UN ESPAÑOL HORRORIZADO
Ni soy politólogo ni siquiera paso de ser un humildísimo observador de nuestros partidos nacionales.
Aunque creo obsoletas y totalmente superadas las denominaciones “izquierda” y “derecha” las usaré aquí como meros instrumentos de identificación que eviten otras divagaciones más serias y profundas.
En la “izquierda” española actual identifico dos partidos políticos: PSOE y SUMAR. Y en la “derecha” otros dos: PP y VOX.
PSOE (Partido Socialista Obrero Español). Su jefatura (Pedro Sánchez) está ocupada por quien:
-No es socialista,
-No representa a los obreros,
-No valora España.
No concibo otro socialismo (no comunista) que el DEMOCRÁTICO y CONSTITUCIONALISTA. Es decir, sometido a la voluntad del pueblo expresada en el voto. Y sujeto a un Estado de Derecho, en que la Ley garantice la igualdad y libertad entre ciudadanos.
Bien, Sánchez no es un demócrata, no cree en la soberanía popular sino en el sometimiento popular, propio de organizaciones totalitarias (en las antípodas de las demócratas).
Tampoco Sánchez se somete a un Estado de Derecho: retuerce, anula y manipula la Ley, y usurpa el poder de los jueces distorsionando su institución para ajustarla a la voluntad de su gobierno.
España no es para Sánchez una Patria. La concibe simplemente como una extensión de terreno parcelable y comercializable.
No opino. Tan sólo describo el proceder de Sánchez en el tiempo que lleva “gobernándonos”.
¿Por qué el socialismo democrático no prescinde de Sánchez? ¿Tal es el poder de quien dependen los “empleos” dentro del partido? El Comité Federal del PSOE ya le expulsó en 2016 como secretario general (132 contra 107 votos). Pero consiguió recuperar el liderazgo en el mes de mayo del año siguiente, apoyado por “las bases”(?) y venciendo a Susana Díaz. Hasta hoy.
En definitiva, carecemos en España de un partido socialista demócrata y constitucionalista.
¿Es posible que no existan en nuestro país gentes demócratas y constitucionalistas de “izquierdas” convencidas de que debe imperar la Ley y dispuestas a encabezar un partido político? Me resisto a creerlo pero la realidad es tozuda y, hoy por hoy, no lo conozco. Creo que es gravísimo porque sé que una parte muy importante de españoles tiene un verdadero sentimiento socialista democrático.
SUMAR: la agrupación reciente de multitud de grupos que forman el partido está liderada por Yolanda Díaz. Es una comunista declarada que tiene los más añejos tics y creencias del viejo comunismo. Aunque a mí me cause algún tipo de sorpresa que una opción tan negativamente experimentada en el mundo, esclavizadora de ciudadanos y responsable de sumir a los pueblos en la pobreza más inhumana de los más debiles, lo cierto es que subsiste. Ninguna nueva aportación a lo conocido en artimañas populistas y en propuestas trasnochadas y reiteradamente fracasadas. Ni siquiera aprecio más cambios en la estética que la vestimenta y abalorios caros de la lideresa.
PP (Partido Popular). Es hoy el líder de la “derecha” española. Presidido desde abril de 2022 por Alberto Núñez Feijóo. Tras una catastrófica gestión de la dirección anterior del partido que desembocó en un colosal desastre ideológico y organizativo. Núñez Feijóo presidió la Junta de Galicia entre 2009 y 2022, obtenida al vencer en cuatro elecciones consecutivas. Es natural que se trate por tanto de persona experimentada, gestor político de éxito. Transmite mesura y seriedad. Pero aún no le conozco lo que piensa en temas capitales con claridad y certeza suficientes. Yo quisiera que fuese un líder sólido de la democracia liberal, sustanciada en el protagonismo del individuo, el respeto por el afán y el trabajo, el estímulo al esfuerzo, la atención a los más necesitados, el valor de la palabra dada, la rectitud de actuación, la defensa sin peros de la familia, el estímulo a la propiedad privada, la creencia de que en la educación y la formación reside el cimiento de la libertad. Personalmente quisiera mayor claridad y contundencia en Núñez Feijóo.
Es más que posible que, convencido de su espíritu prudente, haya carecido del tiempo suficiente para organizar contundentemente su partido. Creo ver en alguno de los rostros de sus subordinados de primer nivel, la carraca del oficio largamente ejercido, el tran tran que conduce a felicitar con entusiasmo al jefe sin necesidad de motivo. En eso intuyo la “vejez” del partido, el tufo cesarista y la necesidad de que revise (y, si es necesario, actualice) sus cuadros de mando. Un partido como el suyo bien puede disponer de un “consejo de ancianos” de valor no despreciable (a la memoria me vienen nombres como Vidal Quadras – ahora creo que en Vox- , Garcia Margallo, Cospedal, ….). También creo que dispone de “savia nueva” con una valía espléndida (Diaz Ayuso, Álvarez de Toledo, …) que debo suponer que no hayan de tener reservas en aconsejarle y apoyarle.
Sí creo que es hoy un partido indudablemente demócrata en el que puedan caber sin dificultad diferentes pareceres dentro de las coordenadas marcadas por el líder. Y pienso también que ése partido puede dar cabal respuesta a una parte importantísima de la ciudadanía.
VOX: nació recientemente como una pequeña escisión del PP por su certeza de que, en asuntos de base, carecía de la definición y claridad necesarias que precisa un partido netamente de “derechas”. Abascal salió del PP al considerar que no cubría los principios más tradicionales y conservadores. Hace poco me tomé el trabajo (¡y vaya que lo fue!) de leer con atención su Manifiesto Fundacional (nada que objetar; muy claro y directo) y su Programa Electoral para las Elecciones Generales (¡178 páginas!) en que no me resultó fácil deslindar sus propuestas de las grandilocuentes declaraciones generales (que imagino que cualquier partido suscribiría). No sé cuál es el objetivo de ese Programa. Si era para estimular al votante me parece hasta absurdo por prolijo y enredado. Pero realizado el enojoso pero necesario trabajo de espurgue no encontré motivo para que se haya colgado a ese partido el sambenito de extrema derecha antidemocrática y éticamente reprochable. Pero también he de decir que he leído y escuchado barbaridades infumables de algunos miembros de esta formación que no es de extrañar que asustasen a más de uno. Creo que el señor Abascal precisa acallar o prescindir de algún que otro energúmeno. Desconozco absolutamente su partido pero me ha extrañado en la reciente campaña electoral no haber visto ni oído casi al señor Espinosa de los Monteros que emite en honda de corrección, educación y respeto sin mengua de la más rotunda defensa que desee hacer de sus creencias.
De estas mínimas observaciones deduzco que nuestra deficiencia democrática está localizada en nuestros partidos de “izquierdas”. Y que los de “derechas” precisan mayor claridad y simplicidad en sus mensajes. Y que el exigible respeto al antagonista no sustituya a la valentía para defender sus legítimas opciones.
Estoy horrorizado con el resultado de las elecciones generales del 23 de julio. Quien gana pierde y quien pierde gana (¡vaya maquiavelismo!). Pero en sí mismo no me horroriza eso. Lo que sí me espanta es que, como consecuencia de tan desaconsejable sistema, quien pretenda gobernar España precise los apoyos de antidemócratas declarados (comunistas), filoterroristas, golpistas condenados y demás adversarios de España. Que, por añadidura, representan un porcentaje ridículo de los ciudadanos españoles.
¡UN HORROR!
26 de julio de 2023
CM