viernes, 9 de agosto de 2024

 AMORES INTERESADOS

 



Ella, frescachona, esbelta, aún de buen ver, de pechuga percibida, rostro anguloso algo exótico y sonrisa permanente. De niña, despabilada, ahora sagaz, más atrevida que valiente, audaz y desvergonzada. De pisares firmes, resueltos, al igual que su verbo, vacuo, huero de contenido, pero de apariencia coruscante.

Aupada sobre su especial desenvoltura fue trampeando con los estudios, que en forma alguna formaban parte de su interés, hasta que los dio por terminados antes de revalidar el bachillerato. Pero como toda persona interesada más por la novedad y la moda que por lo atemporal, prestó atención a cuantos pululaban por el mundo universitario, a los más atentos a lo efímero y circunstancial, al relumbrón social, y no al pensamiento filosófico y científico. En esas aguas siempre destacó como gran nadadora. Por esa misma habilidad conectó con naturalidad con el mundillo político donde consiguió alguna captura poco común.

 

Él, recio, ni alto ni bajo, más feo que bello, calvo llamativo desde muy joven. Desde muy temprano, obsesionado por ocultar su gran calvicie, se parapetó bajo una formidable pelucona que marcó su imagen para siempre. Sus virtudes intelectuales estaban gravemente mutiladas por su cerril paisanaje castrante y enfermizo. Convencido de la superioridad de su pueblo, de sus festejos, de su jerigonza, y ocultando la “extranjería” de un próximo antepasado, tuvo representación en su terruño como organizador de festejos y líder de enfrentamientos con los pueblos vecinos: un verdadero patriota.  Estando en esas, conoció a gentes (golfos apandadores de campanillas) de una mafia bien asentada en la zona que le abrió los ojos a la oportunidad de salir de pobre, de hacerse verdaderamente rico. Allá que se enchufó. La tal mafia, heredera de antiguos negreros y hoy situada en los enjuagues de la banca, vieron en el pueblerino unas estupendas condiciones para ficharlo. Así es como penetró en “política” (quiero decir, en el guarreteo de los partidos políticos). Y en ella destacó grandemente por su maestría formidable en el arte del escapismo, fuera por ilusionismo, flexibilidad o audacia. Un nuevo Houdini que adquirió fama mundial a costa del desdoro de la que fue en tiempos una gran nación, hoy degradada y emputecida por los haceres traidores de un par de profesorcillos de universidad y sus secuaces.

 

Fue la “política” (ya sabéis, la de los partidos políticos) quien les conectó. Ella, capitaneando una canongía académica especializada en cómo gestionar los recursos públicos para encauzarlos hacia los privados más privados, más “íntimos”. Él, rastreando para su pueblo (su mafia), y para su propio peculio, los dineros que asegurasen el enriquecimiento desmedido.

 

El chispazo entre ambos fue inmediato: los frescales y parásitos se reconocen a primera vista. Inevitablemente surgió entre ellos un fogoso amor interesado. ¿Erótico?; ¡quien sabe, quizás después! Ahora, el proyecto que les une y arrebata es el dinero y el poder. Él, obteniendo su “ínsula Barataria”. Ella, consiguiendo el soporte preciso para mantenerse en palacio como la emperatriz del Gran César.

 

La alianza amorosa funcionó como sólo funcionan las alianzas contra las gentes sumisas, entregadas, timoratas y cobardes. Ese gran amor interesado fructificó, ¡y de qué manera!, aportando a nuestros amantes inmensas satisfacciones, partos magníficos de alumbrados día a día más poderosos y acaudalados. En inversa proporción al mayor hundimiento en la penuria y miseria de los que, por miedo, indiferencia, estupidez o boludez, apostaron por su propia miseria, por la indigencia de sus almas y de sus cuerpos.

 

Éste cuento podría terminar bien. Podría terminar con lo que realmente Ella y Él son: NADA.

 

Pero hoy, no aparecen signos, ni pistas leves, que permitan que yo apueste aquí por un final feliz para esta fábula. Este amor interesado tiene todos los visos de perdurar. Claro que, si cualquiera de ambos tuviese que mutar, lo haría con toda facilidad para preservar el objeto de este embeleso. Sin ningún problema. 


Y los parasitados, ¿reaccionarán algún día? ¡Hummmm!

 

 

9-8-2024

 

CM

 

 

 

 


miércoles, 7 de agosto de 2024

 MUS (2)

 




Al filo de las diez nos despedíamos anoche tras la acostumbrada charla-merien-mus semanal.

El encuentro me hace sentirme favorecido por la vida. Una vida larga que estimo humanamente muy fructífera. Vislumbrando en este tramo vital la meta de todo el que nace, se simplifica, se reduce la vida una enormidad. Tanto que se corre el riesgo de la soledad no buscada.

Afortunadamente y con los naturales esfuerzos, los cuatro hemos accedido con nuestras parejas a unas familias espléndidas, adorables, que bien pueden ser ejemplares. Hijos y nietos que nos engrandecen. Vuelan con esplendor humano. Naturalmente sus vuelos se hacen más lejanos, sobrevolando mundos que no hemos llegado a conocer, incluso a entender. La época de nuestros propios vuelos pasó. Nos recreamos con los vuelos de nuestras gentes.

En este proceso de la vida, ésta se estrecha, se empequeñece, caben cada vez menos sorpresas, los aconteceres se hacen más y más repetitivos. Y el físico es en todo caso un freno eficaz para cualquier vuelo nuevo. Y la mente, el sentimiento, no le va a la zaga.

En este punto de la larga caminata contar con la compañía de amigos a quienes poder escuchar con interés y comprensión y que nos escuchen con afecto, es más que un privilegio, es algo muy parecido a un milagro. ¡Nosotros, los cuatro, lo disfrutamos! Tanto, que excita el interés vital la mera espera del próximo encuentro.

Despidiéndonos anoche, lo hacíamos aplazando la reunión próxima alguna semana más. La época veraniega lo propicia. Reconozco desazón por ello. El profundo afecto no se aplaza, tan sólo algo tan importante como el contacto sensitivo.

Mientras nos volvemos a ver, escuchar y abrazar, os deseo lo mejor, desde luego por vosotros mismos, pero también por mí, porque estáis integrados en mi vida. Muchas gracias, queridos amigos.

 

 

PS: ¡Ah, predilectos contrincantes, si es posible, aprovechad para entrenar con el naipe!

 

 

7-8-2024

 

CM

 


sábado, 27 de julio de 2024

 INAUGURACIÓN JUEGOS OLÍMPICOS

 





¡Qué bella Paris, qué bello el Sena, come c’est beau Notre Dame et les pontes de París (con indulgencia de don Jenaro)! Un marco formidable, difícilmente igualable, para situar el gran espectáculo de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024.

 

Pero un espectáculo bochornoso aupado sobre un derroche de euros.

      -Vergonzoso por su absoluta falta de respeto a cuantos nos encuadramos en las creencias cristianas. Espectáculo ofensivo sin otra razón que,

      -La ausencia descarada de ingenio, sustituído por la provocación gratuita. Es muy común hoy día que la falta de talento se trate de disfrazar con injurias, ordinarieces y culto al bodrio.

      -Y tremenda puesta en escena de dos enormes poderes: las organizaciones homosexuales (y sus añadidos) y las organizaciones feministas supremacistas. El poder económico y organizativo de ambos grupos es inmenso, da de comer (y de despilfarrar) a miles de personas que viven a sus sombras.

 

Me reconfortaría que la jerarquía eclesiástica católica hiciese oír su voz (la echo en falta con frecuencia) frente a los ultrajes y ofensas sufridos. 


¿De verdad que injuriantes, movimientos homosexuales y feministas radicales manejan también la organización de los Juegos Olímpicos?

 

Para colmo, hoy las Olimpiadas no abren un periodo de paz, de alto el fuego, en las horrendas contiendas humanas.

 

Nuestra esperanza es que los atletas vuelen muy por encima de tanta ignominia y atropello.


PS: Excelencia, Amistad y Respeto son principios del Olimpismo

 

26-7-2024

 

CM


viernes, 5 de julio de 2024

 POLVO, SUDOR Y HIERRO

Mínimo homenaje al gran Manuel Machado

 

 



Temeroso y debilitado continúo mi cabalgar entre polvo, sudor y hierro.

Temeroso de perder la vida, la vida verdadera, profunda.

Debilitado por los esfuerzos al parecer baldíos.





Polvo que sustituye la casa de nuestros iniciales y grandes vecinos. Hace años marchó ella. Magnífica persona, bondad, simpatía y elegancia. Él tardó en marchar. Educado, original, de afecto profundo. Su casa nació al poco de la nuestra. Hoy escombro y polvo, mucho polvo. En apenas dos días sólo polvo.





Teníamos casi en olvido el verano mesetario. Leales durante decenios a las amadas tierras astures. A su verdor, a sus nubes, a su dulzura. El verano en la meseta sigue siendo terrible, inmisericorde. ¡Qué forma más grosera de escalar la marca en el termómetro! Vivir ante las constantes acometidas del sudor. Sudor de cuerpo y de alma. ¡Ay Asturias!, sollozo.





Hierro de dureza, de peso abrumador, aspereza y crueldad. Hierro frío, crudo y severo, duro, inflexible. Hierro que encadena el sosiego del alma.





Aún así, cabalgo. Herido, cabalgo.


      -¿Qué me espera? -lanzo angustiado al viento-

      -Esfuerzo, sacrificio -es la respuesta a coro de las seis Cariátides-.

      -Pues, ¿no sois vosotras la fuerza y la belleza femeninas? ¿Es que no podéis enviarme el ánimo que me flaquea? -imploro al coro-

      -La fuerza se conquista. Sabes que fuimos sometidas como esclavas. Pero lo superamos con empeño, con sacrificio. Hoy sostenemos las mejores obras de los hombres. Sólo tú puedes conquistar tu fuerza. ¡Busca dentro de ti! -me contestó el coro-.




Al poco, las Cariátides comenzaron un cántico salmódico que fue penetrando en mi interior. Profundo. Suavemente opresivo, que se fue abriendo camino hasta lo más profundo.

      ¡Lucha, lucha! -insistía el cántico-.

La oscuridad de la hondura se fue paulatinamente esclareciendo: ¡esforzarse, combatir!

      Si lucho, ¿venceré? -pregunté angustiado a las Cariátides-.

      Nadie puede asegurarlo. Puedes sucumbir. Pero la opción de vencer tan sólo existe si luchas. De no hacerlo, tienes garantizada la derrota. Además, el sólo hecho de combatir ya es una victoria frente a tu espíritu aciago. -así me contestaron unánimes las seis bellas-.

      ¿Cón qué lucho? -inquirí-.

      Con perseverancia, con coraje, con talante de victoria, con esperanza y fe de conseguirla, con el valor que te otorga el motivo de tu esfuerzo -fue el consejo de las hermosas jóvenes-.

 


A superar el polvo, el sudor, el moho del hierro amenazante. ¡A cabalgar!

 

¡Si la guerra acabase en mi fracaso, lo aguardaré con la espada desenvainada! No venderé mi vida por nada. Porque es mi larga y muy fructífera vida de más de cincuenta y siete años la que está en juego, ni mas ni menos.

 






 

5-7-2022

 

CM