domingo, 27 de diciembre de 2020

EVALUACIÓN POLÍTICOS 2020

 EVALUACIÓN DE DIRIGENTES POLÍTICOS EN 2020

 

 

Seguramente podamos convenir lo siguiente:

Establecido que nuestro primer bien es la vida y la salud, a continuación diríamos que:

1-    El patrimonio de la clase trabajadora es su trabajo.

2-    Los puestos de trabajo se generan en la actividad productiva promovida por los empresarios y emprendedores.

3-    La pandemia ocasionada por la Covid-19 ha ocasionado directamente varias docenas de miles de muertos.

4-    La pandemia ha ocasionado y ocasionará (sobre todo) como derivada una gravísima crisis económica como consecuencia de los descensos y cierres de la actividad productiva.

5-    Las decisiones políticas de lucha contra la pandemia tienen un primer efecto sanitario y un segundo efecto económico.

 




A partir de aquí , la enorme gravedad de la pandemia me lleva por tanto a juzgar a nuestros dirigentes políticos actuales  por su gestión de la enfermedad en sus aspectos sanitarios y económicos.

 




El presidente del gobierno Sánchez (como máximo dirigente y, por tanto, responsable) ha actuado simplificada y secuencialmente frente a la pandemia:

1-    Ignorando los informes científicos que tuvo a su disposición en los meses de enero y febrero de 2020. Ignorando igualmente los primeros contaminados y las primeras medidas que se estaban produciendo en la próxima Italia. La pérdida de dos semanas en la toma de decisiones ocasionó sin duda decenas de miles de contagiados.

2-    Permitiendo en los primeros días de marzo la celebración de grandes concentraciones (sobresalientemente la manifestación “feminista”) con evidente peligro de contagios masivos.

3-    Realizando una gestión unificada de las compras de máquinas sanitarias y materiales antivirus trufada de decisiones absurdas, incompetentes y contradictorias. Desde luego que la decisión de poner al frente del ministerio de sanidad y del combate contra la Covid-19 a un perfecto inexperto en gestión de ningún tipo, se ha demostrado como un error formidable.

4-    Decretando un estado de emergencia con cierre casi total de toda actividad productiva. Afortunadamente nos pudimos acoger a la figura de los ERTES, heredados de un anterior gobierno del partido popular que evitó un descalabro económico y social definitivo.

5-    Compareciendo ante los españoles acabado el estado de emergencia para anunciar la victoria contra el virus y animar a la incorporación a una vida absolutamente normal. El efecto de la liberación sin límites y la estimulación resultó más tarde devastadora.

6-    Planteando un nuevo estado de emergencia de seis meses ante las cifras catastróficas de muertos y contagiados.

7-    Eludiendo la toma de decisiones (y responsabilidad) y traspasando la gestión a los órganos de gobierno de las comunidades autónomas. Mantuvo exclusivamente una apariencia de actividad coordinadora totalmente falsa que desembocó en 17 planificaciones de lucha descoordinadas (incluso contradictorias en ocasiones).

8-    Presumiendo como mérito propio la aprobación por la Unión Europea de ayudas económicas multimillonarias para paliar los efectos catastróficos de la pandemia.

En resumen hemos tenido la fatalidad de tener un pésimo gobernante y  gobierno gestionando la más grave crisis de este siglo.

 




La comunidad de Madrid, con Díaz Ayuso al frente, presentó la siguiente actividad:

1-    Solicitó del gobierno la suspensión de las concentraciones masivas del mes de marzo.

2-    Gestionó en cuanto pudo el aprovisionamiento de maquinaria y materiales de defensa contra la pandemia.

3-    Gestionó la transformación de IFEMA (supercentro de celebración de exposiciones y ferias) en un enorme hospital (más de cuatro mil camas) en un plazo de menos de diez días ante el desbordamiento sanitario producido por la enfermedad.

4-    Gestionó la dedicación a morgues de dos grandes centros de patinaje sobre hielo ante la avalancha de cadáveres.

5-    Fue pionera del confinamiento perimetral por zonas sanitarias de contagio (no de “zonas pobres” como pretendió su oposición), evitando paralizar totalmente  la actividad económica.

6-    Solicitó reiteradamente al presidente del gobierno que ordenase el cierre parcial de vuelos y las medidas de control epidemiológico en el aeropuerto Adolfo Suárez. Sin ser atendida en ningún caso.

7-    Tomó las medidas prudentes contra el virus que permitiesen el delicado equilibrio entre la prevención de los contagios y la actividad económica.

8-    Gestionó la construcción de un gran hospital (más de mil camas) especializado en enfermos infecciosos.

En definitiva creo que, dentro de la desdicha enorme, hemos tenido en Madrid una gestión de la pandemia seria, eficaz y responsable al frente de la que ha estado (está) la señora Díaz Ayuso (a la que yo prácticamente desconocía a principios de año) que ha demostrado firmeza, capacidad de gestión y prudencia.

 

Las declaraciones preelectorales del candidato socialista, señor Sánchez, me sonaron bien:

1-    Planteamiento socialdemócrata en política económica y social.

2-    Negación de cualquier tipo de colaboración con los partidos populistas-comunistas.

3-    Negación de cualquier tipo de colaboración con los nacionalismos independentistas.

4-    Respeto y defensa de la Constitución y de la transición política de reconciliación que permitió su aprobación.

5-    Condena de cualquier terrorismo y negación de cualquier colaboración con filoterroristas.

¿Por qué no le entregué mi voto?: porque no me fie de él. Si lo hubiera hecho habría resultado otro estafado y estaría contrariado conmigo mismo. Bueno, sólo tengo que soportarle, rezando porque pare su deriva a posiciones comunistas y de frentismo.

 






O sea, Sánchez, un claro insuficiente; Díaz Ayuso, un notable alto.

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