lo que representan y simbolizan ambos sistemas políticos: la dictadura comunista cubana versus la democracia liberal norteamericana.

Se abre la puerta a un inicio de aproximación entre ambos países. No es probable que el sistema norteamericano se deslice hacia una dictadura comunista por lo que parece que la convergencia llevará a Cuba hacia una democracia. Hoy no es posible vaticinar el ritmo del proceso pero éste me parece imparable.


Los primeros pasos han llevado a la excarcelación de presos por parte de ambos países. Los pasos inmediatos deben llevar al desmantelamiento del bloqueo económico que Estados Unidos aún mantiene sobre Cuba. El bloqueo buscaba hacer caer al régimen comunista y la realidad ha demostrado su rotundo fracaso, como ha reconocido Obama en su intervención. Sin embargo sí ha contribuido en gran medida a las tremendas penurias económicas que han tenido y tienen que sufrir los cubanos.

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El régimen cubano se esforzó por mantener un alto nivel educativo y sanitario, siendo dos de los logros más significativos del mismo. Pero a costa de una falta absoluta de libertad y de una política económica ruinosa. 
Amigos míos que viajaban con frecuencia a Cuba reservaban siempre en su equipaje espacio para hacer llegar a los cubanos cartillas escolares, lápices, aspirinas, anestésicos … Ello nos da una idea sobre el nivel de desabastecimiento material en las áreas más señeras del régimen.

Para los que éramos jóvenes en los años sesenta del pasado siglo la revolución cubana supuso un ejemplo y símbolo de rebeldía y de lucha por la libertad. Mitificamos a Fidel Castro y al Che Guevara como los prototipos de la lucha por las libertades del pueblo cuando aquí en España aún vivíamos sometidos a una dictadura.

Pero muy pronto Fidel hizo aparecer su verdadera cara al establecer en la isla una dictadura comunista. No obstante ha conseguido a lo largo de decenios mantener la imagen del luchador por la libertad.
En cada manifestación que se preciara en pro de las libertades no faltaban las efigies del Che y de Fidel en camisetas y banderas.

El falso símbolo de la libertad comienza hoy a desaparecer. Y se abre al pueblo cubano una esperanza de verdadera libertad y de desarrollo económico. ¡Ojala no se frustre!

Parece que la mediación del Papa Francisco y de Canadá han resultado de enorme importancia. Si es así el mundo tiene contraída una deuda inmensa con ellos.

sábado, 16 de marzo de 2013

MI CÁNCER Y MIS GENTES

 MI CÁNCER Y MIS GENTES

Todo empezó por una hemorragia rectal. No me preocupó en demasía porque los resultados de la colonoscopia de apenas diez meses antes nada malo indicaban. Pero acudí al sabio cirujano que tanto influyó en salvarme la vida hace menos de un año. La nueva colonoscopia fue fatal y determinante: un tumor de tres centímetros y muy mal aspecto exigía pronta cirugía. Preparativos inmediatos y ..., operación: hemicolectomia izquierda. O sea, corte de cuarenta centímetros de tubo de la bajante y empalme con el recto.



La intervención creo que fue bien. Del quirófano a la UCI, experiencia que a nadie recomiendo porque hay allí una concentración de dolor, gente maltrecha, frío y sórdido ambiente que desanima a un cuerpo herido y atribulado hasta decir basta. Tan sólo el efímero pero vital alivio de ver y tocar a mi queridísima mujer y a mi amado hijo. Sus caras relajadas y desbordadas de amor me llevaron el sosiego que yo no encontraba. Noche eterna entre malas ensoñaciones y malestares.



Que te regresen a planta es como el inicio de vuelta al hogar: ¡allí estaban los míos recibiéndome como a un héroe! La delicada salud de Mily hizo recaer en Carlos la dura parte nocturna del acompañamiento. Ambos han sido los arbotantes de mi recuperación. Mi nuera María, a su vez, me apoyó animando eficazmente a su marido. Mi queridísima nieta me enviaba consejos telefónicos para que, si la pupa de la tripa era grande, me pusieran dos tiritas. Me regaló un precioso muñeco confeccionado por ella. ¡Ay mi nena!



Aparecieron mis hermanos, de nuevo como una piña, transmitiéndome su fuerza y su ánimo. Quique desde Sevilla y Bea desde Alicante viajaron para darme su abrazo y su sostén. Fátima se volvió a convertir en la jefa amorosa de la logística hospitalaria y arrastró con ella a su tribu encantadora. Mi querida Paloma, con los suyos, estuvo siempre a pie de cañón y asumieron la logística de desplazamiento, todo dulzura y eficacia. Y Mari seguía atentamente día a día mi evolución desde su lejanía coruñesa.



En mi hijo he descubierto (sí, descubierto tras más de cuarenta años) una solidez, una fuerza espiritual y una claridad y determinación que han sido claves para el inicio de mi recuperación. En buena parte debo a su tesón el haber comenzado a dormir más de cuatro horas diarias a las que vivía condenado desde el inhumano zarpazo sentimental que sufrí hace meses.



Con un bello ficus bonsai lleno de simbolismo para mí me llegó el ánimo de mi leal y querida Gemma. De mis queridísimos amigos Antonio, Andrés, Miguel Ángel, Mauricio, Ignacio, Gonzalo, Federico, Carlos, Jesús, recibí esos abrazos entrañables y reparadores. De tantos y tantos otros su constante atención y preocupación permanente.



Mi cuñada Amparo nos ofreció un soporte completo de logística siempre con la sonrisa en la boca. Mily no hubiera podido soportarlo sin su crucial ayuda. Y Carmen, la menor de las hermanas, se volcó en darnos cobertura una vez de regreso a casa con total entusiasmo y resolución. Ambas han sido un soporte fundamental y muy reconfortante.



Ahora espera una lenta y larga recuperación. Es cosa de paciencia. Sobre todo para mi amor que tiene que soportar todas mis miserias, mis histerias y tropezones. Seguiremos juntos, hombro con hombro, como siempre, hasta remontar totalmente esta dura experiencia.



El cáncer estaba muy localizado y se quedo en el tubo que cortaron. En el jardín de casa se asoma ya la primavera con una explosión esplendorosa de las celindas. ¡Vamos a vivir la primavera!

viernes, 18 de mayo de 2012

NUESTROS JOVENES NOS LLEVAN A LA CIMA (si nos dejamos)

     Estoy impresionado por la preparación y determinación de muchos de nuestros jóvenes. Tienen conocimientos, adiestramiento, espíritu e ilusión de llegar a la cima. Me impresionan y me emocionan. Me impresionan porque luchan como titanes cuando estamos metidos de lleno en una tormenta atroz. Y me emocionan porque son derribados y se vuelven a levantar sin entretenerse en quejarse. 
     Aquí me centraré en tres experiencias personales muy próximas: mis propios hijos, el personal sanitario que me atendió y con el que conviví dos semanas y el personal gestor de la oficina bancaria donde está mi ahorro. 
      Por razones totalmente distintas mis dos hijos decidieron hace pocos años emprender la escalada por sí mismos. En actividades que únicamente se asemejan en que a ambos les apasionan. Cada uno por su lado invirtieron sus ahorros (obtenidos en sus primeros años de trabajar por cuenta ajena) en formarse sólidamente en las especialidades de sus sueños.  
     Mi hija se ha convertido en una coach de reconocido prestigio: especializada en analizar los procesos de relaciones humanas y de trabajo entre los grupos profesionales, identificar fallos y puntos de mejora y proporcionar las herramientas más adecuadas para corregirlos y alcanzarlos.  
     Mi hijo hizo de su natural vocación a viajar un proyecto empresarial: la preparación rigurosa y al detalle de viajes adaptados a las necesidades y gustos de cada sujeto dentro del ámbito europeo.  
     Una de las partes mas gélidas de la dificultad que encuentra mi hija en la ascensión proviene de quienes, ya instalados en cotas de comodidad, exigen peaje por el paso. O, incluso, torpedean el paso: "tengo relaciones, detecto necesidades en mis contactos que solo tu puedes atender; si te interesa, me pagas una comisión (¿portazgo?), o, mejor aún, me facturas a mí el servicio que ya sabré yo como tengo que cobrar a mi cliente (el que necesita lo que yo no se darle y tu sí)". Se trata de gentes que ya tienen jalonada la ruta, que no desean compartir, aunque te necesiten, y que, además de nutrirse de tu trabajo, procuran que no alcances la plataforma confortable en que ellos ya están afincados.  
     Mi hijo lucha en la soledad del paraíso natural donde vive porque su hora de trabajo intelectual y creativo no tenga mucha peor remuneración que la de un auxiliar de peón agrícola. Como su único vehículo se llama Internet, tiene que luchar contra la conciencia colectiva de que el tal vehículo es gratis total para cualquiera que lo quiera usar y contra las limitaciones técnicas de un país muy atrasado en sus comunicaciones. 
      Ambos son prototipos de los emprendedores españoles: lo primero (o lo único,en ocasiones), pagar impuestos. ¡O subes sin cuerdas, o te las fabricas tú; y no pises fuera del terreno marcado (frecuentemente por ignorantes inútiles) porque te arreo un multazo de no te menees! ¡Hay que ascender, a pesar de la casta política y de papá estado! 
      Los dos apuestan por la colaboración convencidos de que pueden aportar valor y que, unido a los valores de otros, se multiplican exponencialmente. Y en ese convencimiento van encontrando a otros jóvenes heroicos dispuestos a esforzarse, sufrir y ejercer la solidaridad (ejercer y no decir). 
     En dos semanas de hospitalización recibí lecciones constantes de los jóvenes equipos de sanitarios. Entregados absolutamente a una causa imposible si no media la vocación solidaria. Porque están en trato constante con la enfermedad, el deterioro y el dolor. Han sabido hacer de un medio tan hostil el marco de desarrollo natural de su trabajo. Combinando milagrosamente el apego al enfermo con la distancia que les exige su penosísimo trabajo. Todo un recital de trabajo en equipo, disciplinado, coordinado y complementario y, ante el penalti, ¡todos porteros!.
     Y, en particular dos muy jóvenes enfermeras, verdaderos prodigios en su profesión. La una, con unos conocimientos generales de medicina (anatomía, etiología, diagnóstico, tratamiento…) que desearíamos para todos nuestros médicos. Es líder natural y ejerce y se le reconoce en su grupo la autoridad merecida. Luego, ese trato afectuoso y contenido con el paciente. 
     La otra: “va a tener usted dificultades para encontrarme la vena donde situar la vía porque tengo los vasos sanguíneos ocultos y disimulados y sé que dan problemas”; “mucho mejor, cuanto más difícil, más me gusta”. ¡Y qué habilidad realizando su trabajo! Sugiriendo al médico prudentemente su oportuno punto de vista. Eficaz y sobria en su hacer desenvuelto.  
Finalmente y por suerte he tenido que ir a mi oficina bancaria. Porque es una verdadera fortuna asistir a un espectáculo laboral de lujo ofrecido por jóvenes profesionales. Mantengo la cuenta allí desde que hace mas de treinta años inauguraron la oficina. Y la mantengo a pesar de la falta de coincidencia geográfica actual porque a lo largo de tantos años recibí profesional y personalmente el más eficaz y atento servicio.  
Hoy, y ya desde hace algunos años (porque afortunadamente se les pasó a los bancos aquella moda de la rotación per sé), esa oficina esta bendecida por tener al frente a dos jóvenes directoras (particulares y empresas) del mejor nivel profesional y personal. Batallan cada caso como si para sí mismas o para sus padres se tratase. Están en el ojo de un huracán del sector financiero que se está llevando por delante mucha ineficiencia y mucha golfería. Viendo actuar a éstas profesionales se explica por qué se puede llegar a avanzar con ritmo y eficacia en mitad de la tremenda tempestad que a tantos esta dejando en el fondo de las simas. 
Ambas están sufriendo un estrés que estimo innecesario porque quema estúpidamente la salud de las personas. Y, en éstas personas, tiene ese banco una parte de lo mejor de sus recursos. ¡Las pruebas llamadas de estrés (ahora ya sabemos que simple humo) eran para las empresas, no para los trabajadores! Mi admiración para quienes, en plena ventisca, se sobreponen ante el cliente y le proporcionan la confianza que las torpes y frecuentemente inútiles instituciones son incapaces de proporcionar cuando los tiempos son duros y las incertidumbres grandes. 
 He escogido tres casos ejemplarizantes. Yo mismo conozco muchos otros. Estas verdades no están en las pantallas de televisión cuando recogen reiteradamente las escenas en la Puerta del Sol entorno a San Isidro o en la plaza de Canaletas cuando “festejan” al Barça. Pero seguro que el paciente lector tendrá otras cuantas docenas de casos tan encomiables como los descritos. 
 Los jóvenes nos pueden y nos van a sacar de ésta. Y nos llevarán hasta la cumbre. ¡Sin duda! Pero, ¡cuidadín!, no con toda la impedimenta que arrastramos: apartamento en la playa, segundo y tercer coche, tele de 50 pulgadas, teléfonos “inteligentes” hasta para los bebés, plays hasta para los abuelos, … y tantas y tantas barbaridades en que nos hemos embarcado. A la cumbre de los ocho mil sí, ¡pero ligeros de equipaje!

martes, 15 de mayo de 2012

HOMENAJE (contenido) a SAN ISIDRO LABRADOR

Sirva esta breve nota para rememorar y valorar las cualidades del Santo Patrono de Madrid y de los agricultores: su devoción, su desprendimiento y caridad, su bondad y su humildad.

Pero también alertar sobre el peligro grave de dejar que sean los ángeles quienes hagan el trabajo. Porque, ¿qué pasa si los ángeles se duermen o no acuden al tajo? A DIOS ROGANDO, PERO CON EL MAZO DANDO.
Lástima que entre sus mejores virtudes no conste la de trabajador infatigable. Porque, en éstos momento, nos vendría de perilla.

San Isidro, (1080 - 1130), huérfano muy joven, trabajó como pocero hasta que finalmente se empleó como labrador (una mejora laboral).
En 1110, Isidro se trasladó a Torrelaguna, donde continuó dedicado al trabajo y a la oración. Contrajo matrimonio con María, natural de Uceda, propietaria de algunas tierras que se dedicaron a labrar (una mejora social; pasa a ser autónomo).
Isidro y María eran piadosos, devotos y laboriosos. Dios los benefició con su ayuda innumerables veces: salvó milagrosamente a su hijo único que había caído en un profundo pozo; o permitió a María librarse de los infundios de infidelidad que contra ella lanzaban las gentes; o dos ángeles ayudaban a Isidro a arar más rápido tras haberse detenido éste anteriormente a rezar en todas las parroquias por las que pasaba de camino al trabajo (no tenía que fichar).
En 1119, Isidro volvió de nuevo a Madrid, y entró a trabajar como jornalero agricultor (tira la toalla como autónomo y vuelta a emplearse por cuenta ajena). Vivió junto a la iglesia de san Andrés, donde oía la misa del alba todas las mañanas. Daba cuanto tenía a los menesterosos.
El matrimonio decidió separarse “para llevar una vida de santidad” (motivo imaginativo donde los haya); marchó Isidro a Madrid, mientras María quedaba en Caraquiz.
A Isidro, como pobre de solemnidad que era, se le enterró en el cementerio de la parroquia de san Andrés, en una tosca caja de madera. Al cabo de cuarenta años, se exhumó el cuerpo y se le dio sepultura en el interior del templo. Se vio entonces que todavía se conservaba entero y de color tan natural como si estuviera vivo.
El 19 de junio de 1622, Isidro fue canonizado por el papa Gregorio XV, junto a santa Teresa, san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier y san Felipe Neri (un grupo de primera). 
En 1657 se comenzó a levantar la capilla de san Isidro -primer ejemplo del barroco madrileño-, aneja a la iglesia de san Andrés. 
El 4 de febrero de 1789, Carlos III ordenó que la urna fuera instalada en el antiguo Colegio Imperial, que pasó a llamarse entonces Iglesia Real de San Isidro, y que luego sería la catedral de Madrid.











domingo, 6 de mayo de 2012

A LAS MADRES ESPAÑOLAS


El ambiente comercial del día (“día de la madre”) me empuja a una pequeña reflexión sobre las madres españolas.
En muy poco tiempo, ha variado brutalmente el papel de la mujer en la sociedad española. Y, en particular, ha cambiado radicalmente su participación en el mundo laboral. Unos pocos datos:
Evolución de la Tasa de Actividad Femenina en España:
           Año           Tasa           U.E.
          1980           28%
          1992           33%           41%
          2000           40%          46,5%
          2012           53,3%

¡En poco más de 30 años la tasa ha pasado del 28 a más del 53 por ciento (casi el doble)! La convergencia con Europa, aun siendo muy importante, aún tiene un camino por recorrer.
Y si comparamos la Tasa de Actividad Femenina con la Masculina (en 2012: 53,3% versus 66,9% la masculina), es aún más contundente que resta mucho camino por andar en la incorporación de la mujer española al mundo laboral.
¿Cómo ha sido capaz la mujer de compatibilizar esa brutal transformación con la maternidad? Dos son las respuestas clave a mi parecer:
      mediante heroicidades épicas personales y
      disminuyendo dramáticamente la tasa de maternidad.
Nuestra sociedad les ha propuesto primero y exigido después a nuestras mujeres un cambio radical de papel: de ama de casa, a trabajadora laboral (sustancialmente por cuenta ajena).
El oficio principal del ama de casa es, en primer lugar, atender a la familia y criar a los hijos, e inmediatamente después, responsabilizarse de toda la llevanza del hogar (compra, cocina, limpieza …), con disponibilidad a tiempo total.
Una muy querida persona, arquetipo de la mujer trabajadora de gran éxito al tiempo que madre ejemplar, me comentaba alarmada que, a lo largo de quince años de ayudarse de sucesivas mucamas para atender a sus hijos, ¡había tenido a alguna a la que ni siquiera había podido conocer personalmente! Terrible, ¿eh?
Más siendo tremendo el problema y los dramas individuales de tantas madres, la cuestión afecta a nuestra sociedad en conjunto. España tiene una Tasa de Maternidad de 1,38: ¡cabalgamos hacia el suicidio demográfico! Ya somos una sociedad envejecida. Pero, si no somos capaces de ponerle remedio, no nos espera otra cosa que la decrepitud.
¿Qué hemos hecho como sociedad para conciliar la incorporación de la mujer al trabajo y su maternidad?: ¡prácticamente nada! Hemos dejado en manos de cada heroína y de sus apoyos familiares la solución del problema. En el mejor de los casos, deseándoles suerte. En los más, ignorando la cuestión como si con nosotros (grupo social) no fuera.
Recuerdo que, en mi empresa, hace más de veinte años me indignaba que, existiendo una fuerte sensibilidad colectiva (por ejemplo) por disponer de un espacio de comedor social en la sede de la empresa, no se percibiese interés alguno por plantear espacios y servicios de guardería infantil. ¡Pero si más del 80% de la plantilla estaba en edad reproductora! Ausencia de sensibilidad social.
Países como Francia emprendieron hace años políticas decididas de apoyo a la familia y a la maternidad. Ya están cosechando sus frutos. ¿Somos más pardillos nosotros?
Aporto aquí mi denuncia y mi aguijón con la ilusión de que en algo contribuya.
Y, ahora, mi mayor reconocimiento y sentir para mi madre y para la madre de mis hijos.