MIGRACIÓN
Entorno a los sesenta del pasado siglo se estima que unos dos millones de españoles emigraron a Alemania, Francia, Bélgica y Suiza principalmente. El gobierno de la época creó el Instituto Nacional de Emigración a través del que firmó acuerdos con los países precisados de mano de obra por su fuerte desarrollo. El Instituto fue de gran utilidad para dar facilidades y cobertura a una parte muy importante de los emigrantes españoles. Más de la mitad de la gran masa emigrante fue “con papeles”, legal. La raíz cultural común suavizó las enormes dificultades que suponían idiomas y costumbres desconocidos y los prejuicios contra los europeos del sur.
La emigración supone generalmente un sacrificio feroz para quienes dejan pueblo, familia, amigos y costumbres. El motivo más general fue y es la falta de oportunidades de la tierra propia.
En aquella época, las remesas dinerarias de los emigrantes llegaron a suponer durante años la mayor fuente de ingresos para España y una reducción drástica en el paro interno que favoreció también las oportunidades para quienes se quedaron.
Los europeos se quejaban de cierta conflictividad que les ocasionaban los latinos, aunque los españoles resultaban mejor valorados que italianos, griegos y, sobre todo, turcos.
Se produjo, en términos generales, un equilibrio entre la falta de trabajo en España y un importante despegue económico de los países receptores que requerían mano de obra.

He tenido la fortuna enorme de conocer (y querer) a una magnífica familia asturiana que formó parte de la emigración de esa época. La dureza de vida y falta de oportunidades saludables de muchos pueblos de la cuenca minera les empujó a Suiza. Trabajadores serios y responsables lucharon con el propio trabajo, el clima y el idioma y las desconocidas costumbres. Allí permanecieron más de dos décadas (una de sus hijas se afincó y vive definitivamente en Suiza, con dos hijos que recibieron una formación excelente y práctica que, unida a sus genes trabajadores, les condujo al éxito profesional). El resto de la familia regresó a su patria chica asturiana. Con los ahorros acumulados montaron un bar y restaurante y él, que se trajo también un oficio bien aprendido, comenzó a rehabilitar y vender antiguas construcciones semiabandonadas. Siguieron trabajando haciendo dinero. Muy pocas veces he conocido personas más cabales, inteligentes y entrañables. Tuve así el honor de recibir de primera mano cómo fue la emigración a Europa de una familia humilde a la que su tierra solo ofrecía el durísimo e insano trabajo bajo tierra para optar a una vivienda, alimentación y vida dignas.


Hace años que nosotros somos receptores de grandes masas de inmigrantes. Una parte principal proviene de países hispanoamericanos: mismo idioma y muy parecidas raíces culturales. Como de países hermanos nos sentimos y, por tanto, la integración no tiene grandes dificultades. Tan sólo la escasez de trabajo y el descontrol oficial han facilitado que proliferen bandas juveniles.


La otra gran masa inmigrante procede de África. Se complica extremadamente la integración por el idioma extraño y por unas culturas muy diferentes mediatizadas por una religión con frecuencia radical e integrista, (no existe separación entre el poder religioso y el civil). El Yihadismo tiene su raíz en el concepto de lucha por dios (Yihad) con una derivación política de ideario teocrático, totalitario, antiliberal y antidemocrático con el objetivo de islamizar al mundo entero que, en su rama radical, incluye el método terrorista (en el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, murieron asesinadas 191 personas y hubo más de 2.000 heridos). Por tanto, no es éste un aspecto que pueda descuidarse al controlar esta inmigración.
Se calcula que los africanos residentes en España supera 1,3 millones, de los que 1,1 millones son marroquíes.
Desde 1988 aumenta la inmigración irregular en España coincidiendo con nuestra entrada en la Comunidad Europea y la creación del espacio Schengen (supresión de fronteras europeas internas). De forma que los 8.000 kilómetros de costas españolas se convirtieron en fronteras europeas. Se estima en más de 700 mil los inmigrantes en situación irregular.
El fuerte crecimiento de la población en los últimos años se ha debido a la inmigración ya que la población autóctona incluso ha disminuido algo.
Los principales países extranjeros con ciudadanos residentes en España son:
Marruecos: 1.100 mil
Colombia: 857 mil
Venezuela: 400 mil
Por la situación de frontera de Europa, una parte de la inmigración es de tránsito pues su destino final se encuentra en otros países europeos.
En los últimos diez años, la población de España ha crecido de 46,4 a 49,1 millones de personas: ¡2,7 millones más!
La migración tiene un componente laboral-económico esencial. Lo tuvo cuando los españoles emigrábamos y lo tiene cuando somos receptores de migrantes porque la razón mayoritaria del ser humano para emigrar sigue siendo la económica.
Cualquier administración política responsable, ante un crecimiento tan importante de inmigrantes debe habilitar obligadamente los siguientes medios y recursos:
-Enseñanza gratuita del idioma español para quienes lo desconocen. Es absurdo recibir a oriundos de Marruecos, Malí, Níger, Senegal …sin facilitarles el aprendizaje de la herramienta básica de la lengua.
-Formación gratuita para aquellos trabajos que en España sean necesarios.
-Facilitar el acceso a viviendas dignas. Acogimiento gratuito durante el periodo de formación.
-Regular estrictamente las entradas a migrantes-residentes en coordinación estrecha con las autoridades comunitarias puesto que las consideraciones no deben ser sólo nacionales sino europeas.
-Exigencia de situación regular. Arbitrar los medios precisos para regularizar a la población que carezca de “papeles”, expulsando a los que incumplan con los procedimientos exigibles a cualquier ciudadano.
-Expulsión inmediata a los condenados penalmente.
-Ni privilegios ni desventajas en relación a cualquier otro residente legal.
Los gobiernos de los últimos diez años, ausentes, indiferentes, incompetentes, vagos e irresponsables ante la inmigración, han incumplido gravísimamente con sus obligaciones de planificación, regulación y financiación para atender ordenadamente los diversos aspectos específicos de la inmigración. Incluso desde la presidencia del gobierno se alentó (R. Zapatero a la cabeza) de forma totalmente insensata una inmigración desordenada. Ausencia de clases de español, dejadez total en la adecuación de locales de acogida, falta de una política planificada de vivienda social, descontrol de los acogidos irregularmente, ausencia de financiación para una acogida responsable. Resultado: escandaloso caos migratorio en España.
Anteayer, al límite de lo ordenado por el Tribunal Supremo al Gobierno, se inició el traslado desde Canarias (colapsada por el problema desde hace más de cinco años) con una planificación absolutamente improvisada a algún lugar de la península de los primeros inmigrantes menores no acompañados y solicitantes de asilo: ¡10 menores; en Canarias aguardan más de 5.800 menores en acogida! Parece una broma. No lo es. Es un proceder delictivo del que el Gobierno deberá responder porque “no es su competencia, es su obligación”. Ahora mismo, no distingue a un peligroso asesino en serie, prófugo en su país, de un honrado padre de familia que, huyendo de guerras tribales salvajes, busca una nueva tierra donde hacer florecer su sacrificio y su trabajo.

En general, el buen sentido común indica que, sabiendo de alguien que ha conseguido solucionar o mejorar un problema semejante al que padecemos, debemos interesarnos por los métodos y fórmulas que utilizó. Es muy llamativo cómo el gobierno italiano ha conseguido en poco tiempo mejorar notablemente su gravísimo problema de inmigración ilegal (recuerdo Lampedusa). Aunque a los españoles se nos escamotea la información, hay pistas para creer que el gobierno italiano ha tenido actuaciones directas con Túnez y Libia que han resultado eficaces.
Por desgracia, nuestra nefasta política exterior de los años últimos ha llevado a un enorme empeoramiento de nuestras relaciones oficiales con Marruecos, Argelia y Mauritania, tres de los puntos clave de procedencia de la migración irregular.
Tratar adecuadamente la inmigración es un problema muy complejo y de primer orden no resuelto y, creo que, ni siquiera rigurosamente planteado. Muy al contrario, la desfachatez y ausencia de escrúpulos de muchos profesionales de la política no solo no ayudan sino que lo toman como arma arrojadiza contra sus competidores. No contemplan a humanos en situación de conflicto sino a “cosas” utilizables en su confrontación partidista (no “política”, ya que ignoran y desprecian qué pueda ser eso).
CM
12-8-2025