domingo, 2 de octubre de 2022

Sánchez rinde homenaje a un dictador comunista (septiembre de 2022)


¿Qué hacía el Instituto Cervantes en Nueva York rindiendo homenaje al dictador comunista Salvador Allende? ¿Y qué pinta Garcia Montero dirigiendo el Instituto Cervantes? ¿Y a qué viene que un presidente de gobierno de la “España democrática” se adhiera al homenaje de un dictador comunista? 


Un grave desatino que sufragamos, además, todos los ciudadanos españoles:                                                                             



1- El Instituto Cervantes es una organización pública española cuyos dos objetivos principales son la promoción y enseñanza de la lengua española, y la difusión de la cultura de España e Hispanoamérica.



2- Garcia Montero es un poeta repetidamente galardonado y comprometido con el partido comunista. Catedrático universitario de literatura española en Granada, abandonó la universidad tras haber sido condenado por injurias a un compañero. También, presidiendo el Premio Ciudad de Burgos, incluyó, fuera de plazo y a espaldas del jurado, unos poemas que se hicieron con el premio. Como activista político se presentó como candidato de Izquierda Unida a las elecciones autonómicas de Madrid de 2015 cosechando un total fracaso (la formación perdió sus trece diputados). No se le conoce ninguna actividad de gestión hasta que en 2018 es nombrado director del Instituto Cervantes. En fin, un poeta galardonado, político comunista fracasado, problemático y huérfano de gestión alguna.




 

3- Pedro Sánchez preside aún el gobierno de España (para nuestra desgracia) sin otro objetivo que ejercer el poder con obsesión totalitaria para lo que no repara en prescindir de la moral y de la ética y desdecirse a sí mismo cuantas veces crea necesario. Jamás gestionó algo antes de hacerse con el cargo. Su “no dejar a nadie atrás” se traduce en la práctica en ”dejar atrás a todos”. Lo está consiguiendo.  Su apoyo a un dictador pone seriamente en duda su talante democrático. Más bien indica su aprecio y admiración por la dictadura. Que, por otra parte, es lo que reiteradamente parece buscar asaltando todas las instituciones democráticas.

Sigue logrando aproximarse al objetivo único que le mueve: el poder absoluto. Para ello paga con el patrimonio de España a cuantos necesite: comunistas-populistas, independentistas de la unidad española, herederos de la banda terrorista ETA, …, lo que sea.                          


En resúmen: Ni el Instituto Cervantes tiene como objetivo homenajear a dictadores. Ni el director del Instituto goza de mérito alguno para gestionarlo. Ni el presidente del gobierno de España cumple con su obligación  de mejorar la convivencia entre españoles bajo el respeto escrupuloso a nuestra Constitución democrática.



P.S.: El dictador comunista Salvador Allende fue derrocado y muerto (se suicidó) por un sangriento dictador políticamente opuesto, Augusto Pinochet. Mi rotunda condena a éste no aminora mi repulsa firme hacia aquél.

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