sábado, 13 de abril de 2024


 




LA CONJURA

(Un cuento breve para adultos)





Las 6:54 de la mañana del 15 de abril. Dejó ágilmente la cama y sin calzarse pulsó el mando que abría una de las persianas de su dormitorio. La completa oscuridad del exterior y los últimos truenos de una larga tormenta le produjeron un ligero escalofrío. Se dirigió hacia su cuarto de baño. Había pasado casi toda la noche dándole vueltas a la cabeza y había concluido que sería bajo el reconfortante chorro de agua templada cuando tomaría la decisión definitiva. Tenía la cabeza hecha un bombo de tanto reiterar los pros y los contras de cada posible solución. Dejó empapar todo su cuerpo con la ducha enjabonándolo después meticulosamente. De nuevo bajo el agua sintió iluminarse una decisión: actuaría. Salió de la ducha y alcanzando la mullida toalla comenzó a secarse frotando su cuerpo con entusiasmo. Nada tan estimulante como alcanzar una decisión tras haber sopesado repetidamente unas y otras opciones. Pasó a su cuarto de trabajo y acercó su silla al escritorio. Tomó el ultrapersonal bolígrafo Montblanc donde tenía memorizados seis números telefónicos. Tenía a través del bolígrafo una línea telefónica personal de altísima seguridad. Lo manipuló liberándolo y seleccionando un destino y pulsó para efectuar la llamada. Apenas dio tono dos veces.

-Buenos días, sí que madrugas. ¿Necesitas algo urgente?

-Buenos días Gabriel. Disculpa mi llamada tan temprana. Espero no molestarte.

-Sabes que tú jamás me molestas. Estoy a tus órdenes.

-Verás, he pasado la noche analizando las consecuencias económicas del Covid-19 y he concluido que es imprescindible actuar en profundidad y con celeridad. Desearía un encuentro junto con Chema y José lo antes posible. Tengo algo grave que exponeros y proponeros.

-De acuerdo. Yo viajo hoy a Londres pero mañana estaré temprano de regreso y estoy a tu entera disposición. ¿Dónde quieres que nos encontremos?

-Creo que por la discreción que exige el caso podríamos reunirnos mañana mismo en mi casa de la finca de Compras con Ventahalcones. Podríamos comer juntos y dedicar la hora de la siesta a plantearos el asunto y debatirlo. Si te cuadra, llamo ahora a José y a Chema y te confirmo. Por si fuese necesario, ¿tendrías disponible el viernes con el mismo programa?

-Sin ningún problema. Te repito que estoy a tu disposición y ya me doy cuenta que el asunto es prioritario.

-Bien Gabriel, en unos minutos te vuelvo a llamar.

-De acuerdo, hasta ahora.

Volvió a manipular el bolígrafo y seleccionó la segunda comunicación.

-Buenos días. Me pillas cogiendo el avión de vuelta desde Miami. ¿Qué necesitas?

- Buenos días Chema, lamento asaltarte pero hay un asunto grave que creo que requiere una atención inmediata por nuestra parte. Se trata de las consecuencias del Covid-19. Acabo de hablar con Gabriel y hemos quedado para comer juntos con José mañana o pasado mañana en mi casa de Toledo dependiendo de tu agenda y de la de José.

-Totalmente de acuerdo. Si es posible, yo preferiría que nos encontrásemos el viernes. Pero si es preciso lo arreglaría para mañana. ¿Está operativo tu helipuerto?

-Sí, sí, sin problemas. Hablo ahora mismo con José y te confirmo.

No perdió un segundo en realizar la tercera llamada.

-Buenos días, ¡que placer saber de ti! ¿Qué se te ofrece?

-Buenos días José. Acabo de hablar con Gabriel y Chema. Hemos quedado para comer juntos en mi casa de Compras con Ventahalcones pasado mañana. Si fuera preciso podría ser incluso mañana. Quiero compartir con vosotros lo que he madurado durante esta noche sobre las consecuencias económicas de la pandemia y las soluciones que podemos aportar. He quedado en confirmarles a partir de lo que me digas.

-Por mí encantado de encontrarnos pasado mañana viernes. ¿Puedo utilizar tu helipuerto?

-Si, claro, sin ningún problema. Nos vemos pasado mañana.

Volvió a repetir las dos primeras llamadas para confirmar el encuentro del viernes.




Mecánicamente hizo el gesto de guardar el bolígrafo en el bolsillo de su albornoz. El bolígrafo resbaló por su muslo y rodó por la alfombra. Se incorporó para recogerlo y solo entonces, frente al enorme espejo de pared, se dio cuenta de su total desnudez. Examinó la figura del espejo: ¡formidable! Tenía ya cincuenta y muchos años y aún una figura muy joven. Cierto que una parte del mérito correspondía al doctor Tevarian que había ayudado a modelar unos pechos perfectos y unos ligeros y espléndidos retoques en las nalgas, rostro y labios. Piernas, brazos y cintura reflejaban los efectos del gimnasio diario y el metódico ejercicio y alimentación a que sometía su cuerpo. Pero seguro que el mérito mayor de tan sorprendente físico era herencia de su abuelo paterno que se había mantenido con un aspecto casi juvenil pasados los ochenta. El caso es que el resultado era espectacular en aquella belleza un tanto exótica.

Patricia Zapata pertenecía a una estirpe de banqueros y hace años que dirigía uno de los principales bancos de occidente: el banco Oceánico. Su gestión brillante no desmerecía de la de sus antepasados. Por otra parte, su actitud reservada y nada dada a relumbrones sociales le había apartado de que figurase en los medios de comunicación más que por sus actividades puramente profesionales y alguna de las sociales que no lograba ocultar a los medios. Su preparación había sido formidable y se había ganado a pulso un enorme prestigio nacional e internacional.

Siempre creyó que su obligación profesional era entenderse sin dobleces con el poder político, tanto de España como del extranjero. Y en ese campo también era persona muy respetada por su seriedad y equilibrio. Pero una nube de preocupación le surgió cuando Pablo Fernández decidió apoyarse en los independentistas al tiempo de incorporar a su gobierno al ala comunista de la izquierda. A su criterio era un gobierno frágil y contradictorio que tendría extremadamente difícil realizar una labor eficaz en unos momentos en que tanto la economía interior como la internacional daban síntomas cuanto menos inquietantes desde el otoño de 2018. Afortunadamente la economía española había tenido una recuperación excelente los años anteriores que había arrancado al país de una posición prácticamente quebrada. Pero los pronósticos de los más diversos analistas internacionales no eran halagüeños. Y eso, con un gobierno débil al que había incorporado al más rancio comunismo y un parlamento muy fragmentado en que a causa de la ley electoral tenían un peso definitivo los grupos nacionalistas, era sin duda un elemento de seria preocupación. Desde luego no le había resultado nada fácil explicar a sus socios internacionales ni la entrada comunista en el gobierno con sus incómodas repercusiones en organismos internacionales ni las formas en que los separatistas catalanes expresaban sus deseos.




En ese escenario irrumpió una infección vírica nueva procedente de China que en muy poco tiempo devino en una pandemia. Desgraciadamente España resultó afectada de lleno. Pero el reciente, frágil y bisoño gobierno careció de la reacción exigible. En tomar decisiones perdió un tiempo precioso que aportó millares de infectados y fallecidos a los que inicialmente se hubieran podido producir. A ello añadió un enorme desorden en la gestión del sistema sanitario y de los medios de defensa contra la pandemia. La pesada maquinaria burocrática aportó un lastre adicional a la búsqueda de soluciones extraordinarias para atajar un problema extraordinario. A Patricia, especialmente sensibilizada con la eficiencia y acostumbrada a que el cumplimiento de las órdenes ante situaciones de crisis fueran atendidas de forma fulgurante, le llevaban los diablos contemplando la parsimonia en la búsqueda y aplicación de los remedios y en la detección y rectificación de los errores propios de una situación grave y novedosa.

En el momento en que estos hechos se producían los científicos mundiales seguían desconociendo las esencias del virus, su verdadero origen y, sobre todo, el tratamiento eficaz para combatirlo y vencerlo.





Ante tal situación la mayor parte de los países habían echado mano de las experiencias medievales con las epidemias y habían decretado el confinamiento de la población, las drásticas medidas de higiene (¡lavar frecuentemente las manos y embozar el aliento!) y la paralización de una parte fundamental del tejido productivo. España, aplicando a rajatabla las medidas medievales, estaba a la cabeza mundial de infectados y fallecidos. ¡Un espanto de muy difícil explicación! La profesional y hasta heroica entrega de los profesionales sanitarios (que se jugaban su propia vida) se estrellaba constantemente contra la falta de medios y la gestión incapaz. La tragedia se disparó por el retraso en las decisiones.









A las 10 a.m. Gabriel del Abeto se abrochaba el cinturón de seguridad dentro del jet privado de la corporación, líder en infraestructuras sostenibles. Afortunadamente con las primeras luces del día se habían ido diluyendo las nubes que durante buena parte de la noche habían causado las sucesivas tormentas. El cielo aparecía limpio, despejado, con una brisa muy ligera. El piloto le había pronosticado un viaje tranquilo hasta Londres.

Sacó un par de carpetas de su cartera y le pidió a María Paredes     -su secretaria ejecutiva- que abriese su ordenador. María, de cuarenta y ocho años, era licenciada en filosofía y economía, dominaba a la perfección cinco idiomas y llevaba dieciocho años trabajando con Gabriel.

         -María, necesitamos revisar el acta de la última reunión que tuvimos con Airport W. Corporation.

         -De acuerdo Gabriel. Ayer mismo estuve dándole un repaso y el único punto que quedó por concretar fue con qué participación podrían entrar finalmente los daneses en la nueva sociedad. Te recuerdo que nosotros planteamos que un tope máximo del 7% sería lo más conveniente.

         -Así es. Nos permitiría mantener una cómoda posición de dominio con el 52,5% del capital al tiempo que dispondríamos de las ventajas técnicas que aportarían los daneses. Sobre el resto del capital, allá lo que decidan los ingleses, con la objeción única de que en ningún caso podría participar ni una empresa francesa ni una empresa china.

         -Supongo que tendrán dispuesta su última evaluación sobre la repercusión del brexit y su opinión sobre cuál sería el lugar más indicado para establecer la sede.

         -María, yo creo, después de haberle dado algunas vueltas y realizado algunas gestiones, que el lugar más conveniente para nosotros es Palma de Mallorca. Incluso ya he tenido alguna conversación con el gobierno balear y nos ofrecerían una serie de ventajas nada desdeñables. Por otro lado el aeropuerto de Palma sigue teniendo estructura y un buen reconocimiento internacional. A pesar del turismo de chusma que ha inundado Palma durante años. Pero he encontrado a las actuales autoridades muy sensibilizadas con éste tema y dispuestos a darle la vuelta al calcetín. En esa estrategia estaremos nosotros.

         -Entendido Gabriel. No se me ocurre ningún inconveniente salvo el que pueda suponer el acostumbrado nacionalismo británico. Sería ideal que fuesen ellos quienes nos hiciesen la propuesta de Mallorca. Ya veremos cómo lo podemos conducir.

         -Siempre es una satisfacción verte actuar María. Doy por hecho que lo conseguiremos con poco desgaste.

         -Mira, aquí tienes el acta de la reunión anterior. Mientras la repasas voy a enterarme con Julio del plan de vuelo. ¿Cuándo quieres regresar?

         -Necesito que regresemos mañana a una hora temprana. Pasado mañana tengo un importante almuerzo cerca de Madrid. Por cierto, necesitaré a Julio con el helicóptero sobre las 12:45. Avísaselo por favor. Tendré presumiblemente toda la tarde ocupada.

-¿Precisarás que te acompañe yo?

         -No, muchas gracias. Aunque es una reunión de amigos es preciso mantener una estricta confidencialidad.

         -De acuerdo. Ahora vuelvo.









Mientras, José María Rodríguez Allate sobrevolaba el Atlantico en dirección a Madrid. Estaba eufórico porque el encuentro en Miami había resultado más positivo que la mejor expectativa. El plan estratégico de impulsar la extensión internacional de la compañía estaba resultando un éxito rotundo, asegurando su liderazgo en telecomunicaciones. Tan solo los nubarrones que había extendido por el planeta el Covi-19 creaba una indudable inquietud al tiempo que venía castigando muy duramente el valor de la acción durante semanas. Pero se decía a sí mismo que no hay mal que cien años dure y, además, siempre creyó que las crisis ofrecían las mejores oportunidades. Aunque el sector de las telecomunicaciones no estaba resultando de los más afectados, se había hecho necesario presentar un erte en la matriz española y algún efecto también habría de tener en otras filiales del grupo.

Cambió su pensamiento a la conversación mantenida con Patricia Zapata pocas horas antes. El motivo de la urgencia en el encuentro estaba claro. De Patricia y su capacidad de análisis tenía la mejor de las opiniones. La admiraba sin reservas. Y le había demostrado siempre seriedad y lealtad. A pesar de que no hacía muchos años que trataba con ella, entre ellos había surgido desde un primer momento un entendimiento muy directo. El asunto que planteaba era de gran calado.

 






Los pronósticos que daban los más diversos analistas para la economía española eran demoledores: entorno a 10 puntos porcentuales de caída del PIB y una cifra de paro superior a los 6 millones de personas. De confirmarse los augurios la situación rozaría lo insostenible. Era preciso actuar rápido y de forma contundente.

Augusto Sesto (ingeniero industrial, máster en marketing, cinco idiomas, había desarrollado toda su larga trayectoria profesional en la compañia), era su secretario personal ejecutivo. Esbozando una sonrisa, le hizo un gesto para que se acercase.

         -Augusto, el Banco de España va a publicar sus últimos pronósticos sobre la economía española. Pídeles a nuestros directores de riesgos y de estudios que se pongan en contacto con ellos y que preparen un mínimo informe con las conclusiones. Quiero verlo esta tarde con ellos.

         -De acuerdo José María, antes de las seis de la tarde lo tendrás revisado en tu mesa.

         -Por cierto, pasado mañana necesitaré un piloto de total confianza y un helicóptero a las 12:50. Ciérrame la agenda para toda la tarde.

         -¿Necesitarás que te acompañe?

         - No, muchas gracias. Se trata de un encuentro privado y estrictamente confidencial. Tengo un par de reuniones previstas para esta tarde. Hazme el favor de preparar un resumen de lo tratado en Miami y pásaselo directamente al ceo de la casa matriz. Yo le llamaré más tarde. Ahora voy a intentar echar otra cabezada.








José Laheras Montmeló, presidente ejecutivo del principal grupo de medios de comunicación y editoriales, permaneció cavilando la conversación mantenida con Patricia Zapata. La pandemia vírica  estaba atacando Cataluña con enorme furor. Los peores pronósticos se iban cumpliendo, superados incluso por la realidad. Meditó sobre esa especie de castigo bíblico que había caído sobre su tierra en los años más recientes. Con la cuestión política algo adormecida pero en absoluto resuelta, había aterrizado el virus asesino arrasando lo que a su paso encontraba. Primero fue la catastrófica suspensión de la feria del Mobile World. La suspensión cayó como una bomba en Barcelona. Pocos podían imaginar entonces lo que presagiaba. No obstante, en los medios de comunicación más relevantes los sucesos de China y Corea no habían pasado desapercibidos. Recordaba perfectamente la reunión a primeros de febrero en que algunos advertían que, si saltaba las fronteras, la catástrofe podía ser colosal. Lo estaba siendo.

Decidió pasar por la oficina antes de acudir a la cita que había acordado con unos amigos de la competencia. La reunión se celebraba en el despacho de su buen amigo José Luis Landarias, consejero del diario de su más directa competencia. Jose Luis era oriundo de un pueblecito de Soria y tenía una historia personal verdaderamente emocionante. De niño consiguieron internarle en un seminario gracias al apoyo del párroco local. En el seminario recibió una sólida formación humanística. Aunque su naturaleza le hacía brillar en las ciencias. Cuando a los dieciocho años dejó el seminario padeció una severa crisis personal. Superada, consiguió una beca para formarse en la facultad de ciencias económicas de Madrid donde siguió los estudios siempre becado. Fue un excelente estudiante. Se casó con una joven nacida en Tarrasa lo que fue un hecho muy determinante para que finalmente fijase su residencia en Barcelona. En esta ciudad llevaba viviendo catorce años y se encontraba absolutamente integrado. Era un gran jugador de ajedrez lo que les proporcionaba encuentros frecuentes. Ganarle una partida se convertía en una empresa de enormes dificultades.

El tercer componente de la reunión, Fernando Pastrana,  llegó a Barcelona de niño cuando allí le dieron destino a su padre, funcionario de correos en Zaragoza. Era la persona más perdidamente enamorada de la ciudad que conocía. Vicepresidente ejecutivo de una gran aseguradora mantenía con él una estrechísima  amistad facilitada también por el buen entendimiento entre sus respectivas mujeres.

Ventiló en un par de horas los asuntos pendientes en el despacho. Llamó a su secretaria Montserrat Ribó. Era licenciada en derecho y artes visuales, manejaba cinco idiomas y veinte de sus cuarenta y cinco años los había entregado en buena medida al grupo.

         -Montse, advierta en Madrid que quizás duerma allí el viernes. Tengo un almuerzo discreto cerca de Madrid. Aún no se si regresaré a última hora de la tarde en un avión-taxi o me quedaré a dormir allí, en cuyo caso, estaré de vuelta en Barcelona el sábado a media mañana. Y, por favor, comuníqueme con el director de redacción de medios televisivos.

         -Muy bien, don José. Como están cerrados los hoteles avisaré para que esté en perfecto orden de servicio el apartamento del periódico. Ahora mismo le comunico con don Esteban.

La conversación con Esteban Perelló fue muy ilustrativa. Parece que el contagio vírico daba los primeros síntomas de amainar pero los pronósticos económicos eran enormemente alarmantes. Le pidió que a media mañana del día siguiente le llamase para ponerle al tanto de las últimas noticias y rumores: el presidente del gobierno de España había anunciado su intención de convocar una reunión con los principales representantes políticos para intentar unos pactos de estado ante la crisis económica que se presentaba.








6:08 de la mañana del miércoles 15 de abril. Lucía se despertó con el primer compás del concierto número cinco para piano de Beethoven. Le parecía diseñado para actuar de despertador: una viveza y fuerza inicial capaz de despertar a cualquiera pero inmediatamente unos compases de sosiego para tranquilizar el primer y efectivo choque. Esa era su semana de “El Emperador”. Cada semana programaba en su móvil una pieza musical distinta. De tal forma, esta era para ella “la semana de El Emperador”.

Lucia Pérez Acero, nieta del marqués de La Deliciosa, era aún una joven de treinta y siete años que se mantenía en una forma extraordinaria. Se había licenciado en Derecho y Negocios en Estados Unidos, en la universidad de Princeton. Al finalizar sus estudios obtuvo una mención especial por estudiante destacada. Para entonces ya dominaba cinco idiomas y, sobre todo, su espíritu arrollador le hacía encarar el mundo con ansias de abarcarlo.

La fichó el JP Morgan para su departamento de riesgos y prospecciones de inversión. Allí conoció a Patricia Zapata a cuyas órdenes directas estuvo desde un primer momento. Sus vidas quedaron profesionalmente ligadas desde entonces porque afloró entre ellas de forma espontánea una mutua simpatía y raro entendimiento. Repetía a menudo que trabajar con Patricia era lo mejor que le había pasado en la vida. Llevaba doce años a su servicio que le habían resultado fugaces.

Tras la enormemente ilustrativa etapa del JP Morgan se había integrado en la organización del que aún seguía siendo “su” banco, acompañando a Patricia, primero a un participado de Londres y, a los pocos años, a un filial en España. Cuando Patricia fue nombrada Presidenta Ejecutiva del enorme grupo bancario ella permaneció al frente del staff de presidencia conocido como la Adjuntía de Presidencia; era la Directora de la Adjuntía Corporativa de Presidencia. Por sus manos pasaban todos los asuntos de la empresa entre Presidencia y el resto de la organización. Pertenecía a la Comisión Ejecutiva donde realizaba también la labor de secretaría. En fin, era la persona de máxima confianza de Patricia Zapata.

En la corporación era conocida por su trato al tiempo afable y exigente. Era una trabajadora incansable pues ella misma solía decir que el trabajo le relajaba.

No había decidido aún formar una familia aunque se encontraba ligada a su pareja Ramón desde hacía nueve años. Él era un prestigioso abogado por cuyo bufete pasaba lo más granado de los recién licenciados que buscaban destacar en la profesión.

Se mantuvo aún unos pocos minutos entre sábanas deleitándose con la música sublime de Beethoven. Seguro que le esperaba un nuevo gran día.




Paró el concierto con cierto disgusto (apenas disfrutaba de él más de cuatro minutos), saltó de la cama y pasó a la amplia habitación contigua donde disponía de un mínimo gimnasio y un coqueto vestidor. Tras los estiramientos subió a la cinta sin fin en la que comenzó a andar para, al poco, iniciar una carrera cadenciosa que duró algo más de treinta minutos mientras aprovechaba a ordenar en su cabeza los asuntos planificados para la jornada. De allí, a la ducha: caliente-fría-caliente-fría que le activó la circulación.

Se acercó a la coqueta que había heredado de su abuela. Se desprendió de la toalla y escudriñó su cuerpo con atención frente al espejo: sobresaliente. Comenzó a secarse la abundante melena antes de resaltar su físico con lápices de ojos, pintalabios y demás ayudas estéticas. Al cabo de veinte minutos dio la operación por finalizada, se vistió y acudió al comedor de diario donde ya le esperaba un reconfortante desayuno.

         -Buenos días señora. ¿Descansó bien esta noche?

         -Muy buenos días Amanda. Tardé en dormir algo más de lo acostumbrado: los truenos y relámpagos me alteran un poco. Pero después he dormido espléndidamente hasta que sonó el despertador. ¿Qué tal dormiste tú?

         -Muy bien gracias. Las tormentas a mi no me afectan y caí directamente dormida sobre la almohada. ¿Sabe usted sí comerá hoy en casa?

         -Es posible, pero aún no lo sé. Te llamaré en cuanto lo sepa aunque conoces bien que mis comidas son siempre frugales. Haz el favor de avisar a Tomás para que esté preparado con el coche en veinte minutos. Iremos al despacho.

         -Muy bien señora, ahora mismo me ocupo.

 




Abrevió su desayuno, pasó a recoger su cartera y su portátil y salió al encuentro de Tomás.


         -Buenos días Tomás, ¿cómo comenzó el día?

         -Buenos días doña Lucia, me agrada la limpieza del aire que han producido las tormentas de anoche. ¿Descansó bien usted?

         -Más que suficiente. Deseando emprender la nueva jornada. Vamos al despacho. No preveo salir esta mañana de forma que póngase a disposición de Recursos Humanos por si requirieran sus servicios. Aún no se si comeré en casa. Si a la una no le he llamado, disponga usted de su tiempo. Le avisaría por la tarde.

         -Perfectamente. Quedo pendiente de su aviso.

Arrancó el coche y ella abrió su portátil entrando en la pagina de últimas noticias. Era escalofriante: la cifra de contagiados y de fallecidos por el maldito virus no dejaba de crecer. Algo más tarde llamaría a su hermana para conocer lo último que pudiera saber de su cuñado hospitalizado desde diez días antes. Parece que ya había conseguido superar el momento más crítico de la enfermedad pero todavía el riesgo era importante. Estaba alucinada por la actuación de todos los sanitarios implicados en la pandemia que en jornadas interminables exponían su salud y sus propias vidas por atender a los enfermos dentro de un caos bíblico y careciendo de los medios de protección más básicos. Se le fue la cabeza al equipo oficial de especialistas que informaba diariamente de la evolución de la infección. Sin duda eran personas de otro planeta distinto al de los sanitarios y enfermos. Machaconamente reiteraban estadísticas pesimistas que se esforzaban en presentar con optimismo. Decididamente pertenecían a otra galaxia. Como en general lo eran los miembros del gobierno a quienes les había caído encima la desgracia inmensa cogiéndoles absolutamente a contrapié. Sin dar señales de capacidad de reacción, desarbolados y obsesionados por justificar su total ausencia de responsabilidad en las imprevisiones, ausencia de coordinación, errores fantásticos en la gestión de compras y falta imperdonable de empatía ante el enorme sufrimiento. Sus informaciones y decisiones contradictorias habían conseguido sumir a la sociedad en el desconcierto y en el terror a lo desconocido y totalmente incontrolado.





Ni un solo indicio de planificación salvo en el ejemplar caso de la transformación de unos pabellones de Ifema en un hospital para cuatro mil enfermos, ¡en menos de una semana! Un ejemplo extraño de colaboración entre la Presidenta del Gobierno de Madrid, la Ministra de Defensa, el Ministerio de  Sanidad y el nombramiento del Jefe de Medicina Interna del Hospital de Fuenlabrada como jefe médico del improvisado y mastodóntico hospital.




Luego era posible. Bastaba ponerse de acuerdo en las prioridades (atender enfermos era independiente de los partidos políticos) y coordinarse en sus respectivas especialidades. Se hizo lo que parecía un milagro: permitió superar el colapso del sistema sanitario madrileño a pesar de la falta de medios (respiradores, sistemas de protección adecuados, ausencia de test de diagnóstico…). Y curiosamente ninguno de los máximos responsables sacaron codos por apuntarse méritos ante los medios. Todo un ejemplo que brilló por su ausencia en la llevanza general de la crisis.

Al enfilar el coche la entrada al subterráneo saludó afablemente a los guardas de seguridad y desde el garaje tomó el ascensor que le conducia directamente a la planta de presidencia. Aún no se había incorporado su equipo. Pasó directamente a su despacho y conectó los ordenadores. Ojeó la prensa escrita del día y los últimos e-mail.




Estaba a punto de acercarse al despacho de presidencia cuando recibió la llamada de la presidenta.

         -Buenos días Patricia. ¿Qué tal te encuentras?

         -Bien pero preocupada. Cuando puedas pásate por mi despacho que necesito encargarte unas comunicaciones.




Lucía cogió su tablet y un cuadernillo y salió hacia el despacho de Presidencia. Recorrió el corto pasillo que separaba ambas estancias y ante la puerta de Patricia saludó a sus dos secretarios. Golpeó ligeramente la puerta con los nudillos y abrió sin esperar respuesta.




Patricia Zapata hablaba por teléfono y con un gesto de la mano indicó a Lucía que se acercase y se sentara frente a ella.

         -… necesito en mi mesa antes de las nueve un resumen de nuestra posición última en las distintas bolsas indicando la posición anterior. Muchas gracias.

Colgó el teléfono y le dirigió a Lucía una amplia sonrisa.

         -Intenta pasarme las siguientes videoconferencias con las secretarias correspondientes: a partir de las nueve con la de Pierre Moscovici de Francia; a partir de las diez con la de Wopke Hokstra de Holanda; y a partir de las once con la de Olaf Scholz de Alemania.

Pasado mañana, a las doce, saldré en coche para la casa de Compras con Ventahalcones. Tengo tres invitados. Habla con Julio para que disponga todo y que provea también lo necesario para los chóferes y guardaespaldas. Harán uso del helipuerto.

La reunión no es clandestina pero sí muy discreta. Conoces perfectamente a mis tres acompañantes: Gabriel del Abeto, José María Rodríguez Allate y José Laheras Montmeló. Por cierto, es posible que éste decida quedarse a dormir allí. Que Julio lo tenga en cuenta por si acaso. ¿Tienes tú algún tema pendiente?

         -Tan solo comentarte que tenemos cerrada ya la reunión con la vicepresidenta de Economía para el próximo lunes a las 12:30. Estoy elaborando ya un dossier que podamos ver a primera hora del lunes si te parece.

         -Perfecto. ¡Ojalá tengamos suerte con las comunicaciones!

         -Ya verás que sí. Salvo que estén fuera de sus oficinas o metidos en algunas reuniones que no puedan interrumpir, suele ser fácil comunicar con ellos. ¿Necesitarás que te pase algún dato para esos encuentros?

         -En principio no. Pero prefiero que estés presente fuera de foco en cada una de ellas.

         -De acuerdo. Luego nos vemos.








Patricia mantuvo varias conversaciones telefónicas con distintos directivos de la casa y cursó distintas órdenes. La última de ellas la tuvo que cortar porque Lucía le pasaba una comunicación de videoconferencia con Francia. En un francés más que aceptable saludó al secretario personal de Pierre Moscovici le preguntó por su salud y le pidió que si podía pasarle la comunicación al ministro francés de economía . El secretario le dijo que en ese momento estaba hablando por teléfono. Se comprometió a devolver la llamada en cuanto estuviese libre.

 



Apenas habían transcurrido nueve minutos cuando Lucia le avisaba que tenía la comunicación con Mr. Moscovici.

Lucia se incorporó discretamente al despacho de la Presidenta permaneciendo fuera de cámara. La conversación fue enormemente amigable y muy fluida. Fue tomando notas de los comentarios más jugosos del ministro francés. Duró diecinueve minutos. Quedaron en concertar un almuerzo en París lo antes posible. Lucia regresó a su despacho.

A las 11:11 Patricia recibía la comunicación con la secretaría del ministro de economía holandés Wopke Hochstra. Tras unos cordiales saludos recibió la comunicación directa con el ministro. De nuevo Lucía volvió a tomar notas de las partes más relevantes de la conversación. Hablaron durante unos veintidós minutos y también convinieron en verse lo antes posible. Acabada la videoconferencia Lucía se reintegró a su despacho.

Finalmente a las 12:04 Lucía le pasó la comunicación con la secretaría del alemán. El vicecanciller se encontraba fuera y se le esperaba de vuelta en veinte minutos.

Efectivamente a las 12:31 Lucía le pasaba directamente al señor Olaf Scholz y acto seguido se introducía en el despacho de Patricia. Olaf estuvo especialmente afectuoso y cambió vivas impresiones con la española. Acabando la conversación Patricia le rogó que saludase con afecto a su mujer Britta Ernst con quien había tenido una magnífica relación en los días que les tuvo como invitados a la Feria de Sevilla de tres años atrás. Olaf se mostró encantado de haber podido conversar con ella y calificó de muy interesante la comunicación.

         -Patricia, te prepararé un informe con el resumen de las tres conferencias. Esta tarde te lo paso.

         -Oye, si tienes el almuerzo libre y te apetece podemos comer juntas en el comedor de presidencia.

         -¡Magnífico! Paso a recogerte a las dos.

A continuación llamó a casa para informar que no iría a comer.




Encontró a Patricia tecleando en su ordenador y prudentemente aguardó a que terminase consultando en su móvil los últimos correos.

Patricia se incorporó y rodeó su mesa de trabajo, se acercó a Lucía y le posó ambas manos sobre los hombros.

         -Una mañanita de aúpa. Principalmente porque en ningún momento he conseguido desconectarme totalmente del asunto del maldito virus. Ponme al tanto de la salud de tu cuñado.

         -No sabes cómo te entiendo. Parece que mi cuñado ha tenido una pequeña recaída a la que no dan mayor importancia. Pero sin duda alargará su hospitalización. Desde luego fue muy imprudente en mantener reuniones de trabajo en Milán el mes de febrero. Milagrosamente parece que ni mi hermana ni los niños están infectados. Ya advertí al servicio de comedor que comeríamos aquí las dos.

         -Bien, pues si te parece vamos hacia allá que ya pasan de las dos. ¿Con qué nos sorprenderán hoy?






         -No tengo ni idea. No quise indagar. Sólo espero que no nos pongan la crema de espinacas que tanto enorgullece a Casilda.

 

         -Mira Patricia, aunque sea insistir en tu preocupación, el tema de los test sigue sin solucionarse. Resulta difícil de creer que un asunto de tal envergadura se siga demorando involuntariamente. Es absolutamente imprescindible para diagnosticar, identificar a los infectados y mantenerles confinados y tratados y activar rápidamente al resto. Lo que no se está haciendo es suicida. Y es obvio que hay soluciones mucho mejores que ya están poniendo en marcha socios europeos. Existe un desequilibrio brutal entre el trabajo de nuestros sanitarios y el de nuestro gobierno.

Se sentaron a la mesa. Y se encontraron con la agradabilísima sorpresa de que de primer plato les servían una sopa de cocido. Que, además, estaba excelente. Fue Patricia quien retomó la charla:

         -Las conversaciones entre nuestra dirección de recursos humanos y los sindicatos han ido al parecer espléndidamente. Todos han coincidido en dos puntos cruciales: presionar al gobierno para que resuelva de una vez el pago a los afectados por los erces (el banco adelantará hoy mismo los pagos) y solicitar que nos encarguemos nosotros de aprovisionarnos de los test necesarios para diagnosticar el virus. Haremos una encuesta masiva entre los empleados actualizable y estamos en disposición de recibir los test en cuatro días. La respuesta del gobierno ha sido con evasivas al tema de los erces (seguro que están esperando la financiación europea) y rotundamente negativa respecto a que nos encarguemos de los test: el perro del hortelano. Por otra parte ya se han reforzado las medidas de seguridad desinfectando todas las oficinas y colocando mamparas entre puestos de trabajo.

         -La verdad Patricia es que es desesperante que habiendo realizado todos los esfuerzos necesarios para poder reincorporarnos a una vida laboral casi normal sea el propio gobierno el que ponga trabas y dificultades. También es cierto que tendrán que resolver cuándo se reanuda el curso escolar pues es clave para la conciliación familiar. En las oficinas centrales ya está el tema resuelto para los infantiles con la apertura de las guarderías. Pero el problema existe para el resto de oficinas. Aunque sé que se está realizando un ambicioso estudio para identificar centros por zonas geográficas donde pudieran llevarse a los niños de cada área determinada.

         -Recuerda que se incluya el programa de conciliación familiar en el consejo de la semana próxima. Para la denominada “Desescalada Covid-19” ya tenemos realizados nuestros deberes: están cerrados los acuerdos con los sindicatos a falta de pequeños flecos y disponemos de una espléndida información recopilada de las experiencias internacionales. Que, por cierto, le hemos ofrecido al gobierno y nos han respondido que ya tienen encargados sus propios informes.

         -Pero Patricia, es clave que se realice el “estudio de seroprevalencia” por parte del gobierno. Para ello es imprescindible la realización de test, al menos en cantidad suficiente para que tengan valor estadístico. Y estimo que es otro error de dañinas consecuencias que se haya decidido centralizar la desescalada del confinamiento; han optado por centralizarlo en la Vicepresidencia de Transición Ecológica. Me consta que carecen de medios y conocimientos para pormenorizar por zonas. Es necesario un procedimiento más rápido, más localizado y más descentralizado para definir los protocolos a utilizar en cada lugar. Creo que la intervención de las autonomías y ayuntamientos sería crucial.

         -Tienes toda la razón Lucia, nos espera acometer un largo pero planificado proceso que precisa pautas claras y coordinadas y que deberíamos ser las empresas las responsables de la ejecución detallada de vuelta a la normalidad. De hecho, nosotros ya estamos prácticamente preparados para operar en esas coordenadas. Ya tenemos ultimado el Plan de Retorno. Y en este aspecto vuelve a ser un obstáculo el ministerio de trabajo poniendo en cuestión el compromiso de las empresas con la seguridad de nuestras plantillas. Las críticas de nuestros sindicatos a las manifestaciones de la ministra han sido feroces. No es oportuno que te anticipe lo que voy a tratar mañana en la finca de Toledo. Pero te aseguro que voy a intentar por todos los medios que no nos paralicemos y que colaboremos a tope en la recuperación nacional.

La lubina con patatas al horno estaba deliciosa y dieron buena cuenta de ella. Tras los cafés, cada una regresó a su despacho.    







A las seis de la tarde Lucía pasaba al despacho de Patricia con un amplio y perfectamente estructurado informe que recogía el contenido de las videoconferencias de la mañana. Patricia estaba despachando con la directora financiera el análisis que había preparado sobre la mañana bursátil y la evolución en los últimos tres días. La caída de valor había sido estremecedora. Y no era gran alivio que coincidiese con un comportamiento general tanto en el mercado doméstico como en el internacional. Le pidió a Lucia que se quedara. Y entre las tres estuvieron debatiendo los análisis de los expertos y el elaborado por el propio departamento de estudios del banco. Las reuniones en la Unión Europea iban a ser muy determinantes de la próxima evolución de los mercados. Y aún más las posturas que tomasen la Reserva Federal de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional y el propio Banco Central Europeo. Marcaron las líneas matrices que debía seguir el informe que se elaboraría para el Banco de España y para el Banco Central Europeo y los correspondientes informes de los filiales extranjeros a sus respectivos bancos centrales. Patricia se dispuso a hablar con el filial de Estados Unidos y con el JP Morgan con quien mantenía una relación muy intensa. Tanto la directora financiera como Lucía se incorporaron y salieron del despacho.





Ya desde su mesa de trabajo estableció una videoconferencia con la ceo del filial en Portugal. Eran buenas amigas y recordaba con enorme agrado los días que pasó el año anterior en su casa de Faro. Quería conocer de primera mano y de una voz autorizada y fiable las claves de que la pandemia hubiese afectado a Portugal de una forma infinitamente menos cruel que en España (¡duplicamos la cifra de contagiados y multiplicamos por seis la de fallecidos!). Le atendió sobre la marcha y mantuvieron una muy amigable y viva conversación.

El resumen final era que la actuación del gobierno socialista del señor Costa había actuado de forma radicalmente diferente al del español Pablo Fernández: primeras actuaciones antes de aparecer el primer infectado, aprovisionamiento anticipado de equipos médicos y productos de protección y, sobre todo, realización masiva de test. Ciertamente tenían una organización político-administrativa mucho más simple al carecer de autonomías en sus diversas regiones.






También era cierto que la responsable ministerial de sanidad de Portugal era una experta en el área con una sólida formación y experiencia adecuadas para encarar la gestión de una situación tan crítica y compleja como era la pandemia, lo que por desgracia no disponía el gobierno español. Decidió incluir la esencia del contenido en el informe de las videoconferencias de la mañana. Una vez incluido, le sustituyó el informe a Patricia.







 

 


A las 13:00 horas del viernes 17 de abril, el coche que trasladaba a Patricia aparcaba a la puerta de la casa de Compras con Ventahalcones. Encogía el alma la ausencia casi total de tráfico tanto en la ciudad como en la carretera. Sorprendentemente ninguna patrulla de policía o guardia civil les había parado en el trayecto por lo que su guardia de seguridad no se había visto precisado a mostrar el salvoconducto que llevaba preparado.

A la entrada de la casa le recibió el querido Julio. Llevaba más de cuarenta años al servicio de su familia a la que hacía tiempo ya pertenecía como un miembro más.

         -Muy buenos días Julio. Tienes un espléndido aspecto. Hace más de dos meses que no te veo y te noto como rejuvenecido. ¿Cómo se encuentra toda tu numerosa familia?

         -Muy buenos días Patricia. Sin duda me miras con muy buenos ojos. A ti sí que te encuentro muy bien aunque aprecio una ligera marca de preocupación en tu frente. Por otra parte es natural con la que está cayendo. Toda mi familia se encuentra bien. Por esta zona no se conoce de ningún caso de contagiado por el virus. Me da a mí que es más cosa de las grandes ciudades. En Toledo sí se han conocido muchos casos y el hospital parece que trabaja a tope. Pero sin los trastornos que cuentan de Madrid. ¿La familia se encuentra toda bien?

         -Todos bien Julio. De todos te traigo saludos aunque sé que no hace demasiado alguno de mis hijos anduvo por aquí.

         -Sí, estuvo el pequeño Emilio. ¡Que simpático y qué despierto! Desde luego tiene a quien parecerse.

         -Muchas gracias Julio. Están a punto de llegar tres personalidades. ¿Qué menú tenemos?

         -Tras unos aperitivos tenemos previsto unos guisantes salteados con cebolla y virutas de jamón. Después, corzo estofado con patatas. Y de postre torrijas al vino con miel al gusto. Como bebida he escogido un vino de Méntrida, un Jiménez-Landi Ataulfos 2008 Magnum. Tendríamos así todos los productos de la región. ¿Qué te parece?

         -Excelente Julio. No hubiese sido capaz de elegir mejor. Por si acaso, que esté preparada la cocina para hacer cualquier cosa rápida en caso de que alguien lo prefiera o necesite. Calcula que nos sentemos a la mesa a las dos y cuarto. Los cafés se servirán en la zona de estar de la biblioteca donde después mantendremos una reunión para la que es preciso un aislamiento absoluto. Ocúpate de que estemos en perfecta intimidad.

         -Ten la certeza absoluta de que nada ni nadie os molestará y que dispondréis de tranquilidad total. Me llamarás por el móvil para cualquier cosa que preciséis.

         -Subo a mis dependencias a asearme un poco y bajo enseguida. Creo que ya conoces a las tres personalidades porque hemos tenido ocasión de recibirles anteriormente aunque por separado.

         -No te preocupes Patricia. Serán atendidos como merecen. Esta es la casa de la perfecta hospitalidad. Por cierto, me dijo Lucia que era posible que alguno de ellos pasara aquí la noche. Todo está preparado en la suite granate.





         -Estupendo. No sé aún si dormirá aquí. En unos minutos bajo.






Pocos minutos después de que Patricia hubiera bajado y revisado el comedor y la biblioteca comenzó a escucharse el rotor de un helicóptero. Bandadas de pájaros huyeron despavoridos. El aspecto de Patricia era espléndido. Ni vestigio de sus preocupaciones. Bajó la escalinata principal y aguardó a que el aparato aterrizase y la inercia de la hélice se fuera apagando. Se acercó al helipuerto al tiempo que se abría la puerta trasera del aparato.

Salió Chema seguido de José y Gabriel. ¡Vaya, se habían puesto de acuerdo para realizar juntos el viaje!

         -Buenos días queridos amigos, es una alegría veros aparecer juntos. ¿Qué tal el vuelo?

Permaneció a una distancia prudente según las recomendaciones de los científicos mientras los recién llegados se quitaban sus mascarillas y mantenían una distancia de seguridad entre ellos.

Haciendo un a modo de saludo oriental, comenzó Gabriel:

         -Espléndido vuelo querida Patricia. ¡Qué bien se cuida Chema; y qué bien cuida a sus amigos! Estás radiante.

         -Buenos días Patricia. Gabriel exagera conmigo. De todos es conocido que él es el campeón del bien cuidar a los amigos. Después de ti naturalmente.

         -¿Qué tal Patricia? -intervino José- Es un verdadero placer regresar a tu preciosa casa. Y más en compañía de tan extraordinarios amigos. Lástima que el motivo que hoy nos une no sea propiamente placentero.

         -Todo marcha aunque con tremendas dificultades e incertidumbre. Es una bendición teneros aquí y, antes de nada deseo agradeceros de corazón vuestra disponibilidad. Por cierto José hay preparada una habitación para ti por si prefieres pasar la noche aquí. En el caso de vosotros dos he pensado que desearíais regresar a Madrid pero si queréis quedaros estaré encantada de dar las órdenes oportunas.

         -A mí me resulta imposible aunque me apetecería enormemente quedarme en esta preciosa casa y encantadora finca. No sé si a Gabriel le cuadra.

         -¡Ojalá pudiese! Soy un esclavo sometido a mi trabajo pasando una época que no recuerdo otra peor en mis 64 años de vida. Cuando ya empezaba a atisbar la luz de mi sucesión ha empezado a desmoronarse todo.

         -Esa misma sensación tengo yo Gabriel. Hace apenas tres meses empezábamos a hablar de las vacaciones de verano después de haber soportado en Barcelona una época odiosa, de una violencia que no había conocido en mis 63 años. Apenas nos hemos recuperado de las calles ardiendo y las carreteras y aeropuerto asaltados y cortados cuando ha caído la bomba terrible de la pandemia.

         -Así es amigos. Vamos a tener ocasión de tratar sobre ello. Pero mientras, debemos atender a nuestros estómagos. Nos han preparado un almuerzo con productos de ésta tierra: unos guisantes salteados y corzo estofado. Decidme si deseáis cambiar algo.

Los tres coincidieron en que era un menú excelente.





Pasaron a asearse y a continuación Patricia les acompañó al comedor.

 

 


Tomaron asiento sin ningún protocolo y comentaron las excelencias del jamón ibérico, el queso y el vino que ponderaron con entusiasmo.





El almuerzo fue discurriendo con amena conversación animada por tres o cuatro chistes que enristró José. Tenía verdadera chispa para ello que subrayaba en algunos casos exagerando el acento catalán. Rieron todos con ganas. Y celebraron las ocurrencias de Patricia que se encontraba realmente feliz por el ambiente creado y satisfecha porque efectivamente eran muy merecidos los elogios que recibieron las viandas. Llegados a los postres tan sólo ella se dio por rendida mientras los demás daban buena cuenta de las torrijas

 




Una vez que terminaron Patricia les invitó a trasladarse a la biblioteca donde les servirían los cafés. La siguieron satisfechos y listos para abordar el tema que les reunía.

 




Apurados los cafés y el té de Patricia y una vez retirados los servicios tomó ella la palabra. Tan solo Chema quiso una copa.

         -Mis querido amigos, es ocioso que os manifieste la gravísima crisis económica que tenemos encima. Tenéis sobrada experiencia y conocimiento sobre el tema. Pero quiero también plantearos el problema institucional y una aproximación a la valoración de nuestros dirigentes políticos. He recabado información directa de altas instancias políticas de Francia, Inglaterra y Holanda más una valoración profesional del caso portugués. Los puntos de coincidencia entre los distintos interlocutores es llamativo. Pero viene a coincidir en lo esencial con mi propio análisis:

                  La situación económica mundial es enormemente delicada y, en concreto la europea es crítica.

                  Por desgracia nuestra situación en España es especialmente delicada.

                  En ningún interlocutor he encontrado el menor respeto por nuestro gobierno. Y en particular por el presidente.

                  Pero tampoco gozan de mucho mejor aprecio el resto de políticos conocidos.

                  Creen que la superación de nuestros graves problemas pasa por cambios en los liderazgos.

                  Es esencial contar con el respaldo de nuestros socios europeos.

                  Pero no generamos la menor confianza. Aunque es cierto que valoran lo conseguido por el gobierno anterior.





                  En definitiva, estiman que necesitaríamos una renovación y representantes de reconocido prestigio europeo.





Amigos, opino que tenemos, como líderes de grandes grupos empresariales asentados en España, una responsabilidad de empujar aquellas soluciones que creamos más favorables para nuestra nación.Soy muy consciente del peligro del planteamiento que os hago que sólo se justifica por lo crítico del momento.

Como consecuencia de todo lo anterior os he preparado la siguiente propuesta:


La economía de España se contraerá un 8% y la tasa de paro alcanzará el 20,8% por el coronavirus, según el FMI’:

Para afrontarlo necesitamos un gobierno competente, serio, valiente y con sentido de estado.

Ninguno de los dos principales líderes políticos dan la talla (ni Pablo Fernández  ni Pedro Solero).

Fernández ya se examinó y fracasó estrepitosamente: ni es competente, ni serio, ni valiente, ni fiable, ni tiene sentido de estado.

Solero no se ha examinado pero se ha mostrado poco competente, tibiamente serio y no ha manifestado sentido de estado.

Ambos tienen problemas parecidos: los enemigos (que no contrincantes) de Fernández están en Podemos y los de Solero están en Vox.

Ambos han confeccionado listas electorales de leales y sumisos.

Necesitamos al frente de ambas formaciones líderes que cumplan las condiciones requeridas y que sean respetados fuera de España.

Es muy dudoso que los líderes actuales (ni Fernández ni Solero) evolucionen radicalmente para cumplirlas.

No soy política y por tanto desconozco los recursos humanos de ambos partidos. Quizás cuenten con otros elementos con las características precisas para cumplir la condiciones.

Me atrevo a plantear los nombres de Javier Solá y Núñez Tejo.

Solá ya tiene ganadas todas las medallas profesionales y personales, un currículum de aciertos y éxitos, respeto internacional y personalidad de estado.

Tejo tiene ya ganadas muy importantes medallas personales que tendría que arriesgar en el envite, es serio y olfateo que tiene sentido de estado. Aunque es un desconocido fuera de España.

Ambos deberían elaborar un plan de gobernación consensuado con un ejecutivo formado por el partido socialista.

Es el momento de trabajar por España, no por los intereses más o menos legítimos personales.

El pronóstico del FMI es aterrador. Y es el mejor de los escenarios posibles: prevé otros mucho peores.






 






Se produjo un espeso silencio que duró unos segundos pero que parecieron minutos.

Tomó la palabra José María Rodríguez Allate:

         -Muchas gracias por tu trabajo y tu franqueza Patricia. Como sabéis acabo de pasar unas jornadas en Estados Unidos. El país anda loco y abrumado por el miedo a la pandemia que está arrasando muchas zonas del país. La administración anda dislocada por las ocurrencias de su peculiar presidente. Pero todos coinciden en que, una vez superada la pandemia, el mundo entero cambiará. Ya empiezan a prepararse para el gran cambio. Sigue siendo una sociedad con una enorme energía y una formidable capacidad de adaptación. Muchos dudan que puedan seguir liderando el mundo pero no admiten que China sea una opción. El problema es que desconfían de Europa. Y, aunque carecen de un conocimiento definido nuestro, su desconfianza de España es tremenda. Que el comunismo haya entrado en el gobierno es sencillamente no aceptable. Y mi análisis, además, coincide esencialmente con el que nos has expuesto. Tengo muy escasas dudas para que en un planteamiento de consenso nacional la primera apuesta sea Javier Solá Magaria. Pero tengo más reservas con el caso de Alberto Núñez Tejo. Creo que se trata de un político sólido pero dudo de su capacidad de entregar su apoyo de manera sincera al partido socialista. Ser desconocido fuera es otro hándicap. Como opción os sugiero a José Manuel Garcés Malallo. Como todos le conocéis sobradamente ahorraré añadir ningún comentario.

Pasados unos segundos tomó la palabra José Laheras Montmeló:

-Muchas gracias a ambos. El análisis de Patricia es demoledor y sus planteamientos y los de Chema son enormemente interesantes. Confirmo que la preocupación es inmensa en los altos niveles de responsabilidad. A ese nivel existe una desesperanza que avanza conforme se van conociendo proyecciones económicas y políticas. Y no conozco que haya movimientos que intenten plantear opciones novedosas para afrontar la situación. La llamada clase intelectual podemos dividirla en dos grupos: la “oficialista”, que sigue fielmente las consignas del partido en el poder y que vive en buena parte de los subsidios y ayudas oficiales; y la libre, mayoritariamente muy crítica con la forma de gobernar de Pablo Fernández y generalmente horrorizada con la entrada populista-comunista en el gobierno y con la dependencia del separatismo radical. En general, el mundo de la empresa está espantado. Por otra parte, tampoco el líder de la oposición concita grandes apoyos decididos y no se le reconoce fundamento y solidez para encabezar una oposición pactista que negocie las líneas maestras y los presupuestos económicos idóneos para capear la brutal crisis económica y social. Respecto a las personas idóneas para pactar me viene a la cabeza el nombre de Miguel Piedra Yunyent. Pero tiene un insalvable problema: al no pertenecer a ninguno de los dos grandes partidos sería imposible que las respectivas ejecutivas lo admitieran. Una lástima porque reúne condiciones muy favorables para la elaboración de un pacto nacional. De forma que los nombres que sugerís me parecen muy idóneos. Nada que objetar a Javier Solá que creo que merece el respeto de todos. En cuanto al representante de los populares, me inclino por Garcés Malallo porque creo que tendrá menos resistencia entre los socialistas.

         -Bien -comenzó Gabriel del Abeto- me dejáis el honor de cerrar las exposiciones. En los últimos días he empleado tiempo y esfuerzo en escuchar y negociar con los británicos. Y aunque son muchos años de experiencia en esas lides, me reafirmo en que no son realmente europeos. En tal sentido, entiendo su decisión de salir del club europeo. Su forma de sentir les conduce a ello y por el lado de su sentido práctico han llegado a la conclusión de que no les sale a cuenta permanecer en el club. Aunque la opinión está muy dividida, yo estoy convencido de que es una mayoría social la que apoya el brexit y, lo que es algo más sorprendente, una parte relevante de su tejido productivo está en la misma onda. Nosotros estamos desarrollando negocios dentro del nuevo marco. No es fácil, pero lo estamos haciendo porque es absurdo ignorarlo y más oponerse. La separación es enormemente compleja y la posición que está tomando su gobierno es intransigente en las fórmulas y en los plazos. Por tanto hay que contar con la posibilidad muy real de una ruptura abrupta. Ello nos va a plantear muy graves problemas a la Unión Europea y muy particularmente a España. Es decir, tendremos que afrontar una situación difícil dentro de otra situación muy difícil. Por otro lado, muy de acuerdo con vuestros análisis que en gran medida son los míos. Solucionar el problema político tiene una dificultad enorme. Y no soy capaz de aportar soluciones distintas a las que planteáis. Pero os imagino conscientes de que suponen un golpe de estado. Hay que encontrar las fórmulas que permitan arroparlo de legalidad. Y a mi parecer pasa por tratar de ganarse a la causa la voluntad de ambos líderes actuales. Tan sólo se les puede demandar su espíritu patriótico como justificación de su sacrificio personal. Es cierto que con las últimas Cortes franquistas funcionó: se hicieron el harakiri por amor a España. Pero tengo enormes dudas que pueda funcionar en esta ocasión. Respecto a las personas alternativas, opto por Solá Magaria y Garcés Malallo, les creo idóneos y no encuentro alternativa mejor que ofreceros. Para finalizar, quiero recordaros mi estrecha relación con el Rey por lo que entenderéis que estoy obligado a ponerle al corriente de esta reunión.

A continuación abrieron un vivo debate en el que participaron todos con entusiasmo. No hubo modificaciones sustanciales ni en los análisis ni en la propuesta de solución. Pero había que concretar quién o quienes ponían el “cascabel al gato”. Se convino finalmente que fuesen Solá y Malallo quienes, sí aceptaban el envite, planteasen el agudo tema a sus respectivos líderes. La solución pasaba porque Fernández destituyera a su gobierno y a su ejecutiva y presentase su dimisión al Rey al tiempo que Solero hacía lo propio con los suyos. Si todo discurría bien era imprescindible la rapidez. El tema no podía salir a debate público. De ahí la necesidad de mantenerlo en secreto absoluto y exigirles a los interlocutores idéntica discreción. Sería Fernández el encargado de informar a la nación a través de una comparecencia televisiva en directo.





Se le pidió a Patricia que fuese ella quien tomase contacto tanto con Solá Magaria como con Garcés Malallo una vez que Gabriel le informase de que había puesto al Rey al corriente de la operación.

 




-Señores, queridos amigos -intervino Patricia para cerrar el encuentro- juramentémosnos para llevar adelante el delicado proyecto con estricto sigilo.

Extendió un brazo con la mano abierta. Los otros tres hicieron lo propio y se estrecharon las manos en el centro.

José finalmente declinó la invitación de Patricia pues deseaba estar de regreso lo antes posible. Pidió un avión-taxi que le recogiera en Torrejón para trasladarle a Barcelona. Aceptó la invitación de Chema para llevarle hasta Torrejón.

 





Los tres despidieron calurosamente a Patricia reiterándole su agradecimiento y admiración por haber tomado tan valiente, comprometida e imaginativa iniciativa. Ella les acompañó hasta el helicóptero, volvió a la casa para asearse, se despidió de Julio felicitándole por la perfección de todo lo organizado y entró en su coche dando instrucciones al chofer para que regresaran a la oficina. Ya de camino telefoneó por la línea segura a Lucía y le pidió que le esperase. Calculaba que podría llegar sobre las ocho de la tarde.

 

 





 

 

 


 






Patricia entró en su despacho al filo de las ocho con las últimas luces del día, llamó a Lucía y le pidió que se acercase en cuanto pudiera.

         -He tenido un importante encuentro en que se ha tratado un tema grave cuyo contenido no puedo revelarte. Pero voy a intentar citar a dos personas que son clave para el asunto tratado. Es enormemente urgente pero tengo que esperar una llamada que lo condiciona. Si pudiese, intentaría verles mañana mismo. En paralelo quisiera que preparases un corto escrito en que pudieses reflejar alguna de las líneas básicas sobre la crisis que venimos comentándonos las últimas semanas y meses. Mi intención sería enviárselas a dos mujeres que me merecen el mayor respeto en nuestra vida política: Ana María Pastor Julián e Inés Arrimadas García.

         -Me pongo inmediatamente a ello. ¿Quieres que le dé algún enfoque especial?

         -No tengo una idea precisa sobre cuál debería ser el objetivo concreto. Tan sólo que tengo la intuición de que son activos de la política española que no deberíamos desaprovechar en momentos tan cruciales como éstos.

         -De acuerdo. Se me ocurre que el planteamiento no nos interesa hacerlo desde una perspectiva que parezca que la empresa se inmiscuye en la vida política. Quizás la idea se podría concretar en promover un foro femenino que ofrezca su apoyo y empuje para afrontar la situación.

         -Fenomenal Lucía. Como sé que con ambas mantienes una excelente relación personal, pienso que sería un acierto que lo manejases como tema tuyo.

         -Entendido y de acuerdo. Es cierto que mantenemos una buena relación de amistad y que comemos juntas con alguna frecuencia. Claramente es cosa mía. Ya me ocupo.

Vibró el Montblac de Patricia. Le hizo una seña a Lucía que emprendió el regreso a su despacho y pulsó con las señales memorizadas para desbloquearlo y atender la llamada.

         -Patricia, le localicé en su residencia y me pudo recibir unos minutos. No ha puesto ninguna objeción. Por supuesto él no sabe nada de esto. Un beso.

Sin más oyó el clic de corte de comunicación. Desde luego Gabriel era casi perfecto. Había desbloqueado el tema en un tiempo récord.

Llamó sobre la marcha desde su móvil de seguridad a Javier Solá Magaria.  Al tercer tono escuchó su voz inconfundible:

         -Querida Patricia, es para mí una gran alegría ver tu nombre en la pantalla de mi teléfono. ¿Qué tal te encuentras en estos tiempos de tormento?

         -¡Hola Javier! Sabes que siempre es para mí un placer hablar contigo. Me encuentro bien aunque naturalmente muy preocupada. Precisamente por eso no quiero interrumpirte más pero me gustaría tener un encuentro contigo y con José Manuel Garcés a la mayor brevedad.

         -Estaré encantado. Conociéndote, imagino que la mayor brevedad quiere decir si pudiese ser mañana mismo. ¿Me equivoco? Porque si es así, por la mañana me resultaría imposible. Pero pongo toda la tarde a vuestra disposición.

         -Sigues tan perspicaz como siempre y me conoces mejor que yo misma. No te molestaría con esta urgencia si no fuese porque la situación me empuja a ello. Déjame que lo confirme con José Manuel y te vuelvo a llamar.

A renglón seguido seleccionó el teléfono de José Manuel Garcés Malallo. Respondió al segundo tono.

         -¿Qué tal Patricia? Me pillas en Madrid confinado y con un mono tremendo por llevar tiempo sin pisar San Sebastián. ¿Estás también en Madrid?

         -Perdona que te asalte José Manuel pero me encuentro un poco desquiciada con la situación que se ha creado y con lo que viene. Me encantaría que dispusieras de la tarde de mañana para tener una reunión a tres con Javier Solá. Acabo de hablar con él y se ha puesto a nuestra disposición. ¿Te sería posible?

         -Por descontado. Tenía tomado un compromiso que anularé ahora mismo. ¿A que hora y donde nos encontramos?

         -En tal caso, podríamos encontrarnos en mi casa de aquí, de Madrid, sobre las siete de la tarde. Si te parece bien, te envío un coche a recogerte sobre la seis y media.

         -Estupendo. ¿Las pastas las pones tú?

         -Cuenta con ello José Manuel. Hasta mañana entonces.

Acto seguido le confirmó la cita a Javier indicándole también que le recogería un coche sobre las seis y media.

Finalmente llamó a uno de sus secretarios personales al que dio instrucciones de que se ocupase de enviar los coches a los domicilios de sus dos interlocutores a la hora indicada.

 






Con diferencia de escasos minutos llegaron a casa de Patricia los dos ilustres convocados. Los tres se saludaron con sincero afecto. Entre Javier y José Manuel existía una sincera amistad cimentada a lo largo de los años para la que no era ningún obstáculo sus distintas sensibilidades políticas sino todo lo contrario, porque les enriquecía su relación. Ambos poseían temperamentos templados, conciliadores y liberales además de una coincidencia grande en sus relaciones con diversos personajes de la vida pública europea. Y ambos eran unos patriotas enormemente preocupados por los más recientes sucesos y, mucho más, por lo que atisbaban que podría suceder. Con Patricia tenían una relación de antigua amistad basada en el respeto y admiración recíprocos.

         -No imagináis cuán agradecida estoy porque hayáis decidido acudir a mi llamada precipitada por lo que os reitero mis disculpas. Sé que habéis tenido que ajustar vuestros compromisos y confío que cuando conozcáis las razones que os expondré podáis perdonarme.

         -No te disculpo porque nada hay que disculpar. Muy al contrario, es una satisfacción volver a reencontrarnos aunque no haya transcurrido mucho tiempo desde nuestro encuentro último.

         -No puedo por menos que suscribir las palabras de mi querido José Manuel. Aunque me barrunto que el tema que nos trae sea para hacer pocas risas.

         -Lamento efectivamente que el motivo no sea para hacer fiestas. Si os parece pasamos a un salón donde tendremos la rigurosa prudencia necesaria ya que la cuestión lo requiere. ¿Qué os apetece tomar?

         -Me apetece un descafeinado con agua y un gin-tónic  Ayudará seguramente a digerir el tema que nos vayas a plantear.

         -Yo prefiero un café con leche. Como no he traído las pastas, ya te agradecería que me trajesen un par de ellas.




Pasaron al salón y se acomodaron de forma que se vieran suficientemente de frente. Entró el mayordomo que se ocupó personalmente de llevarles lo que los invitados habían pedido más un whisky con mucha agua para la señora.

         -Por favor Ricardo, ocúpese personalmente de que no se nos interrumpa y que tengamos una estricta discreción.

Jose Manuel no perdió tiempo en atacar las pastas.

         -Estoy intentando hacer dieta, he comido poco más que unas hojas de lechuga y estoy canino. Con vuestro permiso me quitaré la chaqueta.

         -Pues como yo no estoy a dieta, voy a quitaros alguna pasta pero después de probar el jamón que tiene una pinta excelente.

         -Me uno a vosotros porque aunque debería hacer dieta también, aprovecharé que estoy con amigos de confianza que no me descubrirán.

         -¿Dieta tu?  Es imposible estar mejor, querida.

         -¡Que razón tiene Javier! Estas radiante.

         -Vale ya zalameros, que me lo terminaré creyendo.

Durante unos minutos mantuvieron una conversación totalmente informal. Se felicitaban por haber resistido hasta ahora a la pandemia.

Serían las siete y veinte cuando Patricia carraspeó, bebió un poco de su vaso y tomó la palabra.

         -Trataré de no aburriros en demasía extendiéndome sobre la situación económica y política y las previsiones que tenemos para el futuro próximo porque sé que seguís al día las informaciones sobre el particular. Tan sólo comentaros que estamos ante la más grave recesión en tiempos de paz. El parón de la actividad económica está llevando al cierre a cientos de miles de empresas. La falta de flexibilidad de los ertes (obligando a la reintegración de la totalidad de la plantilla inicial al reiniciar la actividad que estará drásticamente disminuida por diversas razones, algunas de obligado cumplimiento), multiplicará inevitablemente el cierre de empresas y el consecuente incremento del desempleo. La caída del PIB en el primer trimestre será del 6% y se estima un desplome en el segundo trimestre hasta el 22%. Observábamos con preocupación la desaceleración económica desde octubre de 2018. Durante el pasado año la situación no hizo más que empeorar. Evidentemente la larga inestabilidad política en nuestro país nos perjudicó en comparación al resto de Europa. En tan preocupante situación estalló el Covid-19. En España con inusitada virulencia para la que no fue en absoluto ajena la inmovilidad inicial del gobierno. Se estima que más del 60% de contagiados y fallecidos se debió al retraso en la toma de medidas. A ello se añadió una descoordinación clamorosa entre el gobierno central y los regionales. Más una actuación titubeante y errática , además de tardía, del ejecutivo. La gestión de la crisis vírica la tuvo que afrontar un gobierno recién constituido, frágil en sus apoyos parlamentarios e interiormente fragmentado con la entrada de los nuevos comunistas en él.

Paró un momento y se mojó los labios en su whisky. Eso facilitó una breve intervención de Javier:

         -Sin duda en el nuevo gobierno se juntaron la fragilidad, la bisoñez y la inconsistencia ideológica.

         -Y eso tras repetidas elecciones en que dimos muestras angustiosas de encallamiento -intervino José Manuel-. El problema catalán no supo encararlo el último gobierno popular y nos supuso un enorme desgaste.

Retomó Patricia su exposición:

         -Por unas y otras razones la situación es límite. Nuestra estructura económica, con una dependencia enorme del turismo, encarados a un brexit que nos afectará grandemente a los españoles, y en un contexto general de gran recesión nos augura un próximo futuro descorazonador. Seguramente vayamos, como mínimo, a una caída del PIB superior al 10%, una tasa de desempleo del 22%, una deuda pública del 125%: una hecatombe de la que sólo nuestros socios europeos nos pueden rescatar con la consiguiente intervención. Unos socios que desconfían de nosotros y mucho más de nuestro gobierno. Queridos amigos, afrontamos el hundimiento total de nuestra patria. España puede quebrar.

Y creemos que, cuando el mundo supere la recesión tendremos que gestionar un mundo nuevo, un mundo enormemente tecnificado donde una parte de la población no tendrá cabida laboral.

Hizo una breve pausa y continuó:

         -Ante tan grave y siniestro panorama he mantenido una reunión con tres grandes empresarios y amigos: Gabriel del Abeto, José María Rodríguez-Allate y José Laheras Montmeló. Juntos hemos analizado en profundidad la situación, hemos intercambiado y puesto en común informaciones y pronósticos y hemos convenido lo siguiente:

                  Carecemos de los líderes políticos en nuestros dos partidos con posibilidad de gobernar que puedan dirigir tan difícil y compleja situación. Necesitamos líderes sólidos, con prestigio interior y exterior y con capacidad de alcanzar un gran acuerdo nacional que permita una gobernación potente, sensata, de prestigio, formada por elementos preparados y curtidos y con un gran sentido de estado. Desgraciadamente esos líderes no son ni Pablo Fernández como socialista ni Pedro Solero como popular.

                  Los cuatro coincidimos en que vosotros dos sois quienes tenéis las condiciones más adecuadas para haceros cargo, tú como socialista, Javier, y tú cómo popular, José Manuel. Por descontado que estamos comprometidos a entregaros toda nuestra confianza y apoyo ilimitado si es que aceptáis.

                  Su majestad el Rey está informado y no pone objeción aunque no se da naturalmente por enterado.

                  Esto puede considerarse un golpe de estado. Para evitarlo habría que encontrar las fórmulas democráticas que le diesen cobertura legal.

Para finalizar su parlamento añadió que disponía de una ultimísima encuesta que le había facilitado José Laheras según la cual, ante unas nuevas elecciones, se afianzaría claramente el bipartidismo: el PSOE seguiría ganador incrementando un 10% su voto; el PP, en segundo lugar, incrementaría un 18%; Ciudadanos quedaría como tercera fuerza más que duplicando sus votos; y se produciría un tremendo descenso de Podemos (-35%), en menor medida, de Vox (-18%), y descensos acusados y generalizados en el resto.

Alcanzó su vaso, se estiró disimuladamente y apoyó con fuerza la espalda en el respaldo.

Pasaron casi medio minuto en silencio.

Los dos hombres se miraron entre ellos. Comenzó a hablar Javier Solá:

         -Coincido básicamente en el análisis que nos has hecho Patricia. Por desgracia, mi partido entró en extrañas derivas hace años. La expulsión de la secretaría general de Pablo y su posterior reconquista junto con unos cambios profundos en los estatutos le aseguraron el dominio de la ejecutiva y, por tanto, del partido. Nunca he estado de acuerdo con sus tesis que, por otra parte, han sido variopintas y hasta contradictorias. Y me consta que muchas personas de peso en el partido están decididamente en su contra pero no ha surgido una fuerza con valor y ganas de enfrentarse. No me considero tan idóneo como tú me pintas querida amiga. Además no soy ningún chaval y tengo el sentimiento de la persona retirada hace tiempo. Aunque también es cierto que siempre me he sentido al servicio de mi patria y no será ahora, cuando vienen tan mal dadas, el momento en que dé la espalda. Ciertamente mantengo estrechos contactos dentro del partido que me regalan con su respeto y consideración. En todo caso tendría que meditarlo y sería de todo punto preciso que se encontrase una fórmula prístinamente democrática. Y, desde luego, encontrar fórmulas de entendimiento con José Manuel sería lo más fácil y gratificante.

Tomó la palabra José Manuel Garcés:





         -En primer lugar, agradeceros a ambos vuestras alabanzas que no pueden tener otra justificación que el afecto que me profesáis. También yo coincido esencialmente con vuestros criterios. Es cierto que los populares hace tiempo que hemos perdido el norte y la nueva generación aún no ha tenido ocasión de asentarse, sobre todo en el campo de los principios y las ideas. Efectivamente yo considero la situación gravísima y me ofrezco en primera línea al decir que algo hay que hacer. Aunque me pasa como a Javier, que me siento ya amortizado, no me esconderé ante una situación tan comprometida. Como a Javier, también me ocurre que mantengo estrecha relación con gente de peso en mi partido y que necesito un mínimo de tiempo para reflexionarlo. En todo caso, la fórmula democrática debe ser que el actual presidente del gobierno convoque nuevas elecciones que habrían de resolverse en un tiempo récord. Eso supondría a mi entender que cada uno de nosotros deberíamos plantearles la situación a los líderes actuales de nuestros partidos y pedirles la renuncia por el bien de España. Si no fuera posible, tendríamos que negociar con los amigos que mantenemos entre algunos partidos de la oposición para que, retirando su apoyo al actual gobierno, forzasen a una convocatoria electoral. Si lo llevásemos adelante, lo que sí me consta es que tanto Javier como yo seguimos gozando de un buen prestigio en el extranjero.





Ya de pie siguieron conversando los tres, ahora con otra gravedad, mientras consultaban los pronósticos que les había adelantado Patricia. Les propuso que se quedasen a cenar (pasaba de las 21:45), pero ambos declinaron la invitación.





 

Mientras tanto Lucía había conseguido reunir en su casa a Ana Pastor e Inés Arrimadas. Aunque pasaron una tarde encantadora de conversaciones muy animadas y con docenas de anécdotas, planeaban las crisis vírica y económica en el ambiente.





 

 


Fue Inés la que al caer la tarde centró el coloquio en la cuestión política:

         -Considero absolutamente imposible que con el gobierno actual podamos defendernos adecuadamente de la catástrofe que se nos avecina.

         -Coincido plenamente contigo -intervino Ana- En mi dilatada vida política no he conocido nunca más despropósitos de gobierno que los que ahora se están produciendo.

         -No puedo por menos que sumarme a vuestro parecer. Además de la fragmentación y ausencia de planes de actuación del actual gobierno, o quizás por esta razón, creo que sufrimos un grave problema de liderazgo. Se me ha pasado por la cabeza que alentemos un foro, inicialmente femenino, en el que tengamos oportunidad de ahondar en el tema y que nos permita reunirnos con periodicidad.   

         -Me parece una muy brillante idea -dijo Ana-. Podríamos aportar una selección de nuestros contactos e intercambiar ideas que puedan ser de utilidad para salir del atasco.

         -Genial. Brillantes planteamientos. Si os parece podemos montar reuniones por videoconferencia, al menos mientras dure el confinamiento.

Volvió a intervenir Lucía:

         -Propongo que nos comuniquemos una vez a la semana. Y ya que hemos comenzado en la tarde de un sábado, podríamos cadenciarlo así. Voy a por una botella de cava para celebrar el invento. Me ofrezco a hacer labores de secretaría.

Quedaron las tres totalmente de acuerdo y entre risas y buenos deseos descorcharon un cava que acompañaron de queso y jamón.

Al rato llamaron a un par de taxis y se despidieron con la sensación de que, en mitad de la debacle, habían encontrado un pequeño nicho en que podían aportar.

 

 

 





 

 


 

Ya a solas Patricia telefoneó.

         -¿Qué tal pasaste tu sábado Lucía?

         -Muy satisfactoriamente. En la tarde reuní en casa a mis buenas amigas Ana Pastor e Inés Arrimadas. Ha sido una tarde muy gratificante y finalmente también productiva: hemos convenido iniciar un foro en el que planteemos propuestas para salir del atolladero en que nos encontramos. Tendremos encuentros semanales. Estamos en perfecta sintonía. ¿Y a ti cómo te fue?

         -Ha sido un día muy denso y agotador. Pero enormemente interesante. He planteado un tema de gran embargadura sobre el que ya se está reflexionando y que podría traernos importantes soluciones a los problemas que padecemos. Si veo que va adelante, ya tendré ocasión de contarte pero de momento es conveniente que me reserve. Aparte de todo, ya sabes que soy bastante amante de lo ultrasensorial y, además de razones de confidencialidad, no quiero gafarlo. Por cierto, hablando de temas ultrasensoriales, ¿recuerdas que en una ocasión que visitamos el almacén reservado del banco vimos una lámpara como la del cuento de Aladino?

         -Lo recuerdo perfectamente porque nos llamó poderosamente la atención. Debía provenir de algún antiguo presidente de uno de los bancos que absorbimos y en el que trabajamos una temporada. Recuerdo perfectamente su emplazamiento, en un rincón, protegida por una manta oscura.

         -Dime por favor, con toda sinceridad, si mañana domingo dispones de algún rato para acompañarme a recogerla porque a mí sola me da yuyu.

         -¡Claro que si mujer! ¿Te vendría bien a media tarde?

         -Encantada. Paso a las seis y media a recogerte.

         -Me ocupo de que nos tengan la llave preparada.

 





        

A las siete de la tarde llegaban ambas colaboradoras y amigas a la sede central de Madrid. Recogieron en la dirección de seguridad la llave y se encaminaron al pequeño almacén que se encontraba en el tercer sótano.

Lucia lo encontró fácilmente porque en alguna ocasión había bajado buscando antiguos documentos.

Llegaron ante su puerta blindada e hizo girar la llave en la cerradura. Encendió la escasa luz y, guardando la llave, pasaron.






Efectivamente, en el rincón que recordaba Lucía se encontraba la manta que ocultaba la extraña lámpara. Patricia la envolvió bien en la manta, la abrazó con cierto nerviosismo y salieron del almacén.

De regreso, dejó a Lucía en su casa agradeciéndole que le hubiera hecho el favor de acompañarla. Se despidieron hasta el día siguiente en que tenían cita con la vicepresidenta económica.

Ya en casa, subió directamente a su dormitorio con el bulto.

Se cambió rápidamente de ropa y anhelante destapó la lámpara. Sentada en la cama y acordándose del cuento comenzó a frotarla. Casi cayó al suelo del inmenso susto que le dio una voz cavernosa que salió del interior de la lámpara:

         -Ama, soy el genio de la lámpara, dime qué deseas.

Cuando se repuso del espanto, respondió:

         -Necesito pedirte cuatro deseos.

         -Bien, sabes que lo habitual son tres. Me tendré que esforzar y, además, debes saber que soy un genio rijoso.

         -¿Cómo?

-Verás, para que pueda salir de la lámpara y atender tus deseos, es preciso que te duches primero, que te seques bien y que ,desnuda, frotes animosamente la lámpara con el interior de tu muslo.

Se quedó estupefacta e inmovilizada.

         -Me parece una extravagancia lo que me propones.

         -Bien, sólo de tu voluntad depende que pueda atenderte.





Apenas lo pensó un minuto y se encaminó a la ducha. Se secó y regresó al dormitorio. Sentada en el borde de la cama tomó la lámpara, abrió las piernas lo suficiente y comenzó a frotarla contra el interior de su muslo…





Al poco salió de la lámpara una extraña figura parecida a un holograma:

 





 

-¡Vaya, eres hermosísima Ama! Jamás había tenido un amo tan bello como tú. Mientras me deleito, puedes hacerme tus cuatro peticiones:

Temblorosa y sofocada, Patricia le planteó los siguientes deseos:

                  1: Pablo Fernández y Pedro Solero presentarán sus dimisiones a sus respectivos partidos.

                  2: Serán sustituidos respectivamente por Javier Solá Magaria y por José Manuel Garcés Malallo.

                  3: Se convocarán elecciones legislativas con máxima urgencia.

                  Y 4: España recibirá el apoyo de la Unión Europea confiando en los nuevos líderes que alcanzarán un pacto de estado para la reconstrucción.

El genio contestó:

         -Ama, cumplo inmediatamente tus deseos.

Y se diluyó entrando de nuevo en la lámpara.





 

              

                                       EPILOGO

 

 

 

 

 

¿Y que pasó con Pablo y Pedro?





 


 

¡SE EVAPORARON!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Casi todo se puede conseguir con mucho tesón y un poco de magia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

C.M. (Abril 2020)



JUBILACIÓN DE GEMMA





Querido Carlos,

Antes que nada, espero que todo le vaya bonito y que la vida le trate bien.

Quiero compartir con usted que el próximo 30 de abril será mi último día en Santillana. Después de más de 40 años tengo la suerte de poder irme feliz y contenta. Aunque tengo que confesar que da un poco de vértigo y me invaden sentimientos encontrados, ha llegado la hora de reinventarme y pensar cómo voy a enfocar esta nueva etapa que ahora comienza.

Para mí usted ha sido un pilar, mucho más que importante, en estos más de 40 años en Santillana. ¡Quién me iba a decir (allá por el siglo pasado) que mi vida laboral transcurriría en el departamento de producción! Y eso se lo debo, única y exclusivamente a usted, que no sé qué vio en mí para “desviar” mi camino de personal a producción. Fuera lo que fuese quiero expresarle mis más sinceras gracias por este cambio, por el gran apoyo recibido y por todo lo que me ha aportado durante los años que he tenido el privilegio de trabajar con usted. Me considero muy afortunada y privilegiada.

Me gustaría, en algún momento, poder compartir aunque solo fuera un café; yo me desplazaría dónde me indicara.

Un abrazo enorme,


10 de abril de 2024


Gemma

gemezg@gmail.com

+34 649 819 844

 

 

Gemma Sastre Pérez 
Departamento de Producción


Ronda de Europa, 5. 28760 Tres Cantos 
+34 689 434 336

santillana.es

 




 




Querida Gemma,

Siento un hondo desconcierto al vincularte con la jubilación laboral, emocionalmente no me cuadra. Seguramente porque en lo más hondo te tengo asociada a una muy singular joven lista, afanosa y eficiente. Así te conocí y tras muchos años de colaborar, siempre me hiciste superar la imagen primera.

Honradamente, creo que hemos compartido una extensa vida laboral que estimo como excelente, ciñéndome principalmente a las primeras etapas. El espíritu de Altea, que se extendió a Taurus, Alfaguara y Aguilar, fue un tesoro raro, nada frecuente, que puso de manifiesto que sí es posible una empresa mercantil construída sobre una “empresa humana”. En ese contexto tuve la suerte enorme de coincidir contigo, de disfrutar de tu apoyo, de tu iniciativa, de tu lealtad y de tu capacidad de gestión. Sabes que, por todo ello, mi agradecimiento es eterno.

¿Recuerdas que hasta jugamos a “programadores” (en Basic) y que lo hicimos bastante bien?

De los proveedores conseguiste aunar lo más difícil: el respeto, la admiración y el afecto. Nada muy distinto has merecido de tus compañeros. ¡Bendita lucidez en la intuición de aquel primer día en que te propuse incorporarte al departamento de producción!

Como, en el fondo, todo lo has construido desde una especial inteligencia y unos sentimientos cristalinos, la apuesta a que tendrás una magnífica vida de retiro laboral es, más que fácil, obligada.

No es otro mi deseo, queridísima amiga.

Con todo mi afecto,

 


13-4-2024


CM

 

 


viernes, 5 de abril de 2024

 LA CRUZ DE LOS CAÍDOS

UNA SIMPLIFICACIÓN MINIMALISTA DEL CONFLICTO

 

 



El 18 de julio de 1936 una gran parte del ejército español dio un Golpe de Estado (no me distraigo aquí con sus razones). El Golpe fracasó y dio lugar a una Guerra Civil con todo el país escindido en dos bandos: Republicano y Nacional. Una parte del país emprendió una cruel guerra  durante tres años y

todos los españoles la sufrieron (y todos la

perdieron).


La Guerra Civil la ganó el bando Nacional, y la perdió el bando Republicano, (no me distraeré aquí en las razones).

A poco de terminar la Guerra, el bando Nacional acometió la construcción de una Basílica y una gigantesca Cruz, como tributo a los Caídos en la Guerra de ambos bandos. Muestra de respeto y de un espíritu de Reconciliación.

Desde el bando Perdedor (Republicano) de la Guerra (¡más de 36 años después de su final!), resurgen algunos iluminados con señas claras de su disconformidad con el resultado de la misma. Hacen todo lo posible por tergiversar la Historia.



VADE RETRO SATANA


Actualmente (¡85 años desde finalizada la Guerra!), los que se autotitulan “herederos” de los Perdedores, manifiestan su deseo de acabar con cualquier vestigio del bando ganador de la misma (y de todos los que no son de “su banda”).

Tras remover los cadáveres de los líderes Ganadores, los que se dicen representar a los Perdedores pretenden acabar con la Cruz de los Caídos y la Basílica (aún no dicen cómo), un conjunto que consideran vestigio máximo de los Ganadores. Aborrecen de la Reconciliación.






El cuidado y mantenimiento del conjunto ha correspondido desde el inicio a la Comunidad Benedictina que ha cumplido ejemplarmente con su cometido. Los gobernantes actuales ya han decidido “expulsarlos” (?) en el proceso de “acabar con” (desmantelar, dicen) el colosal monumento.

Los Benedictinos dependen directamente del Papa (por eso yo les considero “indefensos”).

El conjunto monumental nos pertenece a todos los españoles (por eso yo tengo muy dolorosas dudas de que defendamos nuestra Reconciliación, nuestra Historia y nuestra Propiedad). ¡Cómo deseo equivocarme!

 

 

5-4-2024

CM

 

 

domingo, 31 de marzo de 2024

 CHRISTOS ANESTI

ALITHOS ANESTI

(Cristo ha resucitado)

(Verdaderamente ha resucitado)

 

 




La Resurrección de Jesucristo es su triunfo sobre el MAL. Su Pasión y Muerte supone el perdón de nuestros pecados. Su Resurrección es motivo de inmensa alegría y gozo por la vía que abre a la Esperanza. 


Rememoramos dos hechos extraordinarios para la humanidad, uno luctuoso, el otro gozoso. Lloramos porque nos oprimen nuestros pecados y nos alegramos porque nos justificó su gracia, iluminando nuestras tinieblas.

 

Dos conceptos son consustanciales a la Pascua cristiana: el Pecado y la Esperanza del Perdón por la Gracia del Señor.

 





En la sociedad actual, Pecado, Perdón, Gracia y Esperanza, son conceptos que no se entienden, puesto que todo lo que necesitamos nos lo ofrece la propia sociedad, fuertemente ideologizada: las estructuras sociales nos salvan. Así, la Gracia del Perdón no tiene sentido puesto que no hay Pecado. Todo ello como producto de las reflexiones a que nos dirigía Joseph Ratzinger, el magnífico y muy extrañado Papa Benedicto XVI.

 

Jesucristo nos libera de la esclavitud a que nos tienen sometidos las ideologías poseedoras del falso elixir mágico de la Libertad. 

 

¡Si hasta ya disponemos de quien no sólo tiene la potestad de perdonar los “pecados sociales” sino de decidir “qué, cuándo y para quien es algún acto pecado o no”! 




“¿Cómo me recordará la Historia?”, preguntaba Pedro Sánchez Pérez Castejón. Aparentemente como “Dios”, un dios imprevisible y mutante, pero dios. Ciertamente como tal actúa, inventando o perdonando pecados. ¿Lucifer?

 





ARCANGEL MIGUEL


Mi-ka-El (“Quien como Dios”) fue el grito de guerra que venció a Lucifer y a los Ángeles rebeldes, reuniendo bajo su bandera a todos los Ángeles fieles. Miguel, el arcángel Miguel, significa humildad, felicidad y amor, un programa de vida, una adhesión al monoteísmo. 

 

¿Dejaremos de alistarnos en el bando de los Ángeles fieles a un único Dios? Vencerá de nuevo, seguro. Pero tenemos que luchar. ¡Venceremos! 

 





Un sólo Dios verdadero. Ya tenemos respuesta para Sánchez Pérez Castejón: “no te recordará la Historia, porque no eres nada, no hay espacio para ti”.

 

 

31-3-2024

 

CM

jueves, 28 de marzo de 2024

 RESPONSORIOS DE TINIEBLAS

(Officium Hebdomadae Sanctae)

 



CRISTO DE VELÁZQUEZ 


Los Responsorios, compuestos por nuestro más ilustre músico del Siglo de Oro, Tomas Luis de Victoria, pertenecen a las más excelsas músicas creadas para la Semana Santa en el Renacimiento. En la liturgia católica se distribuyen en el “Triduum Sacrum”: Jueves Santo (tres motetes y seis responsorios), Viernes Santo (tres motetes y seis responsorios) y Sábado Santo (tres motetes, seis responsorios y un himno).

 



TENEBRARIO


El Oficio de Tinieblas se realiza con la sóla luz de quince velas encendidas en un “Tenebrario” (candelabro triangular).

Las velas se van apagando tras cada salmo (van simbolizando el progresivo abandono que sufre Jesucristo en su Pasión), salvo la última que permanece encendida hasta las últimas palabras de los rezos: “qui tecum vivit et regnat”. 





PASIÓN Y MUERTE


La total tiniebla simboliza la muerte de Jesucristo; oficiantes y fieles golpean fuertemente con sus libros y manos los bancos reproduciendo el gran terremoto que siguió a su muerte (según san Mateo) al tiempo de una total oscuridad. El gran acto final, la apoteosis, ¡la Resurreccion de Jesucristo en el mundo espiritual!

 




RESURRECCION


La liturgia formidable, poderosa, corresponde a la Pasión, Muerte y Resurrección triunfante de Cristo Redentor, Dios y hombre, hijo de Dios Padre que sufrió y entregó su vida por todos los hombres, con un formidable mensaje de Amor.

 

Hoy vivimos la Semana Santa como una espléndida oportunidad de disfrutar unos días de asueto. Bastante, o totalmente, alejados del significado profundo de sus festividades religiosas.

Es un fruto natural de la laicidad de nuestra sociedad. Yo creo que es saludable que así sea. Pero la ausencia total y absoluta de un profundo sentimiento espiritual y religioso pienso que tiene mucho de catastrófico. Porque nos sitúa en un puro materialismo que no es acorde con la naturaleza humana.

 




MEDITAR, REFLEXIONAR


En ese sentido, me invito y os invito a encontrar un hueco en nuestras trepidantes vidas para detenernos a reflexionar sobre nuestra naturaleza. ¿Quién soy yo? ¡Claro que ni me atrevo a sugerir ampararse en algún tipo de religión o no! Pero sí digo que estas festividades cristianas, con su significado, son una oportunidad excelente para hacerlo. La liturgia católica es muy potente (aunque no es moda) y también puede aprovecharse para la reflexión que me y os propongo. 

 



LOS SENTIDOS



LOS SENTIMIENTOS


A la meditación sí hay algunos pensamientos que podrían ayudarnos. Esta vida terrenal debe y puede ser estupendísima y no sólo me refiero al disfrute de los sentidos con su poderosísima fuerza. También a los sentimientos, aún más intensos y fuertes. 


En unos y otros existe lo positivo, lo bueno (¡qué olor cautivador!, ¡qué ternura hacia la mascota!) y también a lo negativo, a lo malo (¡qué ruido tan insoportable!, ¡qué tipo más odioso!). Quizás la cavilación no deba llevarnos a otro lugar más que a lo positivo, a lo bueno. Parece razonable que, de la misma forma que huimos de los malos olores, de las visiones desagradables o de los ruidos molestos, nos apartemos igualmente de los odios, envidias y manías que torturan nuestra vida interior y envilecen nuestra vida en sociedad. Pero también, de igual manera que actuamos por evitar un sabor desagradable, debamos hacerlo por reorientar un sentimiento amargo y castrador.

 

No parece muy discutible que nuestra vida terrena dure un suspiro corto. Aunque en parte de nuestra vida seamos inconscientes de tal realidad. Tampoco lo es que, al nacer, tan sólo dispongamos de una certeza: vamos a dejar de vivir. Parece absurdo por tanto que malgastemos porciones de esta corta vida en lo negativo, en lo malo. Como también parece escasamente inteligente que tan sólo nos ocupemos o preocupemos con el único horizonte de esta corta vida. Aunque sea absolutamente imprescindible volcar nuestra atención y esfuerzo en el contexto de la vida terrenal. Y que, socialmente, se nos juzgue por ello. Pero no toda nuestra atención y esfuerzo debe estar atendiendo tan sólo estos límites. De haberlo hecho así, todos los humanos careceríamos de cualquier obra que excediera esos parámetros . Sin embargo, ¡cuantas obras humanas grandiosas y sentimientos formidables exceden los límites de la vida en la Tierra!, (¡vaya, de nuevo con la Sagrada Familia de Barcelona, como si no hubiese cientos o miles de otros ejemplos!).

 

El objetivo de que sean para los demás es muy loable. Pero, incluso antes, me importa el objetivo estrictamente personal.

 






Si en la religión cristiana creemos que Jesucristo vino a salvarnos, descartemos que es el primer obligado a luchar por ello: cada uno somos el primer responsable de nuestra propia “salvación”. Salvarnos de los sabores repulsivos, salvarnos de los sentimientos degradantes y dañinos.

 

¡Estos son unos estupendos días para la meditación personal! La historia, la tradición y la religión de Cristo nos lo facilitan. 

 

¡Ojalá sepamos!

 

 

29-3-2024

 

CM