miércoles, 23 de marzo de 2011

3ª marzo: 711-2011

Se cumplen en estas fechas 1300 años de la invasión y conquista de la península ibérica por los musulmanes (moros). Y aquí permanecieron durante mas de 780 años de penosa y sangrienta Reconquista, hasta que los ejércitos de los Reyes Católicos la culminaron con la toma de Granada.

Me interesan dos aspectos extraordinarios:
  • La dominación musulmana (una cultura y religión distintas) condicionó medularmente la Edad Media en España, con un modelo muy diferente al del resto de países europeos que marcó nuestra historia posterior.
  • No existe nación, tribu o familia que festeje los triunfos de los enemigos. Por eso es insólito que el sr. Dezcallar (embajador de Rodríguez Zapatero en Washington, como bien especifica el catedrático Serafín Fanjul) haya dispuesto festejar hoy (23 de marzo de 2011) los 1300 años de la invasión árabe-musulmana. Desde luego España (vencida por las armas y sometida durante 8 siglos a los invasores) no tiene ningún motivo para celebrarlo. Pero la precisión de que el sr. Dezcallar actúe como embajador de Rodriguez Zapatero, explicaría el sindiós de la participación española en semejante celebración.

Pero no deja de ser chocante que el sr. Rodríguez Zapatero, a través de "su" embajador festeje la efemérides. Con ello se aparta y se enfrenta a sus antepasados y a sus conciudadanos (con quienes, además, tiene hoy contraído el compromiso de la representación política). Y quiero dejar constancia de que es ésta una ocasión más en que el señor Rodríguez Zapatero no nos representa a los españoles.


Batalla de Guadalete
Los moros, a las órdenes de Tariq vencieron al ejército cristiano de don Rodrigo, último rey electo visigodo, en la batalla de Guadalete (julio de 711). Pieza fundamental para tal derrota fue la traición.

     La traición de la facción política contraria (los herederos del rey Witiza, descendientes de Wamba) al rey electo Rodrigo, descendiente de Chindasvinto. En plena batalla, abandonaron la lucha.

     Y traición también del gobernador de Ceuta, el conde don Julián, que pactó con los moros (Musa ibn Nusair, emir de Africa del Norte y Tariq ben Ziyad, gobernador de Mauritania) la invasión para derrocar al rey legítimo. Posiblemente por doble motivo: para garantizarse la gobernación de Ceuta y para reparar una supuesta deshonra por haber forzado el rey Rodrigo a su hija Florinda (La Cava) en su estancia toledana. Confluyeron los intereses expansivos de los musulmanes con los particulares del conde traidor.

Leyenda de La Cava
Es llamativo el rápido progreso de la invasión mora: en el a. 720 casi toda la península estaba bajo dominio musulmán. A más de los seguros méritos de las habilidades bélicas del invasor, se explica por la situación de gran debilidad y enfrentamiento de la sociedad cristiana de los visigodos , que lleva en ocasiones a que los cristianos colaboren con los moros contra otros cristianos (¿le resulta familiar al lector?).
Los judíos recibieron favorablemente a los moros por la persecución a que se veían sometidos por los cristianos.
La laxitud inicial, aunque breve, de las normas coránicas y la presión tributaria inicial muy pequeña también favorecieron su penetración.

Don Pelayo en Covadonga en primer lugar (a. 722) y Carlos Martell en Poitiers más tarde (a. 732) logran poner freno a la expansión musulmana.
Abd al Rahman III

Pronto comienzan las disensiones y enfrentamientos tribales entre los invasores: árabes quasíes y kalbíes  (ramas enemistadas históricamente), yemeníes y bereberes magrebíes (tribus matgara). ¡Es como si no hubiera pasado el tiempo!



Bajo el reinado de Abd al Rahman III (912-961) el Islam alcanzó en España su mayor apogeo cultural. En el siglo 10, Córdoba, la capital de los Omeyas de España, no tenía rival en el Este y el Oeste por su riqueza y civilización. 

Sin duda los eruditos musulmanes sirvieron como un enlace importante para llevar la filosofía griega a Europa occidental. Y fueron enormemente importantes sus aportaciones científicas (medicina, matemáticas, arquitectura ...).


Pero coincido con Sánchez Albornoz en que la irrupción del Islam supuso una desviación del camino natural que debería haber seguido la historia de España y nos apartó y retrasó respecto a otros países europeos.

A fin de cuentas, creo que motivo hay para que los musulmanes celebren la victoria que alcanzaron en 711. Y naturalmente que es comprensible que añoren su época dorada en Andalucía.

Don Pelayo (en Covadonga)
Por razones semejantes nosotros hemos de festejar los hitos cristianos de la Reconquista y singularmente la victoria contra los moros en Covadonga que establece la célula de resistencia a la invasión y la toma de Granada que pone fin a siglos de dominación musulmana. 

Si el señor Rodríguez Zapatero quiere festejar en contra de España, sus sibilinas razones tendrá. 

Si el señor Rodríguez Zapatero paga el guateque con nuestro dinero, nos está robando. Si actúa como nuestro representante, nos está traicionando.

Y, como ya tengo escrito, es imposible aliarse con civilizaciones enfrentadas brutalmente con valores que consideramos sustanciales de nuestra civilización occidental y democrática.




























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