domingo, 29 de octubre de 2023

 NEGOCIADO SÁNCHEZ versus LAS CALLES

 

 


Sánchez, Secretario General del PSOE, reunió el 28-10-23 al Comité Federal donde anunció su defensa de la “amnistía catalana por el bien de España” (supongo que se refería a aprobar una ley que amnistíe los delitos de sedición y malversación por los que fueron juzgados y condenados políticos catalanes por las graves vulneraciones de la ley cometidas en 2017 contra España). Hasta ayer Sánchez había reiterado su total oposición a la amnistía, que no tenía cabida en nuestra Constitución, además de que se comprometía a llevar ante el juez al principal prófugo de la justicia.

 


El Comité Federal acogió el anuncio con entusiasmo, aplaudiendo con fervor a Sánchez. El Comité está formado por unas doscientas cincuenta personas elegidas por el propio Sánchez. Por tanto, considero que se trata de un “negociado” de Sánchez, vinculado y sometido a él mediante las correspondientes remuneraciones y demás prebendas. Ese Comité, entre otros poderes, es la autoridad en la confección de las listas electorales, que se parece muchísimo a un departamento de contratación. En la profesión política lo habitual es la incapacidad de ser contratado en otro oficio (por falta de formación o habilidades) y dificilísimo y muy indigno intentar ser contratado por otro partido político.

 



De haber anunciado el jefe lo contrario, estoy plenamente convencido que hubiese recibido similar apoyo. Como los miembros del Comité representan a todas las federaciones del partido, idéntico vínculo existe con los afiliados a los que representan (las “bases”). En definitiva: Sánchez domina al PSOE del que ha hecho “su partido personal” que no puede tener otro criterio ni voz que los de su Sacretario General que, a su vez, cambia tanto de opinión como convenga a su particular interés.

 



Creo que todo lo escrito hasta aquí se ajusta con notable precisión a la realidad actual del PSOE. Claro que en todos los partidos políticos debe existir una organización dura que garantice la “disciplina” de sus integrantes (en la mano de quienes confeccionan las listas electorales está el futuro profesional de cada uno de ellos). Pero Sánchez consiguió en su “retorno” a la Secretaría General organizar al partido de forma que su control fuera absoluto, un perfecto ejemplo de dominio tiránico. Se acomoda como un guante a su personalidad autoritaria.

 



Para asegurar la permanencia en el poder es preciso un ingrediente que no todo el mundo posee: falta total de escrúpulos, ausencia de principios éticos. Sólo así se dispone de la llave maestra necesaria para pactar con quien sea necesario, transaccionando lo que sea útil para mantener el poder. Ningún impedimento para pactar con el entorno terrorista, o con delincuentes prófugos, o con independentistas de la nación propia. Ni, desde luego, para que el “socialismo” cogobierne con el comunismo sin perder la titulación “socialdemócrata”.

 



Y para asegurar la permanencia sine die en el poder solamente es preciso cortocircuitar las instituciones democráticas. En esto Sánchez y su guardia pretoriana han demostrado ser unos expertos enormemente eficaces en controlar los puntos neurálgicos del poder para dominar el Parlamento, el Poder Judicial, la Información, el discurso social, las organizaciones y asociaciones civiles, la Historia de la Nación, todos los mecanismos de los subsidios, los centros “oficiales” de la Cultura. Y finalmente desacreditar a cualquier otro centro de poder: la Monarquía, la Iglesia.

 

Para asaltar el poder económico utilizan la doble vía del desprestigio (empresario de éxito=elemento antisocial) o la ocupación de su espacio natural (cuotas por sexo, horario laboral, remuneraciones al trabajo, regulación de la competencia mediante subvenciones públicas, impuestos especiales, …).

 



En el juego del poder yo les reconozco una formidable maestría. Facilitada por clamorosas torpezas e incompetencias de sus oponentes. ¿Cómo han conseguido que nuestra sociedad haya asimilado con normalidad que nos gobiernen comunistas y, al tiempo, rechace del juego político y condene a un partido como VOX, so pretexto de falta de pureza democrática? Simplemente extraordinarios. Yo, desde luego, les reconozco su maestría y el denuedo con que lo han trabajado y lo trabajan.

 

Opino que su oposición sigue empleando mucho tiempo y muchísima energía en discutir sobre el sexo de los ángeles sin conseguir determinar con claridad conceptual dónde está el enemigo (el antidemocrata, el autócrata) y dónde el puro contrincante politico. Y conectar con la sociedad, a mi entender hastiada de oír hablar de “sus” problemas puramente profesionales y, por contra, muy abrumada por problemas reales que con tanta frecuencia son tratados con frialdad estadística y con un lenguaje oscuro y distante de los usos y costumbres populares.

 

Lo que sí está haciendo su oposición es “salir a la calle” intentando que su voz se oiga salvando los formidables obstáculos que ha levantado el “Sanchismo”. Es una medida cuanto menos higiénica para quienes día a día nos hundimos más en la percepción de que se diluye nuestra libertad, nos atenaza lo que han dado en llamar “políticamente correcto”, abducidos por unos canales de televisión castrantes, cada día más enervados, más irritados, menos indulgentes, más huidizos y, lo más grave, más enfrentados. 

 



Aquí debo mencionar, por méritos propios, al nefasto Jose Luis Rodriguez Zapatero que abrió el melón del enfrentamiento social guerracivilista. Recordad aquel micrófono abierto en que escuchamos su voz: “la tensión nos conviene”. Hoy sabemos que ese tipo es miembro destacado del comunismo internacional (Grupo de Puebla) e impulsor de Pedro Sánchez en su conquista del poder en el PSOE, el que concurrió a las últimas elecciones generales dolosa y fraudulentamente con el ánimo de estafar al votante.

 

Creo que no debería ser el cauce democrático natural el de la voz en la calle. Pero no es aceptable que enmudezca nuestra voz porque no somos súbditos de nadie y nos debemos conceder a nosotros mismos la posibilidad de expresar nuestro parecer con Libertad. Cerradas otras puertas, ¡vamos a la calle!

 

Hoy se han celebrado concentraciones populares simultáneamente en Madrid y en Málaga, convocadas por organizadores distintos, para poder gritar con fuerza: ¡NO A LA AMNISTÍA!, sí a nuestra Constitución, sí a la Democracia, sí nuestro apoyo a los estamentos democráticos, sí a nuestros jueces, sí a nuestras fuerzas del orden, sí al Estado de Derecho, sí a la Libertad, sí a la Igualdad entre españoles, sí a la concordia. Aún no somos rehenes de Sánchez y tenemos fuerzas sobradas para impedírselo.

 


En Madrid cerca de doscientos mil manifestaron su Libertad y su oposición a la Amnistía.

 



En Málaga otras cuantas docenas de miles de ciudadanos gritaron también contra la Amnistía.

 

Yo, aquí, grito ahora: no a la Amnistía, no a un gobernante mendaz y autoritario. ¡Viva la España democrática! No a Sánchez (que ni representa a España ni le importa lo más mínimo el bien de España), sí a la voz ciudadana.

 




 

 

29-10-23

 

 

CM

 

 

 

viernes, 27 de octubre de 2023

 EL PODER (POLÍTICO)

 

El poder corrompe.

El poder absoluto corrompe absolutamente.

 

 


 

En España se están produciendo acciones y situaciones muy delicadas respecto al ejercicio del poder político. Todas ellas erosionando las esencias de la democracia y caminando con decisión y firmeza hacia un poder político absoluto: hacia una tiranía, una dictadura.

 

Para Platón, la política es el arte de gobernar a los hombres con su consentimiento. Gobernar por la fuerza, no es política, es tiranía.

Y para Aristóteles, debe gobernar el hombre más excelente.

 

¡Cómo podemos estar tan alejados de los pensamientos de Platón y de Aristóteles!: Sánchez dista tanto de la excelencia que yo le sitúo entre los más despreciables, entre los que consideran sus mentiras patológicas como “naturales cambios de opinión” (Felipe González comentaba a tal propósito que cambiar de opinión es de sabios pero que cambiar constantemente de opinión es de estúpidos). Por otra parte, la forma de gobernar de Sánchez (sin el consentimiento de los ciudadanos -conforme a los datos de las elecciones generales-), no es política, es tiranía.

 

Decían los antiguos romanos: “pote est” (es posible). De ahí salió nuestro actual vocablo. Supone la capacidad de hacer que determinadas cosas ocurran. O es el dominio, el imperio, la facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar y ejecutar algo. 

 

Según Max Weber, el poder consiste en “la probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa probabilidad”. 

 

Y para Kant, “la política es la forma de poder que tiene como fin la constitución de un orden civil que permita ejercer la libertad a los ciudadanos”. Sánchez sí impone su voluntad dentro de la relación social, pero, desde luego, no ejerce la política.

 

Según el origen de donde provenga el poder, podemos diferenciar:

         -P. Coercitivo: mediante amenaza o intimidación.

         -P. de Recompensa: premio por acatarlo.

         -P. Legítimo: el que emana de las instituciones o proviene de una autoridad conforme a la ley.

         -P. Experto: el que procede de un conocimiento o habilidad.

         -P. Informativo: el que surge de una información.

 

El poder de Sánchez emana de la amenaza, de las prestaciones y ayudas por acatarlo y del dominio de los medios de información.

 

MONTESQUIEU
MONTESQUIEU

Convengamos que el poder político es el que el pueblo soberano delega en el Estado que está organizado en tres áreas en que se divide el poder (Montesquieu):

         -P. Ejecutivo: el gobierno.

         -P. Legislativo: el que aprueba las leyes.

         -P. Judicial: interpreta y aplica las leyes.

Se trata de un reparto ideal en tres esferas de poder justamente para evitar el abuso ya que unos estamentos ejercen una función de control sobre los otros. Resulta esencial, clave, para la organización democrática de la sociedad. 

 



Pues bien, toda la actuación de Sánchez ha estado encaminada a dominar y, por tanto, desactivar, el poder legislativo y el poder judicial, además de ejercer personalmente el ejecutivo (poder único).

 

El poder real depende de la ignorancia de los ciudadanos (“cuerpos dóciles”, según Foucaut). Cuanto más poder se tiene menos se considera la perspectiva de los demás, es decir, menor empatía (Martín Buber). El “Sanchismo” realiza el mayor esfuerzo para que la educación garantice el adoctrinamiento de los alumnos y su esterilización para formar juicios críticos (“el conocimiento es poder”-Bacon-).

 


En resúmen, Pedro Sánchez:

         Es un maquiavélico narcisista patológico. Lo opuesto a la excelencia,

         No ejerce la política sino la tiranía,

         Se complementa con la inmensa estulta, extravagante y peligrosa Díaz.

         No tiene criterios estables. Miente sistemáticamente.

         Ejerce el poder de forma tiránica.

         Estrangula la libertad de los ciudadanos.

         Utiliza la intimidación, el chantaje y la desinformación.

         Destruye la democracia, anulando el legislativo y el judicial.

         Anula la educación, sustituyéndola por el adoctrinamiento.

         Retuerce y pervierte el lenguaje para confundir y ocultar lo que le interesa.

 



Usurpó las siglas PSOE para someter a los creyentes del socialismo, como dejé escrito en “Usurpación del PSOE” y fue creando una bien trenzada red clientelar, sumisa por económicamente dependiente y por emocionalmente desarmada. Y ha perfeccionado el siempre eficaz aparato de propaganda “de izquierdas, de progreso”.

 


Pero es astuto, contumaz, activo y socialmente atractivo y hasta embaucador, como corresponde a un gran psicópata. Su faceta de “predicador” llega a ser en momentos brillante. Tiene un estupendo aspecto físico y se desenvuelve en inglés con soltura y eficacia. Poseído de sí mismo evidencia un claro desprecio hacia los demás; pocas son las personas que consiguen no claudicar a su pose de superior (por ejemplo, creo que Isabel Díaz Ayuso es de las escasísimas personas que no se arruga ante él, pero, sin embargo, Alberto Núñez Feijóo sólo evita la sumisión cuando no tiene que improvisar).

 

El gobierno que montó en la anterior legislatura es un ejército variopinto (socialistas y comunistas) con un único denominador común, la sumisión a Sánchez y a su camarilla de La Moncloa. Salvo estridencias circenses (como Irene Montero) carecen de voz propia, son netamente la voz de su amo. Eso incluye a Nadia Calviño que llegó a su gobierno con la aureola y currículum de gran profesional dentro de la elefantiasica burocracia europea. La señora Calviño plegó su aureola, su currículum y a sí misma a las directrices del amo. 

 


(El poder político y económico son dos caras de la misma moneda).

 

Sólo así se entiende que, en estos mismos días, Calviño haya realizado unas intervenciones mediáticas glorificando las enormes aportaciones del gobierno de Sánchez (sin datos, naturalmente), pero sí ha aprendido alguna de las grandes habilidades de Sánchez: mentir (cambios de opinión según Sánchez). Y no pestañea alardeando del éxito de la economía española, de la mejora formidable en el empleo, de los brillantes ejercicios económicos de los empresarios (no las empresas) españoles y del crecimiento imparable de las inversiones extranjeras (!!!!).

 



La verdad es que, como es natural que ocurra con el capital en un medio de incertidumbre, inseguridad e inestabilidad jurídica y fiscal, la inversión extranjera en España está en caída libre, igual que las exportaciones, nuestra economía ha sido la última de la Unión Europea en recuperar los niveles previos a Covid, el número de horas trabajadas hoy es un 4% inferior que la correspondiente a principios de 2020, el paro actual oficial es del 11,6% (los renombrados eufemísticamente “fijos discontinuos” -no contabilizados en tal porcentaje- que trabajaron menos de una hora por semana ascienden a 1,7 millones), el paro juvenil es el 26% (dobla la media de la UE) y 1,3 millones de empleados trabajan en B. En 2007 fuimos la octava potencia mundial; hoy ocupamos el puesto quince (y en caída). Según nuestro nivel de preparación medido en cinco indicadores clave (TÍC, habilidades, industria, I+D y finanzas), ocupamos el puesto 21.

 


En las más recientes horas otra gran empresa española advierte que se verá obligada a desviar una inversión de 8 mil millones fuera de España si continúa la incertidumbre e inseguridad del marco fiscal y jurídico de la economía y, en la misma línea, se produce el aviso de uno de los principales fondos de inversión internacionales.

 

Por si no fuera bastante, el probable gobernante de la nueva legislatura adelanta que el acuerdo con su socio incluye un nuevo incremento del salario mínimo (+3.800 millones) y la reducción a 37,5 horas laborales totalmente al margen de los agentes sociales (patronal y sindicatos) y desvinculado de la productividad, consolidación como permanentes de los impuestos especiales temporales a la banca y a las empresas energéticas, modificación en el impuesto sobre sociedades cambiando la base imponible por el resultado contable -pasaría la tributación del 15% al 30%-.

 

El gobierno y la señora Calviño en particular, oculta y contradice el informe reciente sobre España de la OCDE, que subraya los problemas siguientes:

         Baja productividad

         Exceso de gasto social

         Menor demanda externa

         Paro juvenil

         Baja inversión en educación y formación

         Deuda pública disparada

         Gasto en pensiones y desempleo

         Falta mayor inversión y desarrollo

         Impuestos sobre el alcohol y el tabaco

         Reducir impuestos sobre el capital.

         Reducir impuestos en las rentas bajas

         Fin del extraordinario apoyo público.

 

 



En resumen, que yo crea que padecemos una especie de maldición bíblica que se Inició con Rodriguez Zapatero y que se está perfeccionando con Pedro Sánchez, es una conclusión obligada. Y una inmensa preocupación por nuestro futuro, incluso sin aludir aquí a las tensiones independentistas y republicanas. Y sin hacer ahora mención al grave y complejo problema de la inmigración masiva ilegal. O sea, el ingrediente de la política partidista añade mayor demolición.








P.S.

Al cierre de estas líneas, Sánchez ha defendido la amnistía  en Cataluña (o sea, delitos de sedición y malversación por el que fueron juzgados y condenados políticos catalanes) ante el Comité Federal del PSOE (máximo órgano entre Congresos), “en nombre de España y por el bien de España”. Los más de doscientos cincuenta miembros del Comité (salvo Garcia Page) han aclamado y aplaudido fervorosamente puestos en pie la nueva posición de Sánchez. El mismo que hace pocos meses defendía la inconstitucionalidad de la amnistía. Sabíamos que Sánchez “cambia de opinión” constantemente (o sea, miente). Ahora ya sabemos que el Comité Federal del PSOE también.


Para rematar, Sánchez ha añadido que esto no es el final del camino. Lo que sugiere que habrá más sorpresas “en nombre de España y por el bien de España”.


¿Alguna duda sobre el espíritu democrático del PSOE?

 

 

 

27-10-23

 

 

CM 

         

         

         

         

         

         

         

 

 

 

 

 

lunes, 23 de octubre de 2023

 MIEDO

 

 


 

Considerado el miedo como una de las seis emociones primarias (ira, alegria, tristeza, asco, sorpresa y miedo) por Eckman en los años setenta del pasado siglo y, por tanto, comunes a todas las culturas y civilizaciones, hago algunas consideraciones personales y algún juicio sobre el manejo de su poder.

 

Yo he padecido algunos miedos indeseables (recuerdo alguna pesadilla horrorosa de la que me despertaba empapado en sudor) y he disfrutado de otros miedos buscados (como cuando corrí en los encierros de toros bravos en mi entrañable Miraflores de la Sierra).

 

También he percibido que las causas del miedo me han ido variando al compás de la edad. De niño llegué a temer al “hombre del saco”. Ahora una caída se encuentra entre mis primeros temores.

 

También recuerdo cómo han sido variadas mis respuestas ante el estímulo del miedo: algunas veces escapar, otras enfrentarme hasta superarlo.

 


Mantengo, si no miedo, sí prevención ante lo desconocido. De forma que algunas sensaciones de vértigo han respondido a mayores alturas en lo muy conocido que las que me producían vértigo por primera vez. Quizás, por tanto, tenga su importancia el hábito o costumbre que tengamos a sus posibles causas.

 

Mantengo el miedo al dolor y no he llegado a digerir emocionalmente que deba ser compañero necesario de la enfermedad o del anuncio de transitar por una etapa final de la relativamente larga carrera de la vida. El natural desgaste y deterioro no deberían de producir dolor. Al menos dolor físico.

 

Entre el dolor físico y el espiritual, hasta hoy me ha acobardado mucho más el espiritual que el físico. También porque he encontrado y dispuesto de remedios más sencillos y eficaces para luchar contra el dolor físico (aún por un dolor de muelas o un cólico nefritico). Sí, hasta hoy, el miedo espiritual me da más miedo.

 

Otra curiosidad es que me ha producido más miedo ver el peligro en otros (mis hijos, desde luego) que en mí mismo (caso clarísimo el del vértigo).

 

No me considero una persona especialmente miedosa, corriente también en esto. Y he conocido personas en los extremos opuestos que me han sorprendido. También creo, por tanto, que el miedo se padece a nivel puramente individual, con independencia del peligro que lo provoque.

 


Según parece son muchos y variados los tipos de miedo que los diversos especialistas han establecido para encasillarlo. 

 

Hoy, espoleado por un magnífico artículo de Monseñor Sánchez Monge (“¿Nos encontramos ante el totalitarismo blando?” – El Debate, 17-10-23), quiero centrarme en el miedo como dispositivo de poder. Escribe el señor obispo: 

 

“El totalitarismo duro o blando se basa en una ideología hecha de mentiras. Su implantación y perduración depende del miedo que la gente tenga a desafiar esas mentiras. Hemos de ser lo suficientemente fuertes para plantarle cara en público y decir lo que realmente pensamos o, al menos, negarnos a afirmar lo que no creemos. Quizás no podamos vencer el totalitarismo, pero podemos encontrar dentro de nosotros y en nuestra comunidad los medios para vivir revestidos con la dignidad de la verdad”. 

 




Yo quiero esa dignidad.

 

Al abrigo de tan atinadas palabras, lo primero que debo decir es que me repugna profundamente cualquier tipo de autoritarismo. Y que es mi deseo saber ser demócrata y vivir en una sociedad democrática.

 

Opino que lo que viene sucediendo en la gobernación de España desde Jose Luis Rodriguez Zapatero y, muy especialmente, Pedro Sánchez Perez-Castejón, es una evidente deriva hacia el autoritarismo: 

-desprecio absoluto a los compromisos electorales (debo suponer que los votantes del actual presidente en funciones se consideren y sientan hondamente estafados), 

-ataque destructivo al Poder Judicial, convirtiéndole en un apéndice del gobierno y paralización anestésica del Poder Legislativo (la representación de la ciudadanía).

-desprecio al propio poder ejecutivo, permitiendo que los miembros del gobierno defiendan posturas radicalmente enfrentadas.







Todo ello en aras de mantener el poder personal del líder absoluto (fūhrer). Los ciudadanos, indefensos; con su única arma efectiva, el voto, desnaturalizada, inservible. ¡Adiós democracia!

 

Se ha producido un deterioro o dominio sobre las más diversas instituciones democráticas, asaltando los diversos centros de poder político y mediático.

 

Y con una actuación ajena a los límites morales más básicos: mercadeo con filoterroristas, con independentistas, con delincuentes condenados por la justicia (luego indultados por el líder) y con prófugos de la justicia. ¡Vaya panorama!

 



Hasta ahora había permanecido ignorante de la denominada Agenda 2030. Pero la reiteración en sus bondades y avales por personas de las que desconfió profundamente me han incitado a hacer una leve aproximación a sus propósitos y contenidos. Para ello he escuchado atentamente una breve, pero muy ilustrativa conferencia de don Higinio Marín, rector de la universidad San Pablo, CEU. 

 

Desgraciadamente, lo que me barruntaba se confirmó con creces en el análisis del prestigioso filósofo Marín: el documento de la ONU contiene las pautas para encarrilar a la sociedad mundial hacia un cambio en profundidad en aras del progreso para lo que marca 17 Objetivos de Desarrollo de los que recojo alguna nota:

         -Uniformidad, sin diferencias ni singularidades. Sin libertad de elección para ser, o no, parte de una masa uniforme.

         -Desprecio a la familia. Dios es el Estado Salvador.

         -Estatalismo como neutralismo. Sus funcionarios y burócratas dan cumplimiento al bien social.

         -Igualdad de género sin vinculación al sexo.

         -Salud sexual y Reproducción: estimulación al aborto, difusión de anticonceptivos.

         -Educación por el Estado.

 

La conclusión del conferenciante es que, de los 17 Objetivos, dos son radicalmente contrarios a la moral cristiana y uno, con serias reservas.

 

En definitiva, se sustituye al individuo como centro de la dignidad moral y se traslada a los grupos (étnicos, culturales, …). Se trata de construir una sociedad dominada por “papá-estado”. ¡Ah!, y con un planteamiento “colonizador” en que las sociedades desarrolladas impondrían los modelos a las sociedades subdesarrolladas.

 



Por otro lado, también he escuchado la tesis de un gran especialista en análisis económico: el objetivo consistiría en que, en 2030, los grandes poderes económicos habrían obtenido de cada uno de nosotros la única información que les falta para el dominio completo: en qué gastamos nuestro dinero. ¿Cómo?: estimulando un endeudamiento atroz (público y privado) hasta que (con el objetivo en 2030) se produjera un crack total. En tal punto, se ofrecería a los ciudadanos cambiar sus monedas convencionales por monedas digitales, con una importante reducción mediante. En tal “Paraíso”, toda la sociedad mundial quedaría totalmente sometida al pequeño grupo dominante. ¡Curiosa tesis! Aún más, deprimente.

 



Da miedo.

 

 

 

23-10-23

 

 

CM

         

sábado, 21 de octubre de 2023

 

SIN ESCRÚPULOS

 

 


 

Es muy llamativo el polisignificado del término “escrúpulo”.

 





-La voz latina “scrupulus” se refería a la piedrecita que se cuela en el zapato. Ya imagino a Cicerón y Horacio interrumpir su sustancioso y docto paseo cuando Horacio, apoyándose en el brazo de Cicerón, se para: “perdona, se me ha metido un scrúpulus en la sandalia y me está martirizando”. Quizás el sabio, ofreciéndole sostén pudo decirle: “mi querido Horacio ya ves cómo un diminuto guijarrillo puede interrumpir las más profundas cavilaciones de dos de los más insignes y doctos sabios que ha de dar la historia, ¡qué cosas!”. Y, así, continuó el diálogo derivado hacia las piedras, piedrecitas y pequeños guijarros de aparente trivialidad.

 


-Se dice también que a una persona le puede producir “escrúpulo” un cierto manjar o bebida. De tal manera, pudiera ser que a la vienesa María Antonieta, empleada como consorte del rey Luis XVI de Francia, le produjesen repugnancia hasta el vómito algunas comidas francesas. Heredera al trono de Austria, cometió la torpeza de renunciar a él (con quince años) y casarse con el heredero del de Francia, país que desde un inicio renegó de ella, despidiéndola finalmente con la guillotina (a los 38 años) tras un año presa y sometida a maltrato y humillaciones múltiples.

 


-Para quien es especialmente cuidadoso en su forma de trabajar, escribir o vestir también usamos el mismo término que nos ocupa: “Lópe era un autor muy escrupuloso que corregia constantemente sus textos” (Roquain). Decimos frecuentemente que una persona es especialmente escrupulosa en su trabajo para Indicar que es minuciosa, cuidadosa, incluso perfeccionista en demasía.

 

Aún otros usos diversos de escrúpulo se han utilizado como unidad de medida, tanto en el mundo farmacéutico como en el astronómico (1/60 de grado de circunferencia). ¿Se podrá referir por ejemplo a cada uno de los minutos de que consta una hora en su representación analógica?, ¡vaya usted a saber!

 




Pero lo que ahora me ocupa es su significado desde un punto de vista ético: “inquietud de la conciencia sobre la bondad o maldad”. Aquí, su uso más habitual corresponde a la expresión: “una persona sin escrúpulos” es decir, que actúa sin preocuparse por su conciencia o sin considerar lo que socialmente se tiene por bueno o correcto. Resumiendo, mala (o muy mala) gente.

 

Se considera “tríada oscura” al conjunto de maquiavelismo, narcisismo y psicopatía, un cóctel rematadamente delicioso. 

 



Se ha estudiado (Bereczkeia, Pappa, Kincsesa y otros investigadores húngaros) que las cabezas que actúan maquiavélicamente se aceleran cuando conocen a alguien diferente o susceptible de aprovecharse de él: son incapaces de corresponder al altruismo de los demás. Los investigadores consiguieron poner en relación los comportamientos maquiavélicos con actividades específicas en diversas zonas del cerebro. Aquellos que, sin ningún escrúpulo, pasan por encima de los demás para conseguir sus propositos.

 



Narcisismo: podemos identificar al Narciso como el que reúne las siguientes características: sentido exagerado del egocentrismo, preocupación extrema por sí mismo y falta de empatía por los demás. El nombre lo toma del mito griego de Narciso que se enamoró de sí mismo al verse reflejado en el agua y terminó ahogándose en ella cuando intentó besarla. El Narciso sobreestima sus habilidades y sufre una necesidad excesiva de admiración.

 



Psicopatía. Se puede definir como un transstorno mental ordinario que se caracteriza por: reducción de la empatía y del remordimiento, una personalidad desafiante y la dificultad de inhibir comportamientos. Pueden amenazar, explotar, robar, engañar, manipular o dañar físicamente a otros, bajo una máscara que les hace parecer amigables y bien adaptados. Por tanto, son difíciles de detectar. Se debe a cambios cerebrales que merman el pensamiento y el sentimiento. Su comportamiento es muy seductor y manipulador.

 

El colmo es que un mismo individuo reúna todos los adornos de la “tríada oscura”. Tales gentes destruyen y dañan desde donde pillen. De forma que, si son eremitas, solitarios, aislados de la sociedad, perdidos en el desierto, en las lejanas montañas o en las islas vacías, su daño habrían de sufrirlo tan sólo las bestias a su alcance, tradicionalmente las pobres cabras. Pero sí se incrustan en la sociedad, apañado va el grupo en que caigan. Y, lo que ya es de traca (para mear y no echar gota, se dice en mi pueblo) es que la perla ocupe un lugar relevante, porque acabará por destruir al grupo. 

 


El caso más sonado, cuentan, es el de un charrán que llegó a imponerse a toda una nación. Pero lo más curioso e inaudito del caso es que, por lo visto, fueron los propios dañados y esclavizados los que decidieron que fuera él quien les avasallase. Digo yo que tales esclavos no debían ser muy espabilados. O que fuesen unos extraños “escrupulosos”, lo que daría lugar a una acepción nueva del variopinto término.

 

 

21-10-23

 

CM