lunes, 27 de marzo de 2023

REQUIEM DE MOZART

 RÉQUIEM DE MOZART

 

Lacrimosa diés Illa qua resurget ex gavilla judicandus homo reus (lagrimoso el día aquel en que resurgirá de la ceniza el hombre acusado).

 

 


Ayer, con nocturnidad, nos robaron una hora del día. Nunca he llegado a entender los beneficios económicos de esos cambios de horarios. Pero seguro que nos causan trastornos de adaptación. Sea como sea nos robaron una hora.


 


Pero yo tuve una extraordinaria compensación: mi querida Mónica me había regalado por mi reciente cumpleaños un concierto organizado por Candlelight que interpretó magistralmente el cuarteto de cuerda Matrice del “Ave Verum” y el “Réquiem” de Mozart.




El lugar, el elegante, acogedor y con solera hotel Wellington. El personal que nos recibió en la entrada y atendió en la cafetería, impecable, transmitiendo, además de exquisita educación y cortesía, satisfacción por el trabajo que estaban realizando y felicidad por atender a los clientes del hotel: enormemente gratificante y, por desgracia, muy raro hoy día. Con eso, los cuidadísimos salones, el mobiliario, la decoración decadente pero muy viva, el contenido murmullo (eso no era el Parlamento) de quienes llenábamos el salón, se creaba una atmósfera de paz y sosiego muy adecuadas para regalarnos después el alma con una magnifica música.




Me recogió Monica en casa, donde dejó a la pequeña Aliona “cuidando” a la abuela Mily (lo que hizo a la perfección; está muy conectada con ella y su salud). A una hora propicia para la condensación de coches regresando a Madrid, milagrosamente tanto la carretera como el recorrido por la ciudad soportaban una circulación bastante fluída. En el aparcamiento de Velázquez, plazas de sobra a elegir, a la misma puerta. Fuera, la espaciosa calle flanqueada de majestuosos edificios y elegantes comercios. Las aceras pulcramente limpias y ,a esa hora, con escasos paseantes. Pocos coches circulando. En fin, todo propicio para disfrutar junto con mi entrañable compañera de una especialísima tarde de domingo.



 


La ligera merienda en el hotel estupenda, con el impecable servicio que comenté, regio mantel y grandes servilletas de un hilo blanco puro, vajilla cálida, cubertería de calidad, pastas y bizcochitos gustosos y unos apetitosos emparedados nos calentaron los sentidos para lo que venía a continuación. Mientras, Mónica me puso al día de parte de sus trabajos y proyectos importantes. Gozan de rigor y profesionalidad en su fondo y en sus presentaciones sugestivas y en todos aparece su explosiva creatividad y su originalidad sorprendente. No sobran las ocasiones en que puedo aproximarme a su desbordante trabajo. Un deleite.


 


El Réquiem fue la última obra compuesta por el formidable Mozart. A su muerte (5 de diciembre de 1791) dejó la obra inconclusa que terminó después su alumno Süssmayr, siguiendo precisas indicaciones del genio. Mozart, ya muy enfermo, debilitado por la fatiga de la enfermedad vertió en su última obra los sentimientos íntimos de su decrepitud y su inminente fallecimiento. Transmite así el Réquiem unas  ondas emociones que se corresponden con el recuerdo y la despedida: las escuchas con el corazón. 


 


Los dos violines, la viola y el violoncello ajustadamente armonizados vibraron acordes con la bellísima Misa de Requiem. La versión que disfrutamos fue la adaptación para cuarteto de cuerda realizada por Peter Lichtenthal (1780-1853). Desprovista de la escritura coral y orquestal, torna en una música intimista y desacralizada, convertida en música de cámara con valor propio.

 

Espléndida tarde primaveral de domingo. Sólo por eso ya merece la pena para que me esfuerce por alcanzar otro cumpleaños y aspirar a otro regalo parecido. Muchas gracias.






jueves, 23 de marzo de 2023

LA INTELIGENCIA DE LOS ABEJORROS





A la hora de enfrentarse a un reto nuevo, los abejorros pueden idear soluciones nuevas. Si hay un compañero cerca, se fijan en él, le observan y no se limitan a copiar: son capaces de adaptar lo que ven a su situación para resolverla con mayor eficiencia.(La Vanguardia 23-3-2023)

 

 


La prestigiosa revista Science publica una investigación de expertos de la Universidad Queen Mary de Londres con sorprendentes conclusiones: un insecto, el abejorro, es capaz de resolver rompecabezas y problemas planteados por los humanos con una fascinante “flexibilidad cognitiva”. Adquieren los abejorros “nuevas tendencias” observando y aprendiendo del comportamiento de otro abejorro. Ello abre la posibilidad de que el aprendizaje de los abejorros, además de ser instintivo pueda ser social: son capaces de observar y aprender para después convertir ese comportamiento en un hábito. De hecho, pueden responder a retos ambientales totalmente nuevos mucho más rápido que mediante cambios evolutivos. Es fascinante en el mundo de los insectos.

 



Los días 21 y 22 de marzo (a punto de cumplir yo setenta y seis años), se ha celebrado en Las Cortes un debate entre nuestros representantes políticos incluyendo a un anciano (89 años) profesor de economía, el señor Tamames. A éste correspondió defender el voto de censura presentado por el partido Vox contra el actual gobierno de Pedro Sánchez. Obvio los tratamientos formales porque creo que hay que merecerlos.

El profesor Tamames hubo de esperar más de dos horas y media para intervenir exponiendo sus ideas. Casi consiguen derrotar al profesor Tamames de cansancio y abulia insoportables para su edad avanzada antes de llegar su turno. Intervención primero del señor Abascal, principal firmante de la moción de censura. Creo que fue la suya una faena más que aseada, comedida en las formas incluso en sus denuncias de los desmanes del gobierno de Sánchez. Entorno a cuarenta y cinco minutos necesitó el señor Abascal para presentar al profesor Tamames y veintiuno para desgranar sus denuncias contra Sánchez. Sánchez trajo de casa más de veinte folios que no respondían lógicamente a los requerimientos de Abascal. En la plúmbea lectura de autobombo y egolatría empleó más de cincuenta: puramente “¿adonde vas?; naranjas traigo” (tal cual suele). Y en sus réplicas (con idéntico proceder), otros treinta y cinco minutos. ¡Más de dos horas y media de “prolegómenos” situaron al profesor al borde del sueño o del colapso!


El anciano profesor intervino al fin con la voz mermada por sus muchos años pero con una perfectamente iluminada cabeza. Respetuoso, exquisito en las formas, denunció con rotundidad  las tropelías de Sánchez que a su entender estaba perpetrando contra la democracia. Le afeó sus intervenciones interminables y vacuas y puntualizó algunos aspectos de nuestra historia reciente. A la comunista Yolanda Díaz, lanzada al estrellato por Sánchez, le recomendó que sintetizase la exposición de sus ideas.

Conocíamos de antemano la infecundidad de la moción de censura de Vox por falta de apoyos. Inutilidad sí para producir un cambio de gobernante, pero no para poder aprender claridad de pensamiento, mesura en su exposición, elegancia en las maneras (tremendas las intervenciones de Pachi López y de Valdoví por insolentes, vociferantes, que merecieron algún consejo de compostura por parte del profesor que se vio obligado a recordar que estaban en el templo del “hablar”).




Allí estaban reunidos nuestros representantes “para debatir”. Si fuese cierto que nos “representan”, seriamos una vergüenza absoluta de especie zoológica. 

¡Ojalá pudieran aprender de los abejorros!