domingo, 22 de abril de 2012

CASI ME MUERO

 
CASI ME MUERO
(del 4 al 17 de abril de 2012)


LA CRISIS:
El Sábado Santo acudió a verme el sabio cirujano Rodríguez Peña. Fue urgido de emergencia por el equipo médico del hospital, alarmado por la crisis pavorosa que sufrí el día anterior. Previamente habían movilizado lo necesario para que se abriera el servicio de escáner a más de medicamentarme a tope.
El sabio cirujano me planteó: “está usted grave; pero a la vista de todos los informes y pruebas que se le han practicado no sé que tiene; sólo le puedo ofrecer abrirle y ver qué nos encontramos; le operaría mañana mismo”. Imposible que yo pudiera vivir en las condiciones en que me encontraba. No había alternativa. No lo dudé un instante. El domingo (¡de Resurrección!), en catorce horas, a la sala de despiece. Me angustiaban las catorce horas, no el quirófano.
Lo que encontraron al abrir era un desastre: peritonitis, necrosis de apéndice, inicio de gangrena, intestino delgado infectado y purulento, tripas retorcidas en amasijo deforme, …

DE PASIÓN:
Tras valorar diversas opciones, había optado por la menos atractiva: vivir los días más santos de la semana desde un hospital. Y dolorido. Y también preocupado. Dejamos mi Asturias y mi familia asturiana. Conduje como pude hasta Madrid y en la tarde del Miércoles Santo quedé ingresado en un centro médico (con la ilusión entonces de salir el próximo Lunes de Pascua).
Parece que una gran parte de los enfermos hospitalarios también se habían ido de vacaciones: creo que solo quedábamos los aquejados de más penoso dolor y los más cobardes.
Nunca imaginé una Semana Santa ni medio parecida. Quizás me encontraba en un veterano y cuidado hotel que perdió su gancho vacacional. Agradecí el silencio, muy de días de pasión. Y, sobre todo, relajé mi desazón por el evidente progreso de mi mal, al sentirme bajo el amparo de gentes de la medicina. ¡Y encarando más de cuatro días inhabilísimos.!


MI FAMILIA:
Mily, mi compañera, mi amor, venía viviendo y sufriendo junto a mí el pernicioso proceso durante semanas. Pero nos había estimulado (y confundido) el resultado positivo de una colonoscopia y la excitación de ver a nuestra nietecita. Y habíamos decidido salir hacia Asturias el Viernes de Dolores. Ya en Asturias yo empeoraba casi por momentos.

A partir de decidida la operación en el Domingo de Resurrección mis dos hijos maniobraron lo necesario para aplazar sus obligaciones y compromisos. Carlos viajó con su familia desde Asturias a Madrid ese mismo día. Mily y él no se apartaron de mí cada día durante toda la larga y dura Semana de Pascua (¡ay, aquellos vómitos infernales!). Mónica compartió y sufrió conmigo todas y cada una de las noches horrendas de esa semana (¡ay, sus vivificantes toallitas de colonia sobre mi frente y mi cuello y su dulzura!). Se turnaron en su desgaste y pesadumbre. Habían menguado mis fuerzas y mi ánimo hasta quebrarse. Mi mujer y sus esbardos armaron entorno mío el entramado que los sustituyera, dulcificando mi angustia y dándome el aliento perdido.

Mily aguantó como una campeona hasta el penúltimo día, que cayó fulminada (afortunadamente en el hospital). En cuanto relajó la tensión nerviosa tremenda, se desplomó.

Muchos fueron los factores que me permitieron superar la prueba. Mi mujer y mis dos hijos fueron vitales, convertidos en cimientos de mi debilidad. Su entrega abnegada, su paciencia sin límite, su amor, sostuvieron mi ánimo en los más duros momentos. Aguantaron con infinita templanza y mis hijos dieron ejemplo de un estado de equilibrio envidiable.

Todos y cada uno de mis hermanos volvieron a dar singularísimo ejemplo de su amor fraternal y de su casta tribal. Asumieron impasibles mi ruego de no ser visitado. Se las arreglaron para tejer entre ellos la red de comunicaciones que menos me importunara. Y no aflojaron un instante en enviarme toda su fuerza y ánimo. Y arrastraron con ellos toda la potencia de sus familias entrañables.

La clarividencia y capacidad de gestión de mi hermana Fátima resultó absolutamente providencial para poder afrontar la atroz crisis ya hospitalizado y para establecer lazos de comunicación paralelos que aliviaban mis primeras incertidumbres.

Mi hermano Enrique, tras regresar a Sevilla desde Salamanca, aparcar el coche y dejar a su familia, subió en el primer AVE y apareció en la habitación 307 trayéndome el calor de su contacto cuando el olor del quirófano aún estaba en mi piel. Contravino mi ruego pero me es imposible no perdonarle.

Mi nieta permaneció con su madre toda esa semana en Madrid. Decidí no verla en el hospital. Se me partía el alma cuando no pude darle razón de por qué no podía verme en la única conversación telefónica que por su obstinación irrefrenable mantuvimos. Además de otras, yo no veía razón para dejarle una imagen descompuesta de su abuelo.

DE REGRESO A LA GUARIDA:
La intervención funcionó (Rodriguez Peña es un sabio de la ciencia y del alma).
Luego, les costó más de lo esperado volver a poner en marcha el motor: el destrozo había sido severo y la máquina no es nueva. Pero al tercer intento se logró (¡purrum, pum, pof, ..., pum, pum, pum!). Después quedaba normalizar el resto de funciones afectadas (riñón, hígado, ...).
La aventura tremenda que se inició en el hospital el miércoles cuatro, acabó el martes diecisiete con el alta médica y el regreso a casa.
Aún queda que la función digestiva se vaya regulando. Pero ya en mi guarida.


Casi me muero. Pero no.
Lo contemplo como una nueva oportunidad que me ofrece la maravillosa vida. Intentaré estar a la altura de las circunstancias. Tendré que sujetarme para no dar un arrebatado aplauso al comenzar cada nuevo día.
Estoy viendo las primeras tiernas hojas de la higuera que parecen tiritar ante un vendaval invernal tardío. Pero seguirán creciendo voceando la nueva vida. Procuraré no perder detalle.


De todos cuantos me regaláis con vuestro cariño me he nutrido con vuestra energía, vuestro calor y vuestro amor. Han sido cruciales para superar la dura prueba. Os he percibido en lo mas hondo. Muchas gracias desde el fondo de mi alma. Os quiero de todo corazón. Gracias.

martes, 3 de abril de 2012

PASION, MUERTE Y RESURRECCION


Estamos en plena celebración de la PASION de España. Hace unos cuatro años la iniciábamos con manifiesto desdén. Y en la creencia de que nuestra posición de ventaja relativa en la economía desarrollada nos mantendría al margen de grandes sufrimientos. Creíamos estar en una posición privilegiada que nos permitiría contemplar los dolores de los demás más que padecer en nuestra España los rigores de la manoseada crisis. Es más, ya bien iniciada la PASIÓN, entregamos nuestro gobierno en unas elecciones generales a quienes enfáticamente pregonaban que realmente se trataba de una crisis de la que acaso despreciables salpicaduras podían llegarnos. Nuestro sistema financiero (sector desencadenante de la crisis general) era totalmente sólido y modélico. Y nuestra economía tenía potencia sobrada para afrontar la situación sin problemas. Claro que también nos decían que la magnitud de la crisis general carecía de base real. Y que eran(mos) agoreros y antipatriotas quienes estaban(mos) convencidos de lo contrario.

Nos mintieron. Y les entregamos nuestro gobierno. Cierto que no habíamos podido evaluarles en su capacidad de gestionar crisis financieras en la legislatura anterior. Pero sí habían dado muestras escandalosas en aquel anterior gobierno sobre su incapacidad de gestionar conflictos. Y, sobre todo, habían demostrado ser campeones indiscutibles en la creación de discordias y enfrentamientos. O sea, lo contrario de lo que a un gobernante le debemos exigir. Pero les volvimos a entregar el gobierno. Y, con ello, suscribimos nuestro suicidio colectivo.
No sólo era mentira que nuestro sistema financiero fuera modélico sino, muy al contrario, aún seguimos descubriendo el nivel de "chiringuetismo" bandido de buena parte del mismo.
Instalada y extendida la corrupción por extensas áreas de la actividad pública y privada, habíamos conseguido armar una sociedad inmoral, mentecata, con mala preparación, ineficaz y profundamente desestructurada. A ese empeño resultó capital el desempeño de un gobierno inculto, yermo, incapaz, soberbio, mendaz y mesiánico. Pero ¡fueron nuestros votos los que decidieron sortear la verdad! ¡Fuimos nosotros los primeros responsables! Antes de acudir a las urnas en aquellas aciagas elecciones, las economías domésticas y empresariales más lúcidas ya habían iniciado su ajuste: no gastar más de lo que se puede producir (y vender). Alertas las había ya entonces sobradamente.
La PASIÓN es tiempo de desgarro, sufrimiento, dolor, desmoralización. Como pasaje hacia la MUERTE añade la desesperanza y la desesperación. Cada nuevo paso en su tránsito agrega congoja y tormento. Se camina hacia el final en un avance hondamente penoso y destructivo.


La MUERTE de aquel modelo de vida inmoral que construimos es inevitable. Y deseable. Urge que muera y darle enterramiento. Pero ni es gratis (los efectos traumáticos sobre muchísimos ciudadanos inermes son feroces) ni muchos de los que aún manejan el poder desde la mamandurria, la ausencia de esfuerzo, la opacidad y la delincuencia van a entregar sus privilegios sin ofrecer lucha. Los más porque incluso carecen de alternativa para ganarse la vida honradamente. Pero cuanto más alarguemos la PASIÓN, mayor padecimiento hasta llegar a la MUERTE.
Pero afortunadamente no es la MUERTE el capítulo final. Tras ella nos espera la RESURRECCIÓN. España es un viejo país con su piel horadada por mil batallas y peleas formidables. La situación de nuestra España de hoy es de una debilidad delicada y preocupante. Estado inevitable al que conduce la corrupción moral. Pero contemplando nuestra extensa historia, en otras encrucijadas más difíciles y agoniosas nos hemos encontrado. ¡Y nuestros mayores Resucitaron a la España de su momento! No hay razón ninguna que pueda justificar que si fueron capaces de hacerlo nuestros abuelos y los abuelos de nuestros abuelos no hayamos de ser nosotros capaces. Cuando nuestra horrenda situación, para ellos sería envidiable. Y cuando los medios a nuestro alcance para hacerlo ellos no pudieron ni soñarlos.


La RESURRECCIÓN nos espera. Ya atisbamos el zaguán con su luz cegadora.
Eso sí, no esperemos que nadie venga a hacer nuestro trabajo. El precio es la virtud, el rigor, el esfuerzo y la lealtad.
Por eso, decir Semana Santa es decir Pascua, iluminación de la oscuridad, pasar del dolor al gozo, de la angustia a la esperanza, del vicio a la virtud, de la muerte a la vida.
¡Feliz Semana Santa de 2012!

miércoles, 29 de febrero de 2012

¿PESIMISTA?


Mi amado Mauricio me ha reñido por mis escritos pesimistas (las reprimendas de Mauricio son tan afables y cariñosas como él). Me decía que tiene desbordado su cupo de pesimismo. Que ya no soporta tanto telediario negativo, tanto periódico desesperanzado. Tanto politicastro metemiedos.

Pienso que haber dejado el mundo adulto y caminar decidido hacia la vejez estimula mi melancolía con toda certeza.
Tristeza y melancolía se hayan estrechamente relacionadas aunque no sean la misma cosa: la melancolía lleva aparejada la tristeza y la persistencia en la tristeza conduce a la melancolía.

He releído a algunos insignes pensadores para ayudarme en mi meditación. Saco pequeñas pinceladas de sus aportaciones.

Algunos pensamientos sobre el pesimismo:

El pesimista es un optimista bien informado.

El pesimista es un optimista que se cansó de serlo.

Horacio, en sus Odas, incluye este verso: Carpe diem quam minimum credula postero :"Aprovecha el día y no confíes en el mañana". Anima a vivir el momento actual ante la perspectiva de la muerte inminente.


Schopenhauer: como el deseo produce insatisfacción, la vida toda no es sino dolor. Para remediar ese dolor sólo existen remedios efímeros, como la ciencia, la erudición y el arte, pero sólo la superación de la voluntad de vivir conduce al fin del dolor y el descontento.
Hoy todo va mal , y según pasan los días será peor, hasta que venga lo peor de todo.
La vida es tan corta, insegura y fugaz que no vale la pena hacer un gran esfuerzo.
El único error innato que albergamos es el de creer que hemos venido al mundo para ser felices.

Kierkegaard: “Hasta donde alcanza mi recuerdo, mi única alegría consistía en que nadie pudiera descubrir lo desdichado que yo me sentía”.

Bataille: “La impresión que tenía de habitar un mundo en el que yo estaba en la situación de un extranjero”

Una persona pesimista es también depresiva, criticona, disconforme y quejosa. Su filosofía de la vida es negativa, cree que las cosas siempre empeorarán.

Conforme navegaba por tan funestos pensamientos sentía cómo se me encogía el alma. Y ciertamente me reconocía en algunos aspectos. Me quedé horrorizado. ¡Tiene razón Mauricio! Me siento igualmente asfixiado por tanta angustia ambiental. Repaso mis escritos y descubro en muchos de ellos rechazo y amargura. ¡Me riñe con razón!



Acudí rápido a refugiarme en las reflexiones de un pensador optimista:

Bertrand Russell
Bertrand Russell:
“Todo placer que no perjudique a otras personas tiene su valor”
“La felicidad básica depende sobre todo de lo que podríamos llamar un interés amistoso por las personas y las cosas”
“El entusiasmo me parece el rasgo más universal y distintivo de las personas felices”
“Las aficiones muy especializadas son una fuente de felicidad menos satisfactoria que el entusiasmo general por la vida”
“En la buena vida debe existir equilibrio entre las diferentes actividades y ninguna de ellas debe llevarse tan lejos que haga imposible las demás”
“La pérdida de entusiasmo en la sociedad civilizada se debe en gran parte a las restricciones a la libertad”
“El sentirse amado fomenta el entusiasmo más que ninguna otra cosa”
“Una buena vida es aquella inspirada por el amor y guiada por la inteligencia”. 
"Un aspecto en el que es necesario atenerse al justo medio es el equilibrio entre esfuerzo y resignación".

¡Pero si me siento amado! ¡Si tengo la fortuna inmensa de sentir el amor de mi familia y de mis amigos! ¡Si tengo la suerte de seguir caminando en la vida! ¡Si estoy rendidamente enamorado de una mujer que aún no cumple cuatro años que también me ama con pasión! ¿Por qué dejarme arrastrar hasta el pesimismo? ¿Tanto me somete el medio?

No se trata de que no haya razones para el dolor y la preocupación: creo que las hay muy sobradamente. Se trata de con qué actitud encararlas. Gracias a los que me aman estoy en la mejor disposición para afrontar nuestra crisis moral, social y económica desde una perspectiva optimista. Realmente no hay razón alguna que nos impida superarla. Básicamente consiste en ponernos a ello con decisión y seriedad.

Jhon Locke
Aunque la inmensa mayoría de nuestros políticos mundiales (y, desde luego, los locales) sean más un obstáculo que un apoyo. Alguna reflexión realizada en el s. XVII por Jhon Locke creo que tiene una actualidad total: “El gobierno debe ejercitarse con el consentimiento de los gobernados. El hombre o gobierno que ha perdido la confianza de su pueblo carece de derecho para gobernarlo. Nadie tiene derecho a tratar a los seres humanos como meros instrumentos para sus fines”.

Me apunto al optimismo convencido de que sólo desde su trampolín seré capaz de dignificarme humanamente y aportar mi grano de arena a que todos mejoremos. Y evitaré abrumar a mis seres queridos. Gracias Mauricio.


miércoles, 18 de enero de 2012

MANUEL FRAGA IRIBARNE

 Don Manuel Fraga falleció el 16 de enero de 2012 a los 89 años. Desde el día siguiente sus restos descansan en Perbes (La Coruña).

Su currículum es abrumador:
Con 23 años accede por oposición con el nº 1 al Cuerpo de Letrados de las Cortes.
Con 25 ingresa por oposición con el nº 1 en la Escuela Diplomática.
Con 26 saca la cátedra en Valencia de Derecho Político.
Con 33 consigue la cátedra de Teoría del Estado y Derecho Constitucional en la Complutense.
Se manejaba con soltura en francés e inglés, además de gallego y castellano.

Fue una persona extraordinaria que dedicó su principal actividad a la vida pública durante 60 años con un escrupuloso sentido de la honradez.
Con el régimen franquista desempeñó relevantes responsabilidades: Secretario General de Cultura Hispánica, Secretario del Consejo de Educación, Director del Instituto de Estudios Políticos, Delegado Nacional de Asociaciones, Ministro de Información y Turismo (1962-1969), Vicepresidente y Ministro de la Gobernación (1975-1976).
Su labor más criticable lo es por su participación activa en el gobierno franquista. Aunque siempre representó dentro del régimen al ala más aperturista y reformista buscando garantizar la entronización de la monarquía. Signos de ese talante son la Ley de Prensa (1966) y la Ley de Libertad Religiosa (1967).
Como Vicepresidente y Ministro de la Gobernación, en 1975 (en noviembre de ése año murió Franco) promueve la reforma política hacia una democracia de corte occidental al tiempo que se responsabiliza del orden y la seguridad.
El lema -compartido con José María de Areilza-: “creemos en la democracia, pero en la democracia con orden, con ley y con autoridad”, refleja con exactitud su perfil político al finalizar el régimen de Franco. En esa línea apoyó una primera amnistía. Permitió la celebración del XXX Congreso Confederal de UGT cuando aún era ilegal el sindicato. Presentó en el Club Siglo XXI a Santiago Carrillo, responsable del Partido Comunista siendo aún ilegal. Fue fundador en 1974 de la plataforma política Reforma Democrática, germen del partido Alianza Popular, más tarde Partido Popular, inspirado en la democracia cristiana. Fue procurador en Cortes y consejero nacional del Movimiento y embajador en Londres.

Los "padres" de la Constitución de 1978
Sus aportaciones más valiosas arrancan con su fundamental participación en el tránsito a la democracia. Muy relevante su contribución a la redacción de la Constitución de 1978. Fue el artífice de un partido de centro-derecha sólido. Como jefe de la oposición propició una política de entendimiento en los grandes temas de estado. Eurodiputado en 1987. A partir de 1989 cede la presidencia del Partido Popular y se dedica a la política gallega; presidió el gobierno gallego durante 15 años.

Don Manuel Fraga ha sido un político excepcional y un gran patriota: mas allá de sus errores (alguno importante) y sus aciertos (algunos muy importantes), queda el ejemplo del servicio a España.

jueves, 12 de enero de 2012

¿SE HA ENAMORADO RAJOY DE ZAPATERO?

 Los políticos españoles han formado una casta privilegiada. Una especie de aristocracia medieval en el s. XXI. Y no parece claro cuál pueda ser el procedimiento para erradicar tal privilegio o, cuanto menos, para que los siervos evitemos el derecho de pernada (que no nos fo....  fastidien a su antojo impunemente).
La historia de un amor:
Capítulo 1: Durante siete años sufrimos el gobierno(?) nefasto de Rodríguez Zapatero. ¡Que eficacia destructiva! Todo un prodigio de enconar problemas, resucitar enfrentamientos y crear gratuitamente dificultades. Un colosal desastre de gestión económica. Un colosal desastre de gestión internacional. Un colosal desastre de gestión social.
Durante esos siete años Rajoy encabezó la oposición. Casi siempre en la soledad. Soportando la acusación de antipatriota por denunciar los inmensos desmanes y falsedades de los gobiernos socialistas del período. No existió prácticamente un resquicio de posible entendimiento entre dos concepciones antagónicas de hacer política: la virtud frente al vicio.
Capítulo 2: En una situación de devastación total y bordeando la catástrofe absoluta, el Partido Popular, con Rajoy al frente, gana las elecciones. Una mayoría aplastante de votantes presta su apoyo a un discurso de regeneración, de rigor, de defensa de la verdad, de apuesta porque la iniciativa privada no sucumba totalmente y pueda abrirse la puerta a una recuperación ética, social y económica.
Pero, con el tronar del triunfo, Rajoy cae de su caballo herido por un rayo inexplicable que le obnubila.
Capítulo 3: Cuando el polvo aún no se ha empezado a posar en la urnas Rajoy manifiesta que “el traspaso de poderes esta siendo modélico”. Recién elegido gobernante condecora a Rodriguez Zapatero y a toda su banda de indeseables (en reconocimiento a los letales males causados). Entre los primeros nombramientos de su equipo de gestión incorpora a alguna beligerante adversaria.
¡Rajoy se ha prendado de Rodríguez Zapatero! Ha pasado del desprecio y rechazo más absolutos a la lisonja, el agradecimiento, el premio.
Cautivado por un mágico elixir o trastornado por la hiperemotividad navideña, sus primeras medidas de gobierno las toma prestadas de sus antiguos adversarios negándose a sí mismo: ¡comienza por subir escandalosamente los impuestos so pretexto de un descuido de 20 mil millones en el traspaso "ejemplar" de poderes!
Apenas unas semanas gobernando da muestras de compartir con su antiguo oponente un concepto muy parecido de la verdad y de la mentira. Ha encendido una "Vela" (subsecretaria) al diablo. Ha otorgado dignidades a los indignos (Isabel la Católica y Carlos III se revuelven en sus tumbas). Ha asaltado los bolsillos de los trabajadores que quedan de clase media.
Los otrora adversarios irreconciliables han celebrado una pasmante luna de miel.
¿EPÍLOGO?: Cierto que es corto el tiempo transcurrido (apenas tres semanas). ¿Simples errores tácticos? ¿Concretará Rajoy inminentemente aquél discurso de regeneración ética y política con el que alcanzó el gobierno de España?
¿O es todo una farsa que enmascara que el verdadero objetivo (de unos y de otros) es alcanzar el poder para parasitar a una ciudadanía sometida y día a día más desnutrida de moral y dineros
¿Pertenecen por igual a una aristocracia medieval en el siglo XXI? ¡Dios mío, es posible!
Enero de 2012

miércoles, 11 de enero de 2012

ESTAMOS ARRUINADOS


 Estamos arruinados. Me temo (digan lo que digan los políticos) que se subirán todos los impuestos y se reducirán los gastos. Las grandes cifras recaudatorias están en el IRPF y el IVA. Los gastos en sanidad, educación y financieros superan el 80% de la totalidad. Es decir, creo que tendremos menos y peores servicios públicos y, además, pagaremos más por ellos.

La actividad económica exige flujo financiero: la banca tiene que ajustar el valor de sus activos inmobiliarios (pérdidas) y tiene que disminuir sus inversiones en deuda pública -muy rentables y de bajo riesgo- y canalizarlas a inversiones privadas (emprendedores, pequeñas y grandes empresas) -de rentabilidad y riesgos más inciertos-.

La generación de empleo depende de la actividad económica privada rentable. La rentabilidad exige productividad (menores costes de producción). La productividad exige tecnología, capacitación profesional (empresarios y trabajadores) y costes competitivos (remuneración del trabajo y del capital y gastos financieros como capítulos esenciales). De la tecnología y la capacitación no se pueden obtener resultados a plazo inmediato pero son la estructura imprescindible del futuro. El gasto financiero privado se relaciona con la calificación financiera del estado (prima de riesgo). La actuación inmediata sólo es posible en la remuneración del trabajo y del capital. Es decir, producir más por menos -menores beneficios repartibles y sueldos más bajos-.

De los gobernantes depende la justicia en el reparto de cargas fiscales. Y de ellos dependen las medidas de estímulo a actividades productivas. Y de ellos dependen la mejora de la capacitación (educación) y el estímulo a la investigación. Y deben ser ejemplares en su gestión.
Rodriguez Zapatero y Montilla: ¡a cual peor!
 El gobernante malversador debe pagar el daño causado con su patrimonio con independencia de la pena criminal que pueda corresponderle.  

El gobernante prevaricador debe ser inhabilitado para cargo público.






Enero de 2012

viernes, 16 de diciembre de 2011

LIBERTAD DE HORARIOS COMERCIALES


“ABRA SU TIENDA CUANDO USTED CONSIDERE”




Con el pomposo título de “Ley de Dinamización del Comercio Minorista” el gobierno de la Comunidad de Madrid pretende liberar totalmente los horarios comerciales. El proyecto de ley aprobado comienza manifestando que “Cada comerciante determinará con plena libertad, y sin limitación legal alguna, los horarios, festivos y domingos que abrirá su negocio en la región”.

Parece que una parte de los profesionales afectados pudiera estar en contra de la medida.

En principio es incomprensible que alguien pueda estar en contra de poder actuar con libertad en la gestión de su propio negocio. Parece absurdo que pueda haber quien prefiera que le limiten su capacidad de decisión sobre cuándo o cómo realizar su actividad mercantil.

Cavilando sobre tal rareza se me ocurre que una medida liberalizadora de horarios comerciales debería ir acompañada necesariamente de una modificación del marco laboral. Una flexibilidad total en los horarios comerciales requiere sin duda de contratos laborales también flexibles. En otro caso es muy posible que a una parte del pequeño comercio le resulte inalcanzable optar por un horario totalmente abierto y que ello le deje fuera de juego.

Pero dicho lo anterior, reflexiono también sobre otras posibles razones del comerciante para recibir de malas la noticia. ¿Son todos los minoristas de Madrid comerciantes? Admitiendo que comerciante es quien negocia comprando y vendiendo, creo que algunos de los que tienen establecimiento comercial abierto son simplemente “tenderos” (porque tienen tienda) pero no comerciantes. Hacer buen negocio exige espíritu de “zarracatín” o “regatón”, o sea comprar barato y vender caro.

Me atrevería a decir que todos los consumidores hemos sufrido alguna vez la triste experiencia de dar con un tendero que no quiere hacer negocio. Personalmente acumulo diversas experiencias.

En alguna ocasión pasé al comercio con una idea poco definida y con la intención de que el comerciante especializado me ayudase a concretarla. Recuerdo con escozor un caso en una tienda de telefonía. ¡Pero si la persona que me atendió sabía menos que yo y yo no se nada de ese tema! Quizás tuviera artes de empaquetador, cobrador o “ganapán” transportador (como no pude comprar, tampoco despejé éste extremo) pero desde luego nada que ver con un comerciante, mercader o tratante. Debía ser habitual que el posible cliente saliera de vacío sin llegar a serlo porque no adiviné la menor sorpresa o disgusto en aquél tendero.

Otras veces me sorprendió la actitud arisca y maleducada con la que me recibieron en el supuesto comercio. Como tengo la total certeza de que no pequé en otra cosa que en pasar al establecimiento y saludar correctamente,  tengo que concluir que a sus regentes les molestaba atender a un posible cliente y realizar una venta (¿o quizás ser tratados con urbanidad?). No olvidaré aquella juguetería en la que entre el hola y el adiós a los dos que se escudaban tras el mostrador pasaron segundos. Desde luego no vi a ninguna otra persona que distrajera en aquel momento a tales gañanes.

En otra oportunidad me ocurrió que la amabilísima persona que me atendió en una tienda de muebles centró su empeño en quitarme la idea de comprar algo de su almacén que me había llamado la atención. Sus juiciosas consideraciones me hicieron desistir de adquirir el objeto de mi interés. Me quedé esperando la oferta alternativa del simpático. Nunca se produjo. Hasta recuerdo cierta situación embarazosa por esperar que el otro hiciera o dijera lo que ni se le había pasado por la cabeza decir o hacer.

Lo más llamativo es la frecuencia con la que me he encontrado en los comercios con gentes deseosas de evitar o entorpecer que realizase una compra. Imperdonable es cuando la actitud anticomercial procede de un dependiente, hortera o motril. Porque si está percibiendo una remuneración por atender al público y propiciar el negocio es claro que estafa a su empleador. Pero es imperdonable pecado capital si se trata del dueño de la tienda o del baratillo. ¡Y vaya si los hay!

Por desgracia existe una parte del comercio minorista en manos de charangueros totalmente incapaces de ejercer la actividad comercial. Percibo demasiadas veces un tufillo de “aquí estoy para quien se empeñe en comprarme algo pero faltaría más que yo tuviese que molestarme en animarle a hacerlo o facilitárselo”.

Mucho me temo que en el gremio de nuestros tratantes, trujamanes, merceros y tenderos abundan los que confunden ser empaquetador, despachador o cobrador con ser comerciante. Y puede que esa falta de espíritu mercantil explique en parte que se tome a mal el que una nueva ley amplíe la libertad.